Un viaje en el tiempo de 1960 a 2025 con la DGT como protagonista
- En 1960 había poco más de un millón de vehículos a motor registrados en España
- 65 años más tarde, la cifra supera los 36 millones en nuestro país
Echar la vista atrás, remontarnos a principios de la década de los sesenta y descubrir en unas imágenes nuestras carreteras, los agentes que asistían a los conductores y los sistemas de vigilancia para evitar imprudencias puede generar un gesto de curiosidad o de asombro en el rostro. Comparar esas imágenes con la vida de hoy, en unas vías que han multiplicado sus carriles, convirtiéndose en una gran red con cerca de 166.000 kilómetros por donde circulan más de 36 millones de vehículos a motor puede modificar la sensación hacia un cierto vértigo.
En RTVE Noticias queremos ofrecer esta posibilidad a través de la comparación visual de momentos del ayer y del hoy en montajes paralelos sobre el tráfico en 1960 y ahora. Asombrarnos con los coches que había en los años sesenta, con la vestimenta de los agentes y muchísimos más detalles a un lado de nuestra pantalla, para comprobar, al otro lado, la capacidad y recursos de los nuevos servicios para el cuidado de los ciudadanos, el poder de las nuevas tecnologías implantadas con el fin de salvar más vidas.
Vigilando la circulación para prevenir accidentes
Una serie de imágenes rodadas por la antigua Jefatura Central de Tráfico (hoy DGT) en el año 1961 y rescatadas de los archivos de RTVE nos muestran "un adelantamiento en una curva sin visibilidad", según locuta el narrador original del vídeo, a quien merece la pena escuchar su relato. En las imágenes aparece un modelo 'dauphine' y un 'seiscientos', vehículos pequeños de la época. Dos agentes vigilan ese punto conflictivo de la carretera, detienen al vehículo infractor y le imponen una sanción.
A continuación vemos la cámara que llevaba un vehículo de la Jefatura Central de Tráfico para fotografiar las infracciones y el locutor menciona "las maravillas de este sistema que evita el contacto entre los agentes y el infractor". Evidentemente, se trata de un reportaje realizado para educar en seguridad vial con unos medios y un lenguaje que nos chocan al contemplarlos 65 años después.
Es otro mundo el que nos ofrece el montaje al otro lado de la pantalla. Drones, radares, dispositivos que identifican vehículos, adelantamientos peligrosos filmados desde helicópteros, cámaras en autopistas que detectan a un conductor circulando en sentido contrario y la sucesión de choques que provoca en tiempo real, seguidos desde el Centro de Control de la DGT. Desde ahí es donde se inician habitualmente los protocolos necesarios para notificar inmediatamente a los servicios de emergencia lo ocurrido, al mismo tiempo que se desplazan al lugar del siniestro agentes de la Dirección General de Tráfico para regular la circulación, evitando más accidentes.
Muchos más conductores, muchos más vehículos: menos fallecidos
Poco más de un millón de vehículos estaban registrados en 1960 en nuestro país. Un dato muy pequeño si lo comparamos con los 36 millones de vehículos de la actualidad. Si ponemos fecha al primer gran boom automovilístico español, este sucede en 1957 con la comercialización de un utilitario llamado 'seiscientos'.
En aquel tiempo casi todas las carreteras españolas eran de un carril por sentido. No había circunvalaciones de pueblos y ciudades y hacer un recorrido desde Madrid hasta las costas andaluzas llevaba tantas horas de viaje que era preciso parar a hacer noche en el camino. Muchos coches no soportaban estos trayectos y se averiaban en lugares inhóspitos. De ahí la necesidad de un servicio como el llamado entonces de 'Auxilio en Carretera'. Eran esenciales, al igual que los agentes de tráfico que hacían continuos desplazamientos por las carreteras españolas para atender y cuidar a los usuarios de las mismas en caso de accidente o avería.
En aquel tiempo, la comunicación de un accidente podía llevar muchas horas. La mala calidad del asfalto, el trazado de las curvas, el mal estado de muchas de estas vías y la imprudencia al volante generaron en 1960 que 2.288 personas perdieran la vida en las carreteras españolas.
Hoy, con los teléfonos móviles en la mayor parte del territorio es fácil notificar a los servicios de emergencia una incidencia en las carreteras. Cualquier persona puede hacerlo. Tampoco tienen nada que ver los equipos médicos que se desplazan a los lugares donde ha ocurrido un siniestro. Estos equipos salvan hoy vidas que hace solo unos años no se hubieran salvado. Y son capaces, si es preciso, de aterrizar un helicóptero en mitad de una carretera para rescatar heridos, estabilizarlos y proceder al desplazamiento de los mismos hasta el hospital más cercano.
En el año 2024 fallecieron en nuestras carreteras 1.154 personas. La mitad que los que fallecieron en 1960. El número de automóviles era muchísimo menor en aquellos tiempos, al igual que los desplazamientos, pero las carreteras eran mucho más inseguras, y los coches más peligrosos.
La gráfica muestra un progresivo aumento de los fallecidos hasta 1989, cuando 9344 personas perdieron la vida en las carreteras españolas, el año más siniestro para la circulación de vehículos a motor en España. Desde 1986 hasta 1993 se construyó la primera gran red de alta capacidad en nuestro país, que supuso un trenzado de autovías por todo el territorio peninsular.
Esta gran red generó una mayor seguridad en los desplazamientos y un significativo descenso de las muertes por accidente que llegó también por otras medidas como la Ley del Tráfico en 1990; la creación del número de emergencia 112 en 1991; el cinturón y SRI obligatorio para menores de 3 a 12 años y el casco para ciclomotores en 1992; o la obligación del airbag en 1999, entre otras medidas.
Otros datos relevantes son el incremento de la población, del número de vehículos y de los desplazamientos. Basta recordar que el pasado puente del 15 de agosto hubo más de siete millones de desplazamientos en las carreteras de España. Miles de personas de la DGT trabajaron para prevenir accidentes desde las grandes vías hasta las carreteras secundarias, pasando por los centros de control, los coches patrulla, los helicópteros. Al igual que otras miles de personas lo hicieron en centros sanitarios y en ambulancias, para prevenir lo que pudiera ocurrir. Pese a todo este gran dispositivo, trece personas perdieron la vida en ese puente.
Preparar el viaje, estar atentos a las incidencias, respetar las normas y disfrutar del camino en los próximos desplazamientos dependerá ya de cada una de las personas que decidan iniciar viaje durante los concurridos días de finales de agosto en las carreteras españolas en la llamada operación retorno.