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Azerbaiyán eleva la tensión diplomática con Rusia y convoca a su embajador tras la muerte de dos azeríes

  • Ambos ciudadanos murieron durante una redada policial en la ciudad rusa de Ekaterimburgo
  • Azerbaiyán denuncia que la explicación de Moscú sobre las muertes contradice los informes forenses
Azerbaiyán desafía a Rusia tras la muerte de dos azeríes y detiene a varios periodistas rusos como represalia
Vehículos utilizados por las fuerzas de paz rusas en una carretera en la región de Nagorno Karabaj, Azerbaiyán SERGEI GRITS/AP
RTVE.es/AGENCIAS

Azerbaiyán ha convocado al embajador ruso en Bakú para protestar y exigir responsabilidades por la muerte de dos ciudadanos azeríes durante una operación policial en la ciudad rusa de Ekaterimburgo. El incidente ha desatado una grave crisis diplomática entre ambos países, lo que podría marcar un giro en la geopolítica del Cáucaso.

En medio del deterioro de las relaciones diplomáticas, el martes Azerbaiyán anunció la detención de varios ciudadanos rusos por su presunta implicación en redes de narcotráfico y delitos cibernéticos vinculados a Irán.

Según el Ministerio de Exteriores azerbaiyano, la explicación ofrecida por Moscú sobre las muertes "contradice" los informes forenses realizados tras la repatriación de los cuerpos. Además, Bakú ha rechazado el uso del término "grupo criminal étnico", empleado por Rusia para describir a los fallecidos y detenidos en la redada, calificándolo de ofensivo y discriminatorio.

Además de los ciudadanos rusos detenidos por Azerbaiyán, dos periodistas de la agencia Sputnik fueron arrestados bajo cargos de fraude, actividades empresariales ilegales y blanqueo de capitales, tras una redada en su oficina en Bakú. Moscú ha exigido su liberación inmediata, calificando las detenciones de "ilegales" y de "respuesta emocional".

Una crisis diplomática con precedentes en 2024

El caso ha reavivado las tensiones acumuladas desde diciembre de 2024, cuando un avión de Azerbaijan Airlines fue derribado en Kazajistán por error por las defensas antiaéreas rusas. Moscú admitió disparos ese día, pero no asumió responsabilidad directa. El presidente azerbaiyano, Ilham Aliev, exigió entonces disculpas formales y sanciones, sin recibir una respuesta satisfactoria por parte del Kremlin.

La reciente operación en Ekaterimburgo se saldó con dos azeríes muertos y seis detenidos. Moscú sostiene que uno de los fallecidos sufrió un infarto y que el segundo caso aún se investiga. Sin embargo, Bakú ha acusado a las fuerzas de seguridad rusas de tortura y asesinato. La indignación se ha extendido por todo el país, alimentada por una cobertura mediática crítica con el trato a la diáspora azerí en Rusia.

La tensión ha alcanzado también el ámbito diplomático y cultural. Bakú ha cancelado todos los eventos relacionados con Rusia en su territorio y ha convocado dos veces en una semana al embajador ruso. Por su parte, el Ministerio de Exteriores de Rusia ha advertido a sus ciudadanos sobre los riesgos de viajar a Azerbaiyán y ha denunciado que algunos turistas fueron "víctimas de violencia" por parte de la policía local.

Moscú pierde peso en el Cáucaso

El choque diplomático refleja un debilitamiento del poder ruso en una región históricamente considerada parte de su esfera de influencia. La invasión rusa de Ucrania ha generado un efecto de desconfianza entre las exrepúblicas soviéticas, y Azerbaiyán, fortalecido tras recuperar el control total de Nagorno Karabaj en 2023, se ha mostrado decidido a desafiar la presencia de Moscú.

La nueva política exterior de Bakú ha oscilado cada vez más entre el acercamiento a Turquía, considerado un aliado clave, los intereses energéticos de Occidente, y la búsqueda de mayor margen de maniobra frente a Rusia. El martes, en un gesto que irritó al Kremlin, el presidente Aliev mantuvo una llamada con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski.

A medida que Rusia pierde apoyos tradicionales en el Cáucaso —tras el distanciamiento de Armenia por su falta de apoyo en la crisis de Nagorno Karabaj—, Azerbaiyán se ha mostrado cada vez más dispuesto a desafiar abiertamente a Moscú para redefinir el equilibrio geopolítico en la región.