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Todos pueden comer Ensaladilla Rusa: 5 adaptaciones de la receta clásica a distintas dietas

  • Este verano, la ensaladilla rusa también se apunta a las dietas.
  • Te contamos cómo adaptarla a tus necesidades sin renunciar al sabor de siempre.
Ensalada rusa cilíndrica con guisantes, zanahoria, patata, huevo y embutido en mayonesa, decorada con pan tostado, perejil y tomate cherry, servida en plato azul verdoso.
Ensaladilla rusa, lista para consumir
Viviana Cordido

Una ensaladilla coqueta, para cualquier dieta

La ensaladilla rusa es uno de esos platos que no faltan en los veranos españoles. Fresquita, cremosa, sabrosa... y perfecta para compartir. Pero, ¿qué pasa si seguimos una dieta con ciertas restricciones o preferencias?

La buena noticia es que este plato se puede adaptar fácilmente a distintos estilos de alimentación. Hoy te contamos cómo preparar cinco versiones de ensaladilla según las dietas más comunes: vegetariana, vegana, sin gluten, baja en carbohidratos y alta en proteínas.

Para dietas vegetarianas, con estas alternativas ganas

La versión tradicional de la ensaladilla suele llevar atún, jamón cocido o incluso marisco. Para quienes siguen una dieta vegetariana, basta con prescindir de estos ingredientes y sustituirlos por alternativas de origen vegetal.

Una buena opción es añadir huevo duro picado, aceitunas verdes y un poco de aguacate, que aportan textura y grasas saludables. También puedes incorporar otras legumbres cocidas (además de los habituales guisantes), como garbanzos o lentejas, para aportar un buen porcentaje de proteína vegetal.

Tazón con diseño gris en zigzag, casi lleno de alubias blancas; algunas alubias fuera del tazón sobre superficie blanca.

Para dietas veganas, texturas ricas y sanas

Si eliminamos todos los ingredientes de origen animal, la ensaladilla también puede seguir siendo un plato sabroso y refrescante. Para elaborar una exquisita versión vegana, se sustituye la mayonesa tradicional por una versión vegetal a base de leche de soja o bebida de avena y aceite de girasol o de oliva, o incluso por humus cremoso.

En lugar de huevo o atún, se pueden añadir tofu marinado, encurtidos o pepinillos para dar un toque salado y crujiente. La clave está en jugar con las texturas: la patata y la zanahoria cocidas combinan de maravilla con ingredientes más frescos y ácidos.

Plato con tres lonchas de tofu blanco, rectangulares y superpuestas, sobre superficie de madera.  Acompañado de pimientos y brócoli.

Para dietas sin gluten, con cuidado y ¡que disfruten!

Aunque la receta tradicional de ensaladilla no lleva gluten, hay que tener cuidado con algunos ingredientes añadidos, como salsas comerciales, embutidos o mayonesas industrializadas, que pueden contener trazas.

Para una versión apta para personas con celiaquía o sensibilidad al gluten, lo ideal es preparar la mayonesa casera y asegurarse de que todos los ingredientes son certificados sin gluten. También conviene acompañarla con pan sin gluten o crudités, como bastones de pepino o zanahoria.

Pan integral sin gluten, húmedo y denso, con una rebanada cortada.  Alrededor hay almendras, granos y hojas verdes.

Para dietas bajas en carbohidratos, usa estos simples datos

¿Es posible disfrutar de una ensaladilla en una dieta baja en hidratos? Sí, con algunos cambios. En lugar de patata, puedes usar coliflor cocida troceada muy pequeña, que imita la textura y permite reducir drásticamente los carbohidratos del plato. En su defecto, también puedes utilizar raíz de apio o calabacín.

Además, procura tener presentes tanto los ingredientes como su preparación: ¡nada de freír! Prueba, en cambio, hervirlas o hacerlas al vapor.

Puedes mantener la mayonesa, el huevo y añadir atún natural, aceitunas negras o aguacate. El resultado es una versión ligera, saciante y perfecta para quienes siguen planes tipo keto o low-carb.

Coliflor blanca cremosa con textura rugosa y numerosos floretes, parcialmente cubierta por hojas verdes grandes y robustas.

Para dietas altas en proteínas, no hace falta ser “cocinillas”

Si tu objetivo es ganar masa muscular o seguir una dieta rica en proteínas, también puedes adaptar la ensaladilla a tus necesidades. Sustituye parte de la patata por claras de huevo cocidas, atún al natural o pechuga de pollo desmenuzada. Si no consumes carne o productos de origen animal, puedes recurrir a un bote de garbanzos para reemplazar o complementar la patata.

Además, añadir un toque de queso batido o yogur griego sin azúcar a la mayonesa puede aumentar el valor proteico sin perder cremosidad. Si sigues el truco de los garbanzos mencionado previamente, puedes conservar el agua del bote para crear tu propia mayonesa alta en proteínas, complementado con el zumo de limón (o vinagre), el aceite del atún y una pizca de sal.

Carne de cerdo desmenuzada con tonos marrones, desde claro a oscuro, bañada en un líquido espeso y brillante.  Aspecto jugoso y tierno.

Y lo que nunca enerva, es utilizar la conserva

Como ves, la ensaladilla rusa es mucho más flexible de lo que parece. Con unos pequeños cambios puedes adaptarla a casi cualquier tipo de alimentación sin renunciar a su esencia. Además, no solo se adapta a cualquier dieta, sino que también puede prepararse con una variedad impresionante de ingredientes.

Por ejemplo, nuestro compañero Micky Irisarri, experto en conservas, ha elaborado una receta tan sabrosa como fácil de elaborar, a base de conservas que seguro que tienes por casa, o puedes conseguir rápidamente.

Aquí la Tierra – Conservando el mejor sabor

¿Y tú, con cuál te quedas? Sea cual sea tu estilo de alimentación, este verano la ensaladilla rusa puede seguir siendo una invitada de honor en tu mesa. ¡A disfrutarla como más te guste!