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László Krasznahorkai, un Nobel de Literatura que ha firmado grandes guiones para el director Béla Tarr

Primer plano en blanco y negro del rostro de un niño o niña, con ojos claros y labios finos, mirando directamente a la cámara. La imagen tiene una textura granulada.
Fotograma de 'Tango satánico'

Este jueves la Academia Sueca ha concedido el Premio Nobel de Literatura 2025 al escritor húngaro László Krasznahorkai por “su obra cautivadora y visionaria que, en medio del terror apocalíptico, reafirma el poder del arte”. Pero el gran escritor no solo pasará a la historia por sus novelas sino también por sus pocos pero excelentes guiones cinematográficos, todos escritos para otro genio con el que tiene muchas cosas en común, el director Béla Tarr.

Juntos han firmado auténticas joyas cinematográficas como La condena (1988), Tango satánico (1994), Armonías de Werckmeister (2000), El hombre de Londres (2007) y El caballo de Turín (2011). Además del cortometraje The last Boat - CITY LIFE - Budapest (1990).

Destacar la forma en la que Tarr, con su narración pausada y sus planos largos, es capaz de capturar la densa narrativa (con la que que buscaba capturar el flujo del tiempo) y el ambiente opresivo de la obra de Krasznahorkai. Y es que el director llegó a declarar que el estilo literario de Krasznahorkai "era el único material con el que podía trabajar".

Sus obras también compartían temas como las distopías, el aislamiento, y la fuerza de la violencia y la irracionalidad en sociedades totalitarias.

Se conocieron en 1984

La relación entre ambos comenzó en 1984, cuando Béla Tarr leyó el libro Tango satánico y quedó tan entusiasmado que se aceró a Krasznahorkai para pedirle que le dejara adaptarlo al cine. A pesar de la inicial negativa del escritor, Tarr lo volvió ha intentar hasta que Krasznahorkai le dijo que sí. Pero la preparación y el rodaje de la películas se fueron dilatando siete años, ya que las autoridades comunistas de la época les pusieron muchas pegas.

Mientras, escribieron juntos La condena, una película protagonizada por Karrer lun hombre que lleva una vida tranquila en una población minera y que se pasa las tardes en el bar, hasta que el dueño del establecimiento le propone participar en una operación de contrabando, pero él prefiere cederle ese trabajo al marido de la cantante del bar. Un argumento que podría haber sido una película de cine negro pero que, en manos de estos grandes artistas, se convierte en un film metafórico en el que las escenas se nos presentan por separado pero con un gran peso emocional.

También colaboraron en un mediometraje de 31 minutos, The last Boat - CITY LIFE - Budapest (1990), un retrato colectivo de dicha ciudad que varios cineastas realizaron para el Festival de Cine de Amsterdam.

'Tango Satánico', su primera joya juntos

No fue hasta unos años después de la caída del régimen comunista húngaro, en 1994, cuando Tarr y Krasznahorkai tuvieron la oportunidad de acabar el rodaje de Tango satánico (Sátántangó), aunque se encontraron con otro problema, que se les acabó el presupuesto, porque Tarr había filmado suficiente metraje para realizar una película ¡de más de siete horas!.

La historia relata gradualmente los problemas de una granja colectiva durante unos pocos días de otoño en los años de la Hungría post-comunista, observada desde la perspectiva de distintos personajes.

Más que una película, estamos ante una experiencia cinematográfica radical que cimentaría el prestigio de ambos autores y que pone a prueba nuestra paciencia por su sordidez, los encuadres simétricos, planos de diez minutos... que terminan convirtiéndose en una obra enormemente poética y muy espiritual, con esos personajes que esperan que una luz ilumine sus vidas y puedan tener una vida mejor.

'Las armonías de Werckmeister'

Para su siguiente proyecto juntos decidieron adaptar la novela de László La melancolía de la resistencia (1989). Filmada en blanco y negro y compuesta por treinta y nueve tomas, la película vuelve a usar un ritmo pausado para contarnos la historia de un inocente joven que es testigo del estallido de violencia que se desata en un pequeño pueblo tras la llegada de un circo y sus peculiares atracciones: una ballena gigante y un hombre misterioso llamado "El Príncipe".

El título hace referencia al teórico musical barroco Andreas Werckmeister. En un largo monólogo, uno de los protagonistas teoriza sobre que los principios armónicos de Werckmeister son responsables de los problemas estéticos y filosóficos en toda la música desde entonces, y deben deshacerse con una nueva teoría de afinación y armonía.

La película fue otro éxito de crítica y suele aparecer entre las mejores de la historia del cine. Por ejemplo, en una encuesta de la BBC, de 2016, ocupó la 56.ª posición entre las mejores películas del Siglo XXI hasta ese momento.

Días de Cine - La secuencia de Lois Patiño: 'Armonías de Werckmeister'

'El hombre de Londres', una adaptación de Simenon

En 2007 ambos volvieron a colaboran en una adaptación de El hombre de Londres (1934), del famoso escritor de novelas policíacas belga Georges Simenon. Esta vez con un reparto internacional que incluía a la actriz británica Tilda Swinton. Aquí volvían a repetirse las secuencias muy largas para contarnos la historia de Maloin, un anodino trabajador ferroviario que recupera un maletín que contiene una importante cantidad de dinero en la escena de un asesinato del que es el único testigo. Atormentado por la culpa y el miedo a ser descubierto, Maloin se hunde en el abatimiento y la frustración, lo que genera acritud en su casa. Mientras tanto, un detective de la policía inglesa investiga la desaparición del dinero y a los personajes sin escrúpulos relacionados con el crimen.

Fue la primera película de Tarr que se estrenó en competición en el Festival de cine de Cannes pero, a pesar de la expectación que había levantado, no consiguió ningún premio. Aunque recibió muy buenas críticas.

"El caballo de Turín" o "la pesadez de la existencia humana"

En 2011 Béla Tarr y su esposa, Ágnes Hranitzky, dirigieron El caballo de Turín, escrita por Krasznahorkai y el propio Tarr. Una película que ganó el Gran Premio del Jurado y el Premio Int. de la Crítica FIPRESCI, en el Festival de Berlín.

La película se inspira en un episodio de la vida de Friedrich Nietzsche. El 3 de enero de 1889 el filósofo alemán vio como un cochero daba latigazos a su caballo, que se negaba a moverse. Nietzsche quedó tan impresionado por la escena que paró al cochero y abrazó al caballo. Una anécdota que sirve a los cineastas para preguntarse cual podría haber sido el destino del animal.

Según Béla Tarr el tema central de la película es "la pesadez de la existencia humana". No se concentra sobre la mortalidad sino sobre la vida cotidiana para mostrar lo pesado que es realizar las mismas tareas un día tras otro.

Tras esta película, Béla Tarr decidió retirarse del cine, así que nos privó de nuevas colaboraciones de este apasionante dúo.