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Andy Warhol y Jackson Pollock, dos polos revueltos y no tan opuestos en el Museo Thyssen de Madrid

  • Una exposición conecta a los puntales del expresionismo abstracto y del pop art
  • La muestra supone la primera monografía de Pollock en España
'Fosforescencia 1947' (Jackso Pollock), entre dos imágenes de 'Un solo Elvis, 1964 (Andy Warhol).
'Fosforescencia 1947' (Jackso Pollock), entre dos imágenes de 'Un solo Elvis, 1964 (Andy Warhol). Museum of Contemporary art, Budapest / Addison Gallery of American Art, donación de Peggy Guggenheim.
ESTEBAN RAMÓN

A un lado, Jackson Pollock, campeón del expresionismo abstracto, quintaesencia de los chorretones de pintura, trágico hasta la muerte; al otro, Andy Warhol, reproductor de lo figurativo hasta los límites de la copia, epítome autoconsciente del arte como negocio y de la rendición al capitalismo. ¿Fueron dos polos opuestos? Si fuera un examen de historia del arte, la pregunta rezaría así: Pollock y Warhol, relación si la hubiere.

El Museo Thyssen de Madrid contesta con un rotundo sí a la conexión. Y más de lo que creemos. La pinacoteca madrileña inaugura su gran exposición del otoño o, en palabras del director del museo, Guillermo Solana, “uno de los proyectos más importantes que hemos acometido en mucho tiempo”, tirando hilos entre dos popes del arte estadounidense de la segunda mitad del siglo XX.

El primer hito de la muestra es simplemente reunir doce obras Jackson Pollock: nunca había tenido una exposición monográfica en España, y, de hecho, solo el Museo Thyssen posee una obra suya en su colección permanente. “Una obra de 1951 adquirida a comienzos de los 60, cuando su reputación todavía no era absoluta”, recuerda Solana. Por eso poder contemplar ahora la docena, “algunas de considerable importancia”, es, literalmente, excepcional.

'Numero 27, 1950' (Jackson Pollock).

'Numero 27, 1950' (Jackson Pollock). Whitney Museum of American Art.

Una idea recorre la exposición: la historia del arte tiende a crear categorías estancas en forma de movimientos que, en realidad, simplifican lo que en la práctica es una corriente continua que fluye y va mutando, y que no tiene tantos hechos fundadores como suele creerse. En la práctica, eso se traduce en los ejemplos contraintuitivos que cuelgan de las paredes del museo: cuadros figurativos de Pollock (con los que jugueteó antes de abrazar el abstracto absoluto) y cuadros abstractos de Warhol (con los que experimentó cuando ya era un icono del pop art).

“Las exposiciones de los museos pueden desarrollar el canon o atreverse a desafiarlo. Esta es una que lo desafía y deconstruye este esquema binario”, resume Solana. “La obra de Pollock está construida desde la tachadura de los figurativo, pero tiene un estrato de reprimir el inconsciente figurativo. Y, recíprocamente, Warhol no es meramente un reproductor de lo icónico de los medios, sino alguien que aflora una dimensión abstracta”.

'Cartel de circo de Madrid' (1976-1986) Andy Warhol.

'Cartel de circo de Madrid' (1976-1986) Andy Warhol. Andy Warhol Foundation for the Visual Arts.

Pollock murió en accidente de coche en 1956, antes de la eclosión de Warhol, y nunca llegaron a conocerse. La muestra se centra pues en la mirada de Warhol sobre el influyente Pollock. Para la comisaria de la exposición, Estrella de Diego, es un error considerar a Warhol como únicamente figurativo incluso en sus obras más conocidas. “Cada lata suya flota en un espacio abstracto”, resume. “A Warhol le encantaba epatar a la burguesía, pero era extraordinariamente culto, aunque, como Dalí, jugase a ser un personaje”.

Una idea de situar a Warhol como artista serio que subraya Solana. “Es víctima de su propia fama con la que coqueteaba. Se ha producido una banalización de su obra. He descubierto que es un artista más inteligente, profundo, intelectual y de vanguardia que uno pueda imaginarse.

El filósofo Arthur C. Danto, en una célebre interpretación de la historia del arte, decretó la muerte del arte en el momento que Warhol pintó sus Cajas de Brillo, una reproducción del envase de un detergente, en 1964. No era un desprecio hacia el artista pop sino una constatación de que el relato de la historia artística entraba en punto muerto cuando cualquier cosa podía ser arte. La muestra recuerda que el propio Warhol en realidad desafiaba esa idea cuando en los años 80 acometió obras abstractas como sus Pinturas de orina.

'Pinturas de orina, 1977-1978' Andy Warhol.

'Pinturas de orina, 1977-1978' Andy Warhol. Coleccion Thaddaeus Rodac.

A veces la relación entre los dos artistas en la exposición es más sutil y aventurada. Un retrato de Elvis Presley plateado de Warhol coincide con un Pollock furioso: borbotones de pintura en los que prevalece a la vista un fondo igualmente plateado

Por último, la exposición no se limita a los dos artistas, que son acompañados en las salas del Thyssen con obras de como Mark Rothko o Helen Frankenthaler, que, según la comisaria, enriquecen la comprensión de la muestra. “Al mostrar las pinturas oxidadas de Warhol frente a la obra de Helen Frankenthaler se entiende porque pintaba dejando que los colores tengan su lugar en el lienzo”.

'Arcada de bosque lácteo, 1963'. Helen Frankenthaler

'Arcada de bosque lácteo, 1963'. Helen Frankenthaler Helen Frankenthaler Foundation, Nueva York