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Eva Yerbabuena baila Medea en el Teatro Real: "He amado tanto que no me queda yo"

  • El Ballet Nacional de España pone en escena Medea del 16 al 19 de octubre
  • Yerbabuena es la protagonista, salvo en la última representación
Eva Yerbabuena baila Medea en el Teatro Real
Maribel Gallardo y Eva Yerbabuena interpretan a Medea. © Javier del Real

La bailaora Eva Yerbabuena es la artista invitada del Ballet Nacional de España para encarnar a la heroína trágica Medea, en un homenaje a la coreografía del maestro José Granero en el Teatro Real.

Yerbabuena, que ha ganado este año el británico Premio Olivier que reconoce un logro excepcional en la danza, afronta un personaje "muy difícil" con la madurez que le dan sus 55 años y toma el relevo de Maribel Gallardo, que lleva más de 30 años metiéndose en la piel de la hechicera.

Gallardo baila por última vez Medea el 19 de octubre en una despedida que va a ser "muy emotiva" porque la experiencia y los sentimientos le llevan a fundirse con el personaje. Considera un "privilegio" decir adiós al público en el Teatro Real y es "lo más grande" que le puede pasar al final de su carrera.

Medea, la maga

Medea, descendiente del sol, asesina a su hermano y ayuda a Jasón a robar el vellocino de oro. Huye con su amante, le da dos hijos y viven en Corinto. El rey Creonte ofrece la mano de su hija Creusa al héroe griego que repudia a su esposa. Empieza entonces la venganza de Medea.

Yerbabuena baila Medea en el Teatro Real

Eva Yerbabuena como Medea. © Merche Burgos BNE

En declaraciones a RTVE.es, Yerbabuena, madre de dos hijos, resume lo que siente al bailar esta obra: "He amado tanto que no me queda yo". Una frase escrita hace años, pero que ahora "siente de verdad" y agradece la confianza del director del Ballet Nacional de España, Rubén Olmo, por encargarle defender "un papel tan sumamente grande".

La mejor danza española

Olmo considera que Medea es el mejor ballet de danza española y fue "un antes y un después" en la manera de contar, en el que confluyeron grandes estrellas. Desde el maestro Granero, a Miguel Narros en la adaptación del texto de Séneca, el guitarrista flamenco Manolo Sanlúcar en la música o la bailaora Manuela Vargas.

Medea es un espectáculo desgarrador, sin fisuras, un relato de amor, traición y venganza, cuyo valor artístico perdura desde su estreno en 1988, cuando fue galardonado con el Premio de la Crítica de Nueva York. Se trata de una de las coreografías más interpretadas y reinterpretadas de la historia de la danza española.

Así, el Ballet Nacional de España ofrece cuatro funciones del 16 al 19 de octubre en el Teatro Real. Medea reina en la segunda parte del programa, que se completa con otras tres coreografías de José Granero (1936-2006): Leyenda (Crónica de un amor no consumado), Cuentos del Guadalquivir (Paso a dos) y Bolero (con la música de Ravel).

El Ballet Nacional de España en el Teatro Real

El Ballet Nacional de España interpreta el bolero de Ravel. © Merche Burgos BNE

Además, se muestran dos nuevas creaciones, dos solos, que recogen su legado y lo interpretan con la mirada del siglo XXI. Los estrenos absolutos son Segunda piel de Miguel Ángel Corbacho y Arriero de Eduardo Martínez.

Los bailarines están arropados por la Orquesta Titular del Teatro Real, bajo la dirección de Manuel Coves, para interpretar obras de Isaac Albéniz, Maurice Ravel, Domenico Scarlatti, Moreno Torroba, Nin Culmell, Martínez Palacios, Manolo Sanlúcar y José Luis Greco.

"Ritmos endiablados"

Coves asegura que "la música es una maravilla, es un lío, es un sueño" por la dificultad de conjugar estilos diferentes y alojar a casi cien músicos en el foso de la orquesta. Agradece a la Fundación Manuel Sanlúcar el préstamo de dos guitarras flamencas del maestro con una sonoridad "rotunda, especial".

El segundo movimiento de la sinfonía sevillana de Joaquín Turina también le parece "un descubrimiento" y destaca que todas las piezas del programa "tienen una riqueza musical fantástica y una dificultad individual también".

El director de la orquesta afirma que disfruta en su trabajo, pero matiza que "es un reto porque estamos mezclando música sinfónica con flamenco y ritmos endiablados".