'La Promesa': la cara feminista de la serie delante y detrás de las cámaras
- La serie de TVE, líder de las tardes, tiene muchas jefas de departamento
- Algunos personajes, como Catalina de Luján, defienden la igualdad
*Objetivo Igualdad se emite los domingos a las 16:30h en el Canal 24 horas y después en RTVE Play
En Objetivo Igualdad nos hemos colado en el plató de La Promesa. O mejor, para ser exactos, en los platós, porque cada planta de la casa señorial es un estudio diferente. La grabación de la serie de TVE que cada tarde sienta en el sofá, delante del televisor, a más de un millón de espectadores, es tan apasionante como sus tramas. Nuestra intención era clara: descubrir la cara feminista de la serie, tanto delante como detrás de las cámaras
La directora Eva Bermúdez de la Vega da instrucciones a actores y parte del equipo de 'La Promesa'. Talia Martínez de Marañón
"El feminismo y la conciencia de clase, para mí son uno"
El casting aseguran los expertos, es uno de los ingredientes de su éxito. Es un elenco ecléctico, de caras nuevas y veteranas, que combinan el buen hacer, mucho trabajo y buenas dosis de improvisación para sacar adelante cada escena al ser una serie diaria.
Para Carmen Asecas este es su papel más importante en la pequeña pantalla, antes había hecho alguna serie como La ruta y obras de teatro. Catalina de Luján y Altuna nos cuenta: “Es una persona muy pasional, muy justiciera, y eso le juega malas pasadas porque tiene mucho orgullo”. Además, continúa la actriz sobre su personaje: “Cree fervientemente que los hombres y las mujeres tienen que ser iguales”, y también “que tienen que ir de la mano el feminismo y la conciencia de clase”.
Eso es algo que para la actriz es importante: “Para mí son uno”. Confiesa que lo más difícil es que su personaje se parece mucho a ella y, por eso, es complejo “trabajar un personaje con una personalidad tan cercana a la mía”.
Carmen Asecas en maquillaje y peluquería en los estudios de La Promesa Pilar Bebea
Su prima en la pequeña pantalla es Martina de Luján y Llopis. La interpreta Amparo Piñeiro que asegura que “Martina todavía no se ha puesto las gafitas violeta como Catalina”, aunque dice que “le encantaría que el mundo permitiera a las mujeres hacer más cosas de lo que les permitían en ese momento”. Amparo piensa que su papel “está tintado con mucho más machismo que el de su prima”.
Ambas han tenido que estudiar esos años en los que se desarrolla La Promesa. En esta cuarta temporada están en 1916, “una época bastante convulsa”, explica Carmen, que cuenta que su personaje Catalina “lee mucho sobre las sufragistas del Reino Unido y sobre lo que está pasando en el resto de Europa”. Dice que Catalina “ve que en España eso no está pasando y eso le afecta y le remueve mucho”.
Hay que tener en cuenta que en esos años el 70% de las mujeres eran analfabetas, y solo el 0,5% iba a la Universidad. Además, ellas cobraban mucho menos que ellos, porque se consideraba su mano de obra menos valiosa. Y aunque en Finlandia se consiguió el voto femenino en 1906, en España tuvimos que esperar a 1931, cuando se aprobó gracias al impulso, especialmente, de Clara Campoamor.
Por eso, Asecas piensa que las cosas han cambiado mucho para las mujeres, “porque podemos decidir nuestro futuro”, porque “tenemos un abanico de posibilidades enorme, y gracias a estas mujeres de aquel entonces nosotras estamos donde estamos”.
Entre risas asegura que uno de los mejores cambios es que “no tenemos que llevar corsé”, y aclara: “Mi personaje no debe llevarlo porque viste de una manera más moderna, pero las demás actrices sí que lo llevan a diario”.
La actriz Amparo Piñeiro en vestuarios en los estudios de 'La Promesa' Pilar Bebea
"Como el corsé, hoy esquivamos otros cánones de belleza"
El corsé, es una prenda de lencería femenina de estructura rígida, con hierro o ballenas (que se extraían de los filamentos de la boca de los cetáceos, y por eso se llaman así), y que la moda impuso a las mujeres desde el s.XVI hasta principios del s.XX.
El personaje de Martina sí lo lleva y, cuenta Piñeiro: “Me advirtieron en vestuario de que no me lo apretara exactamente igual a como lo llevaban en esa época”, porque, continúa la actriz, “al quitártelo híper oxigenas porque te acostumbras a respirar poquito, y al quitártelo te mareas”.
Además, muy expresiva, nos explica: “Era una de las formas de constreñir a la mujer, claramente”. Piensa que era el canon estético de la época y reflexiona: “Es el mito de la falsa libertad de elección que tú crees que quieres llevarlo puesto”. “Te hacen creer que quieres porque así recibes la aprobación de la mirada masculina y de toda la sociedad”, insiste la actriz.
Y Piñeiro va más allá, porque como feminista “tienes que seguir esquivando cosas como el corsé en ese momento, como son las operaciones estéticas, la celulitis, o los tratamientos de belleza de todo tipo”. Eso sí, aclara: “Tampoco me puedo fustigar continuamente o a mi entorno con ser el modelo perfecto de feminista”, porque asegura Amparo que “eso también nos encorseta con el ‘tengo que ser perfecta’”.
Le gusta poder hablar con tranquilidad de estos temas con “amigas y amigos, porque hay muchos hombres muy feministas, muy bien formados y con visiones preciosas sobre el tema”.
La directora Eva Bermúdez de la Vega en la cocina de 'La Promesa' Talia Martínez de Marañón
“Es una forma de feminismo moderno”
La directora de la serie, Eva Bermúdez de la Vega, cree que las mujeres han cambiado "muchísimo porque no tenían derecho a nada, todo se lo imponían sus padres o sus maridos, a quien debían pedirles permiso para casi todo”, ya que jurídicamente la mujer dependía del hombre de la casa, como si fuera una menor.
No es frecuente, todavía hoy en día, encontrar directoras de ficción. Bermúdez de la Vega, de hecho, es la única en el departamento de dirección de La Promesa, donde hay seis directores (en una serie diaria como esta se requieren varios directores).
Eva destaca que aun así, en esta serie “hay muchas mujeres trabajando en ámbitos tradicionalmente masculinos” y continúa “al igual que hay hombres trabajando en ámbitos femeninos”. Algo que la directora considera “una forma de feminismo moderno”.
Bermúdez de la Vega cuenta que “aunque es difícil llegar a ser directora, para mí no lo fue”, porque, en 2001, “me ofrecieron, en Canal Sur dirigir la serie diaria Arrayán que estuvo 12 años en antena”. Pero sí confiesa que, a lo largo de los años, ha visto a muchas compañeras “que les ha costado la vida llegar a dirigir, mucho más que a muchos compañeros”. Aunque matiza: “Eso es algo que cada día está cambiando más”.
Eva en su trabajo desglosa 5 capítulos por bloque. Y determina cuáles son las necesidades que va a tener para poder desarrollarlos. “Diriges todo”, explica, “desde dónde se colocan las cámaras hasta cuál es la intención del actor en cada secuencia”.
Asegura que La Promesa “es una serie que tiene un nivel de calidad de alto standing, casi como una serie de horario de máxima audiencia”, aunque para una de esa franja, “tienen más medios y más tiempo para rodar”. Por eso piensa que el prestigioso premio Emmy que han recibido el año pasado, en 2024, ”ha sido la confirmación del esfuerzo de todo el equipo” que lleva junto ya tres años y confiesa que “estamos todos muy orgullosos”.
La operadora de cámara Helena Serrano en el patio de 'La Promesa' Pilar Bebea
“Las series de la tarde de TVE son muy feministas”
Dirigir y coordinar al equipo técnico, es parte del trabajo de Eva. Dentro de ese equipo pudimos observar el día que rodamos el reportaje que hay una ayudante de dirección como Lara Martín-Palau, que controla todos los aspectos para que justo al rodar esté todo listo, o una operadora de sonido con la pértiga a cuestas, que es un trabajo en el que no es tan habitual encontrar mujeres.
Tampoco es frecuente que haya operadoras de cámara, como Helena Serrano, que nos contó: “No he tenido problema por ser mujer o yo no lo noté así” y aunque es consciente de que “hay gente que lo sufre y ojo, es un tema grave”, asegura que “siempre me he integrado muy bien con los chicos de los diferentes equipos”.
Además dice que “todas las operadoras de cámara de mi quinta, la verdad, es que estamos trabajando”. Helena no comenzó en ficción “sino como ENG [un equipo portátil pequeño], con diecinueve años, con una cámara al hombro, en una agencia de noticias”, y destaca: “Cuando estás en la calle, sobre todo si no vas con realizador, eres tú quién decide cada plano”. En un plató de una serie es diferente, porque el plano lo marca el director o directora, aunque Serrano explica que aquí puedes “atrezzar” el plano y que ”te dejan mucho participar y eso te motiva un montón”.
Lleva 26 años trabajando en ficción. Comenzó en TVE, con Raquel busca su sitio, y entre risas, nos dice que “las series de la tarde de TVE son muy feministas y yo he estado en todas”. Ha trabajado, por ejemplo, en Seis hermanas y Dos vidas, producciones ambas, al igual que La Promesa, de la productora Bambú.
La jefa de producción en la galería del palacio de 'La Promesa' Pilar Bebea
“Es un orgullo poder rodearme de mujeres con tanto talento”
Para poder coordinar todos los departamentos, está la jefa de producción. En este caso es una mujer joven, Yolanda Rodríguez, que confiesa que se siente afortunada porque “los de arriba me han dado un apoyo incondicional”, porque explica, “siempre he sido muy trabajadora, pero el bagaje no lo tenía”.
Por eso reconoce que “han hecho una apuesta muy grande”. A Yolanda le ofrecieron ser jefa en la serie Dos vidas. Considera que la apuesta no debe haber ido mal, sonríe y dice que “no se arrepienten de ella”. Pero la jefa de producción asegura que sí que le ha costado llegar a donde está: “Sobre todo, me ha costado consolidarlo” porque ser mujer y joven en este sector no es fácil.
Y cuenta una anécdota de cuando empezó: “Un compañero, creyendo que me decía un piropo comentó: ¡pero si sabe conducir el camión!”. Ella pensó: “Sí, claro, y también cargo con el atrezzo, como todos”.
Cuando le preguntamos en qué consiste su trabajo, se ríe y nos dice: “Yo creo que mi padre todavía no sabe lo que hago”. Explica que es porque la producción, "en especial cuando coordinas, abarca muchos ámbitos” y piensa que “es el puente entre lo que viene por guion y lo que el director se imagina”.
También cuenta que un jefe de sus comienzos siempre decía que “somos un poco como mamás” porque se suele dar por hecho “que mamá tiene que estar siempre haciendo todo, y nunca se aprecia su trabajo hasta que mamá no está”.
Yolanda piensa que, pese a todo, a las mujeres aún nos queda por avanzar, en concreto si hablamos de ficción. Reclama que “se debería apostar más por mujeres en puestos donde se tomen decisiones importantes” y también “donde haya grandes presupuestos”. Echa de menos, al igual que Carmen Asecas y Eva Bermúdez de la Vega, que haya más directoras de fotografía, por ejemplo.
Por otra parte, la que escribe estas líneas, les quiere confesar que me quedé impresionada al entrar en los estudios de ‘La Promesa’, y puedo asegurar que he estado en muchos rodajes de series y de cine. Al entrar te sientes realmente transportada a un palacio de principios del s.XX, algo poco habitual en televisión: Les cuento un ‘secretillo’, en los platós habitualmente, los decorados no son a escala real, sino suelen ser un poco más pequeños. Pero, en este caso, cada estancia es imponente. Desde la gran escalinata, la galería y el salón de la planta noble, hasta la cocina, el taller de Manuel o el patio de la planta del servicio. Además están decoradas al mínimo detalle, incluso las plantas son naturales.
Por eso quiero reconocer el papel que hace el equipo de decorados. Al frente está María Gómez. Hay más mujeres en puestos directivos destacables, como Tania Álvarez, jefa de vestuario, que diseña la inmensa mayoría de las prendas, respetando los figurines y las telas de la época.
Nos lo cuenta Sergio, que habla con auténtica ilusión sobre el trabajo que hacen y el talento de su jefa. También todas las entrevistadas han destacado el trabajo de Natalia Sesé, al frente de maquillaje y peluquería, junto a todo su equipo.
Este reportaje está dedicado a ellas, pero lógicamente en La Promesa hay muchas más mujeres y hombres que no se mencionan. Lo que hacen ayuda, y mucho, a que lo que luego vemos en casa sea tan realista, y tan especial. ¡Enhorabuena a todas y todos!
Objetivo Igualdad