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Tanzania vive una oleada de protestas tras unas elecciones marcadas por la represión política y civil

  • Las denuncias de fraude electoral y la exclusión de los principales líderes opositores provocaron la indignación popular
  • Las organizaciones humanitarias piden una investigación tras la muerte de varias personas en las manifestaciones
Tanzania vive una oleada de protestas tras unas elecciones marcadas por la represión política y civil
Un grupo de personas se desplaza en motocicleta ondeando una bandera tanzana durante una protesta en Dar es Salaam ONSASE OCHANDO
RTVE.es/AGENCIAS

La tensión sigue desbordada en Tanzania tras una jornada electoral que derivó en protestas y enfrentamientos con las autoridades policiales. Ciudades como Dar es Salaam, Arusha o Mbeya han amanecido este jueves con escenas de caos, desde calles bloqueadas hasta disparos, gases lacrimógenos y cadáveres tendidos sobre el asfalto. La chispa saltó el miércoles, cuando las denuncias de fraude electoral y la exclusión de los principales líderes opositores provocaron la indignación popular, algo que se tradujo en disturbios multitudinarios.

En Dar es Salaam, testigos han relatado a EFE haber encontrado cuerpos cubiertos con telas al amanecer, todas ellas víctimas de la represión policial. Las autoridades, por su parte, han guardado silencio y no han respondido a los intentos de las agencias para obtener declaraciones al respecto.

Paralelamente, la red de observación digital NetBlocks ha confirmado un apagón generalizado de internet desde la jornada electoral, afectando comunicaciones y redes sociales. Esta solo se ha recuperado de forma intermitente a lo largo del jueves. La interrupción ha sido denunciada como una táctica para silenciar la información sobre la violencia postelectoral.

Más de 37 millones de tanzanos estaban llamados a votar en unas elecciones que pretendían consolidar la imagen reformista de la actual presidenta, Samia Hassan Suluhu, ante la comunidad internacional. Sin embargo, el proceso ha terminado exhibiendo un Ejecutivo autoritario que se ha saldado con represión policial y censura política. Los colegios electorales se abrieron con retrasos, generando frustración y desconfianza entre los votantes. Videos difundidos en redes mostraron el saqueo de colegios electorales y el robo de urnas.

La oposición tilda las elecciones como "no democráticas"

Suluhu llegó al poder en 2021 tras la muerte de su predecesor, John Magufuli, para liderar al histórico Partido de la Revolución, en el poder desde la independencia del país en 1961. Su candidatura se vio envuelta en críticas por la exclusión de los principales opositores: Tundu Lissu, líder del partido Chadema, encarcelado desde abril acusado de traición por promover una reforma electoral; y Luhaga Mpina, del ACT-Wazalendo, cuya candidatura fue rechazada. Esto dejó a partidos minoritarios, unos 17 en total con líderes desconocidos, como los únicos contendientes contra Suluhu.

A raíz de su imposibilidad para concurrir en las elecciones, la formación de Lissu había convocado protestas durante los comicios. La oposición ha señalado en todo momento que el proceso electoral carecía de "garantías democráticas". Asimismo, el partido ha denunciado que la salud de su vicepresidente, John Heche, también detenido la semana pasada cuando acudía a la audiencia por el juicio a Lissu, ha empeorado notablemente. El Gobierno tanzano ha sido criticado por grupos humanitarios por sucesivas desapariciones forzadas contra activistas y opositores.

La agitación representa una prueba para Suluhu y un giro de su política, que recibió elogios tras asumir el cargo por suavizar la represión contra la oposición y la censura, que había aumentado bajo el mandato de Magufuli. A través de redes sociales, la presidenta llamó a la calma desde la red social X, apelando al "voto pacífico y responsable", mientras los disturbios se expandían por varias ciudades del país africano.

Organizaciones humanitarias exigen una investigación para esclarecer los muertos

Desde las organizaciones humanitarias, Amnistía Internacional ha pedido una investigación independiente sobre el uso "ilegítimo y letal" de la fuerza contra los manifestantes, tras confirmarse al menos dos muertos y varios heridos. "El riesgo de una nueva escalada es alto. La Policía debe actuar con moderación y abstenerse de usar fuerza innecesaria o excesiva", ha declarado el director de AI para África Oriental y Meridional, Tigere Chagutah.

El responsable de AI ha condenado a su vez la "supuesta interrupción" de internet a nivel nacional, que, ha advertido, "amenaza con agravar aún más la situación".

Por su parte, el activista tanzano de derechos humanos, Tito Magoti, ha declarado a Reuters que había recibido informes de al menos cinco muertes en las protestas del miércoles.

El Gobierno pide a los funcionarios quedarse en casa

El Gobierno tanzano ha ordenado este jueves a los funcionarios públicos trabajar desde sus casas y ha recomendado a la población no salir de sus viviendas. La medida busca evitar nuevos enfrentamientos, pero también evidencia el nivel de alarma que sacude al país.

El inspector general de la Policía de Tanzania, Camillus Wambura, ya anunció el miércoles un toque de queda en Dar es Salam y señaló que se desplegarían agentes policiales y militares para garantizar el cumplimiento de la medida.

Las embajadas de Estados Unidos y Reino Unido también han emitido alertas a sus ciudadanos, advirtiendo de bloqueos de carreteras y cancelaciones de vuelos, incluso en el Aeropuerto Internacional Julius Nyerere, principal vía de salida del país. Washington ha pedido a su población "refugiarse en casa" y Londres ha advertido que "se prevén importantes interrupciones en los aeropuertos".