Las mujeres y el futuro de la pesca: iniciativas para el relevo generacional
- Con "Enredadas", las rederas fabrican productos de moda para completar su sueldo
- El turismo pesquero y la divulgación gastronómica fomentan el sector
- La red NOWA conecta a mujeres en acuicultura de varios países mediterráneos
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Tenemos una idea muy masculinizada del sector pesquero. Lo cierto es que hay oficios como el marisqueo, donde las mujeres suponen un 60% de la fuerza de trabajo, mientras que en la pesca extractiva son solo un 6%. Las mujeres, históricamente, no salían al mar y ocupaban otro tipo de empleos, casi nunca reconocidos. Uno de los principales retos del sector es garantizar el relevo generacional y, para ello, se pretende animar a más personas a incorporarse a él, sean hombres o mujeres.
Carmen Argudo lleva treinta años saliendo a pescar. Ella es patrona mayor de la Cofradía de Pescadores de Gandía (Valencia) y participa en el programa de mentoría para mujeres rurales "Crecemos juntas" del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Sabe que es más fácil que las mujeres se embarquen en barcos de familiares o conocidos y si es con hombres desconocidos la cosa se complica. Sin embargo, subraya la necesidad de incorporarlas.
"Si no hay relevo, habría que amarrar barcos porque no hay gente para venir a pescar. Hay que abrir puertas, hay que abrir mentalidades y dejar trabajar a todos, mujer y hombre. Y yo te digo que una mujer a bordo hace el mismo trabajo que un hombre antaño. Hoy los barcos están bien preparados con aparatos para que cada vez la fuerza física que se necesita sea menor. Si es menos es para un hombre y para una mujer. Los aparatos te ayudan", afirma Carmen Argudo.
Además, muchas mujeres ponen en práctica -solas o agrupadas- iniciativas para superar la precariedad, difundir la cultura de la pesca o facilitar ese relevo generacional. En Objetivo Igualdad hemos hablado con alguna de ellas.
Difundir la cultura de la pesca
Cristina Caparrós es armadora de arrastre en Barcelona y divulgadora, miembro de la Associació Catalana de Dones de la Mar (ACDM). Hace 15 años, puso en marcha el proyecto online La Platjeta. Ofrecen una cesta 2 kg que incluye pescado azul, pescado blanco, marisco y moluscos de temporada y también se pueden pedir otros pescados a granel. El objetivo es poner en contacto a los consumidores con el producto fresco: "Que la gente tuviera acceso al pescado de proximidad de los barcos de temporada e intentar ayudarles a acceder a todos esos conocimientos que en una casa de pescadores son habituales, como qué hay en cada momento, cómo cocinar cada variedad, cómo hacer un suquet o un escabeche... Quería animar a los consumidores y las consumidoras a llevarse este pescado a casa y valorarlo como si compraran en la lonja".
La Platjeta creció y se ha convertido en un proyecto más integral, Cap a mar, con talleres y cursos sobre gastronomía con actividades turísticas como la visita a los muelles o la posibilidad de embarcarse en un barco de pesca. "Desarrollamos ideas que acerquen a toda la ciudadanía a lo que es el mundo del mar desde la perspectiva de una familia de la pesca, para hacer que todo este patrimonio cultural no se pierda y se pueda mantener como un valor, no como una cosa que pesa, sino como una cosa positiva y que nos ayuda en el día a día", explica Cristina Caparrós.
Cristina estudió química y cursó el doctorado en Biotecnología, pero siempre había mantenido la figura de la armadora en su imaginario, porque procede de una familia de pescadores de muchas generaciones: "Mi padre, mis tíos, mi, mi abuelo, toda la familia siempre ha pescado. Y las mujeres de mi familia siempre se han dedicado a gestionar los barcos: Capitanía marítima, seguros, bancos... toda la parte de gestión. Siempre me propusieron si quería formar parte de la embarcación y siempre estuve dispuesta y me apetecía y tenía ganas de ir al muelle". Fue también la posibilidad de conciliar la maternidad con el trabajo de tierra la que la animó: "Yo quería que mis hijos formaran parte de un tipo de vida como en el que yo había crecido, ir al muelle, estar presente, poderlos ir a buscar. Es un mundo muy duro y trabajamos muchas horas todos los días de la semana. Pero sí que es verdad que nos permite compatibilizar".
El trabajo de las rederas convertido en moda
Uno de los grandes problemas que tienen las rederas son los parones en su trabajo a los que las obligan los tiempos de cada modalidad de pesca, cuando los barcos están en alta mar o cuando no pueden salir. Grupos de rederas gallegas han puesto en marcha una iniciativa original para no permanecer mano sobre mano y dar nuevas salidas a su trabajo, el proyecto "Enredadas", en el que colaboran las Consellerías de Economía, Empleo e Industria y Mar de la Xunta.
Todo empezó en 2012, un año en el que sufrieron especialmente estos parones de actividad, como recuerda Rosa Rodríguez Vidal, presidenta de la Asociación de Rederas Illa da Estrela de Corme: Fuimos a las Consellerías y les dijimos que, o teníamos que salir del trabajo, o si no que nos ayudaran a diversificar la profesión. De ahí salió un proyecto con pequeños cursos, gracias a los que fuimos haciendo productos de moda, como bolsos. En este momento hacemos ropa también. Fue una salida que nos dio un poquito de adelanto para poder salir del del poco trabajo que teníamos de las artes de pesca".
Carolina Pecharromán
Estos productos, como bolsos, collares, pendientes, etc. se elaboran reciclando redes de pesca. También se fabrican canastas de baloncesto o porterías de fútbol. Las rederas que participan en "Enredadas" están muy orgullosas. Colaboran con Artesanía de Galicia y venden sus productos a marcas y cadenas de moda reconocidas internacionalmente.
No se trata tan sólo de salir de una crisis, sino de garantizar una estabilidad en las ganancias que permita el relevo generacional en un oficio, el de las rederas, fundamental para la misma existencia de la pesca, pero en el que la media de edad es muy alta. "Necesitamos relevo de personas jóvenes para que puedan realizar este trabajo. Pero los precios por nuestro trabajo son tan bajos y los barcos hacen tantos parones que la gente tiene miedo de entrar y no poder trabajar ni tener un salario mínimo", reconoce Rosa Rodríguez.
La conexión a través del Mediterráneo
Además de la pesca extractiva, la acuicultura tiene cada vez más peso en el sector. La cría de diferentes variedades en las conocidas como "piscifactorías" garantiza responder a la creciente demanda de pescado de los consumidores sin esquilmar los bancos de pesca. Garazi Rodríguez Valle de la Asociación Empresarial de Acuicultura de España (APROMAR), subraya que es un sector todavía muy desconocido: "Cuando llegamos a un mercado, normalmente no sabemos si el pescado que estamos comprando es de pesca extractiva o de acuicultura, simplemente que ha sido criado. Necesitamos que la gente sepa un poquito más cómo se cultiva, qué comen los peces, que se quiten falsos mitos... Es un sector muy innovador, pequeño, dinámico y los productos que tenemos están amparados bajo una legislación europea muy importante y muy estricta, con lo que todos los todos los alimentos son de muy buena calidad".
Fotografía facilitada por red NOWA
Pero también la acuicultura tiene problemas para encontrar trabajadores y trabajadoras. El proyecto Nowa pretende potenciar la igualdad de género en el sector y la incorporación de más mujeres. "La Red de Mujeres NOWA (Networks Women in Acuaculture) surgió de unos viajes que organizó la FAO de las Naciones Unidas para entrenar a mujeres en diferentes países, primero en Túnez, luego en Grecia y por último en España. Esta red la hemos formado cuatro mujeres de diferentes países con una sede en Francia y nuestro objetivo es poder establecer herramientas, cursos de formación, poder conectar a gente de diferentes países y así apoyar a la mujer no solo en España, sino a nivel global", explica Garazi Rodríguez Valle.
La acuicultura se desarrolla en gran parte en zonas rurales y costeras que puede contribuir a dinamizar, según APROMAR. Garazi Rodríguez cree que NOWA puede ayudar a que los empleos se cubran: "Esta experiencia con Nova está siendo muy enriquecedora. Todo el mundo está apoyando esta iniciativa porque se ve la necesidad de la incorporación de más mujeres en nuestro sector. Tenemos el ejemplo de algunos países, como puede ser Grecia o Turquía, que tienen mucha falta de trabajadores. Y luego en otros, como puede ser en Algeria o en Túnez, hay muchas personas con la formación adecuada que no tienen acceso a empleo. Por ello, establecemos vínculos entre diferentes países. Podríamos dar empleo a esas personas y sobre todo mujeres muy bien formadas para que pudiesen también desarrollar su labor".
Objetivo Igualdad