El cambio de hora: el Gobierno reabre el debate pero decidirá la Unión Europea
- Una abrumadora mayoría pidió en una consulta en 2018 que se deje de cambiar la hora pero la propuesta nunca vio la luz
- Los expertos, a favor de dejar el horario de invierno todo el año
En la misma semana en la que se cambia la hora, vuelve el debate sobre si tenemos que fijar un horario único o seguir alternándolo dos veces al año. Para algunos, es una molestia y además altera nuestros ritmos de vida y afecta al sueño. Por eso, el Gobierno quiere que en 2026 sea la última vez que movamos los relojes, aunque la idea no es nueva. Hace siete años ya se propuso suprimir esta práctica y, según las encuestas, los españoles y los europeos prefieren de hecho que haya un horario único. Pero la decisión final dependerá de la Unión Europea.
El cambio de hora depende de una directiva de la Unión Europea
España ha llevado este lunes la cuestión sobre el cambio de hora a Luxemburgo, donde se reúnen los ministros europeos en el Consejo de Transporte, Telecomunicaciones y Energía. La decisión no está solo en manos del Gobierno porque existe una normativa de la UE que obliga que todos los países cambien los relojes el último domingo de marzo y el último de octubre. Sin embargo, deja en manos de cada Gobierno qué horario eligen.
La Comisión Europea actualiza cada cinco años las fechas en las que hay que cambiar los relojes. Se hizo por última vez para el período 2022-2026. Aprovechando que están planificados los cambios de hora hasta el año que viene, el Gobierno de España plantea que en octubre de 2026 sea el último, que el reloj no se mueva más. Para ello, Sánchez necesita convencer a una mayoría cualificada del Consejo Europeo, donde 15 países (que representen al menos al 65% de la población europea) tienen que votar a favor para que se apruebe una propuesta. La falta de consenso fue lo que provocó que en anteriores ocasiones el proyecto descarrilara.
Ante la petición de los Estados miembro, la Comisión se ha comprometido a realizar un análisis "más detallado" y se espera que en breve se ponga en marcha un estudio para guiar la toma de decisiones al respecto. En cualquier caso, el comisario europeo de Energía, Dan Jorgensen, ha recalcado que los cambios horarios continuarán hasta que los colegisladores adopten formalmente una decisión, en el caso del Consejo, por mayoría cualificada.
Por otro lado, desde Bruselas han reiterado que poner fin al cambio horario dos veces al año es "la vía más lógica para avanzar". "Aunque este cambio horario estacional continuo puede no ser una prioridad en la agenda política de la UE, es una cuestión que preocupa a millones de ciudadanos de la Unión", ha defendido el comisario.
“🔴El comisario de Energía de la UE promete un nuevo estudio sobre el cambio de hora estacional para fundamentar una futura decisión
— Radio 5 (@radio5_rne) October 20, 2025
Muchos países no tienen claro qué horario elegir
🎙️@DavidVidueiro: "No dar este paso coordinadamente tendría un gran impacto en el mercado único" pic.twitter.com/ReRbk2af5z“
En 2018 se planteó acabar con esta práctica pero faltó consenso
La costumbre de cambiar la hora dos veces al año se remonta a principios del siglo XX. En concreto, durante la Primera Guerra Mundial la adoptaron Reino Unido, Francia y Alemania con el objetivo de ahorrar carbón. España se unió justo en el año en el que finalizó la 'Gran Guerra', en 1918.
A partir de entonces, en nuestro país se aplicó y se eliminó en numerosas ocasiones hasta que se introdujo definitivamente en 1974, ya de forma ininterrumpida hasta nuestros días. En esa década de los setenta, con motivo de la crisis del petróleo, los principales países del continente apostaron por el cambio de hora y, con la llegada del siglo XX, la UE apostó por armonizar la normativa. La actual directiva, que el Gobierno de España apuesta por derogar, data de 2001.
En 2018 la Comisión Europea planteó oficialmente suprimir el cambio de hora. Lanzaron una consulta pública a los ciudadanos de la UE y el resultado fue una abrumadora mayoría a favor de suprimirlo: un 84% de los europeos y un 93% de los españoles. El Parlamento Europeo aprobó un texto que suprimía los cambios estacionales desde 2019 pero nunca llegó a entrar en vigor porque algunos países, contrarios a la supresión, evitaron que llegara a ser aprobado por el Consejo Europeo. La decisión se aplazó, llegó la pandemia y el cambio horario se mantuvo, al menos hasta 2026.
¿Qué horarios hay en cada país de Europa?
17 países de la Unión Europea utilizan el Horario Central Europeo (CET). Entre ellos se encuentra España, al igual que Francia, Alemania o Italia. El meridiano de Greenwich fija tradicionalmente el horario universal, que se divide en distintos husos horarios. Se conoce como UTC (tiempo universal coordinado). Por tanto, en España y en gran parte de Europa tenemos una hora más (UTC +1) que la hora que marca el meridiano de Greenwich, y en verano, dos horas más (UTC +2).
Portugal, Irlanda y Reino Unido utilizan la misma hora que en las Islas Canarias, es decir, una menos que en el territorio peninsular español. Según el horario universal, es UTC en invierno y UTC +1 en verano.
En el este de Europa hay una hora más que en España: UTC +2 en invierno y UTC +3 en verano. Comparten ese horario Bulgaria, Chipre, Estonia, Finlandia, Grecia, Letonia, Lituania y Rumanía.
Horario de invierno o de verano, una decisión en manos de cada país
Aunque la Unión Europea acordara que se suprimen los cambios de hora, surgiría otro debate: ¿nos quedamos con el horario de invierno o con el de verano? Esa decisión sí quedaría en manos del Gobierno. Ahora mismo tenemos la misma hora que los principales países europeos, aunque por la situación geográfica de España nos corresponde el horario de Portugal o de Reino Unido.
Si nos quedamos con el horario de invierno (UTC+1), las tardes no serían tan largas en verano. Esto afectaría más a la costa mediterránea, donde el sol se pone antes que en el oeste del país. Pero si nos quedamos con el horario de verano, los efectos serían más perjudiciales: en lugares como Galicia el sol saldría sobre las diez de la mañana en meses de diciembre y enero.
José María Martín Olalla, profesor de Física de la Universidad de Sevilla, apuesta "por la estabilidad" y por "no hacer experimentos" porque la ciudadanía europea "ya está adaptada a estos ritmos". "No nos damos cuenta de lo adaptados que estamos a esta práctica. Nos quejamos de sus inconvenientes pero desconocemos los inconvenientes que tendríamos si rediseñamos el mapa de Europa", ha manifestado ante los micrófonos de Radio Nacional de España (RNE).
Pero este experto sí apuesta por volver al método que se aplicaba en España hasta mediados de los noventa: que el horario de invierno se implante "a finales de septiembre o principios de octubre" y no a final de este mes porque, a juicio de Olalla, "octubre es un mes muy oscuro para las personas que entran a trabajar temprano y para los estudiantes". "En octubre hay 11 horas de luz diaria", y muchas personas comienzan su jornada cuando aún no ha amanecido.
El horario de invierno, más ajustado con las horas de sol
La Sociedad Española del Sueño se posiciona a favor de que haya un único horario durante todo el año y sea el que ahora conocemos como el horario de invierno porque "promueve un ritmo biológico más estable que el del verano, algo que contribuye a mejorar el rendimiento intelectual y ayuda a disminuir la aparición de enfermedades". En un comunicado publicado este lunes, defienden que el horario de invierno "permite una mayor sincronía entre la salida del sol y el inicio de la jornada laboral y escolar" y "propicia tener una mayor exposición a la luz solar durante esa jornada".
Por su parte, el divulgador científico Manuel Toharia considera que cambiar la hora "es una molestia bastante grande y, desde luego, inútil", según ha declarado en una entrevista en el Canal 24 Horas. "No tiene ningún sentido en el mundo de hoy pensar que se ahorra por el hecho de que la hora que quitamos por la noche la añadimos por la mañana o viceversa", ha asegurado. "Lo hemos seguido haciendo por inercia", asegura, pero considera que no sirve para ahorrar energía: "El consumo el día antes de cambiar la hora y el día después es exactamente el mismo", ha dicho. Respecto al horario que se elegirá si se aplica el cambio, se posiciona a favor de utilizar el más cercano a la hora solar, es decir, el de invierno.