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Trump inicia la demolición del ala este de la Casa Blanca para levantar su propio salón de baile

  • Levantarán un espacio de unos 8.000 metros cuadrados con capacidad para unos 900 invitados
  • El coste estimado rondará los 200 millones de dólares, financiado por donaciones del presidente y otros millonarios
Trump inicia la demolición del ala este de la Casa Blanca para levantar su propio salón de baile
Vista de los escombros del ala este de la Casa Blanca, en Washington D.C. EUROPA PRESS
RTVE.es/AGENCIAS

El rugido de las excavadoras comenzó a resonar el lunes en los jardines de la Casa Blanca, y está previsto que continúe en los próximos meses. Su objetivo no es otro que demoler parte del ala este del edificio presidencial y en su lugar sustituirlo por lo que el presidente estadounidense, Donald Trump, ha denominado como parte de "su legado" presidencial.

La escena, captada por varios corresponsales en Washington, ha causado una mezcla de asombro y polémica. Pese a que la Administración Trump aseguró que la nueva construcción sería un anexo "separado sustancialmente" de la estructura original, las imágenes muestran la destrucción parcial de una sección histórica de la residencia.

Según ha confirmado un funcionario de la Casa Blanca al diario The Washington Post bajo condición de anonimato, el ala este será reemplazada por el nuevo salón, un espacio faraónico de unos 8.000 metros cuadrados con capacidad para unos 900 invitados. El coste estimado del megaproyecto ronda los 200 millones de dólares, financiados, según la versión oficial, por donaciones del propio presidente y un selecto grupo de magnates.

Desde su regreso al poder en enero, Trump ha asumido un papel que va más allá del de jefe de Estado, entre ellos, su faceta como agente inmobiliario. "Siempre he sido un constructor, y ahora estoy construyendo una nación que vuelve a ser respetada", dijo la semana pasada durante una cena privada en la Casa Blanca.

A esa misma audiencia presentó los planos del futuro salón de baile, diseñado por la firma McCrery Architects y ejecutado por la constructora Clark, responsable de proyectos emblemáticos como el estadio Capital One Arena, también ubicado en Washington D.C. Trump describió el nuevo espacio como "una joya neoclásica" y añadió con humor que "siempre quisieron un salón de baile, pero nunca tuvieron un agente inmobiliario".

Un legado de oro y mármol

El salón de baile es solo la pieza más visible de una serie de remodelaciones que el mandatario ha emprendido en la Casa Blanca desde su vuelta. Los pasillos y salones históricos han sido cubiertos con detalles dorados al estilo Mar-a-Lago, el club privado de Trump en Florida. Incluso el histórico baño Kennedy fue reformado con mármol estatuario porque, según el republicano, "refleja mejor la estética de la época de la Guerra de Secesión".

El mandatario también transformó el legendario Jardín de las Rosas, que no se había tocado desde 1962, en un patio de piedra al aire libre, escenario habitual de cenas privadas con aliados y ceremonias de premiación. Fue allí donde, en septiembre, entregó de forma póstuma la Medalla Presidencial de la Libertad al activista ultraconservador Charlie Kirk.

Durante la misma cena en la que presentó los planos del salón, Trump mostró a sus invitados tres modelos a escala de otro proyecto en ciernes: el 'Arc de Trump', un monumento inspirado en el Arco del Triunfo de París.

Trump inicia la demolición del ala este de la Casa Blanca para levantar su propio salón de baile

El presidente estadounidense, Donald Trump, sostiene una maqueta de un arco del triunfo durante una cena en la Casa Blanca JONATHAN ERNST

El monumento estaría ubicado al final del puente Memorial, entre el centro de Washington y Arlington. Aunque aún no se han presentado solicitudes formales, el presidente insinuó que podría financiarlo con los fondos sobrantes del salón de baile, despertando nuevas críticas sobre la opacidad de su gestión de donaciones privadas.

Cuestionamientos legales y arquitectónicos

Las renovaciones emprendidas por Trump han levantado alarmas entre expertos y defensores del patrimonio. El Instituto Americano de Arquitectos expresó en agosto su "profunda preocupación" por las alteraciones estructurales de la Casa Blanca y pidió a la Comisión Nacional de Planificación de la Capital una revisión exhaustiva.

La Administración se ampara en una ley de 1964 que autoriza al presidente a realizar modificaciones "estéticas y funcionales" en la residencia oficial, aunque juristas y urbanistas advierten que la demolición del ala este podría vulnerar ese marco.

Mientras tanto, la Casa Blanca ha defendido el proyecto como parte del legado que Trump quiere dejar a su paso por la presidencia.