Pueblos líderes en donaciones de sangre: "Cada colecta es como una fiesta, un punto de unión para los vecinos"
- Extremadura es la comunidad con mayor tasa de donantes desde hace diez años
- Donantes señalan que, en muchos casos, falta relevo generacional en esta labor
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Los vecinos de Villafranca de los Barros, en Badajoz, tienen al menos tres citas imperdibles cada año. No son los festejos, ni siquiera un debate municipal: es la donación de sangre. Este municipio de más de 12.000 habitantes aporta más de 1.300 bolsas de sangre al año.
"Cada colecta es como una fiesta. Es impresionante ver cómo la gente llega con familiares y amigos. Se saludan y se ponen hablar con los demás. Es casi un punto de encuentro para muchos vecinos," cuenta a RTVE.es con motivo del Día Mundial del Donante de Sangre celebrado este sábado, Lola Durán, vecina del municipio y presidenta de la Hermandad de Donantes de Badajoz.
"Vienen padres, primos, hijos… casi generaciones completas y es una gran satisfacción ver cómo el pueblo se une para donar sangre, un gesto tan bonito y solidario. Un gesto que salva vidas: las de otros y las suyas propias, ya que les anima a hacerse un control de salud", explica sobre las extracciones en este municipio, líder en donaciones en la provincia tan solo por detrás de Almendralejo que alcanza las 2.116 bolsas.
“En muchos pueblos hay una cultura de donación, van en familia o con amigos“
Extremadura ha sido durante diez años seguidos el territorio con la tasa de donaciones por mil habitantes más alta de España (47,98), seguida de Castilla y León (45,72), Asturias (41,18) y Castilla-La Mancha (38,69). Dentro de ella, Badajoz aporta más de 60.000 donantes, el 44% de toda la comunidad.
Hasta hace poco, el 86% de las donaciones en Extremadura provenían de los municipios rurales, cuenta Lola Durán, una tendencia que se está transformando por el trasvase de población a las ciudades. “En muchos pueblos hay una cultura de donación, pero en las ciudades cuesta más por la dispersión. Estamos yendo a facultades, residencias o usando nuevas tecnologías para ampliar los llamamientos", dice sobre las actividades de la Hermandad, formada por un grupo de voluntarios que se encarga de apoyar y promover las extracciones realizadas por el Banco de Sangre de Extremadura.
Una vez recolectada, la sangre “viaja” hacia esta institución extremeña, según relata su directora, Esperanza Fernández. “Aquí se analiza la sangre para garantizar la seguridad con respecto a la transmisión de enfermedades infecciosas como la hepatitis o el virus del Nilo. Después se fracciona en hematíes, plaquetas y plasma para transfundir a cada paciente lo que necesita y se distribuye a los hospitales. Por ejemplo, si un paciente tiene anemia, en principio, solo necesita glóbulos rojos”, indica sobre el Banco, que en los últimos años también ha realizado jornadas para recoger sangre de cordón umbilical, médula ósea o leche materna, muy importantes para los pacientes o la investigación.
Para que nos hagamos una idea —continúa Fernández— la sangre tiene un tiempo limitado de almacenamiento: con una regulación térmica adecuada, los hematíes se mantienen durante 42 días, el plasma se puede congelar durante tres años y, las plaquetas durar cinco días. En este sentido, lanza "un llamamiento a especial a donar también por aféresis", que permite obtener selectivamente una parte de los componentes sanguíneos. De esta forma, según algunas estadísticas, se consigue obtener una cantidad equivalente de plaquetas a cinco donaciones de sangre.
Donantes piden más relevo generacional en esta labor
Esta ola de solidaridad también está presente en la provincia de Albacete. En Casas de Ves, “ni afinidades políticas, religiosas o incluso rencillas” privan a los vecinos de acudir a la casa social del pueblo, donde se improvisa una pequeña instalación médica para realizar las extracciones, relata Miguel López, habitante del pueblo y miembro de la Hermandad de Donantes de Albacete.
"Había un familiar con unas venas muy finas al que le costaban las extracciones horrores, pero aun así perseveraba y seguía viniendo en cada colecta”, explica, a modo de ejemplo de la fuerza de este pueblo que, aunque por población no se puede comparar con las extracciones de los municipios más grandes, “sí en voluntad y solidaridad”. Con sus poco más de 500 habitantes, Casas de Ves tiene la mayor tasa de donaciones de toda la provincia en cuanto a pequeñas localidades se refiere: 169'71 por mil habitantes, lo que hacen unas 93 bolsas de sangre donadas. Traducido a idioma más llano: casi la práctica totalidad de los lugareños que pueden dar su sangre, lo hacen.
No obstante, Miguel López vislumbra aún una dificultad: "seguir rompiendo la barrera del miedo". "Se va notando la falta relevo generacional. El perfil de donante envejece tanto en pueblos como ciudades. Los jóvenes deben animarse a donar, independientemente de donde residan", pide este vecino con más de 60 donaciones, tras recordar que él mismo “tenía pánico a las agujas al principio”, pero merecía la pena donar porque "regalas vida”.
Colecta de donaciones de sangre en un auditorio. Imagen cedida por la Hermandad de Donantes de Sangre de Albacete
A unos 80 kilómetros encontramos otro ejemplo en localidades mayores: La Roda, con una población de más de 15.000 personas y una tasa de 79,24 donaciones por mil habitantes. Lo cuenta Joaquín Salvador, vecino del municipio, a punto de cumplir nada menos que 150 donaciones. Cuando lo consiga, para Joaquín su mayor celebración será saber que ha podido "ayudar a alguien que lo necesita". “Nunca sabrás a quién, ni cómo, pero eso no es lo importante”, asegura.
Con todas las condecoraciones a sus espaldas —la cruz de bronce (10 donaciones), plata (25 extracciones), oro (50 donaciones), la Gran Cruz (75 donaciones para los hombres, 60 para las mujeres) y la Cruz mayor (100) entregadas por la Hermandad, este vecino dice que esto "no es ni mucho menos una competición". "Agradecemos cada donación, porque es verdad que nunca sabes cuándo te puede hacer falta. Pero es importante la constancia, la sangre aún no se puede crear en un laboratorio", indica tras calcular que una media de cien personas acude cada mes a la colecta a la Caja Banca del Ayuntamiento, un espacio multifuncional donde se instalan 12 camillas.
Estos centros itinerantes son la tónica en las donaciones de las zonas rurales manchegas. Personal sanitario y voluntarios acuden sin descanso casi todos los días desde los años 80 a distintos municipios. "Nos hemos puesto en colegios, centros de jubilados y hasta en un casino", cuenta como anécdota la presidenta de la Hermandad de Albacete, Ángela López, que describe a los donantes con un "estándar de calidad humana extraordinario. Albacete es tierra solidaria", reivindica.
La receta del éxito está en adaptarse a los usos y costumbres de los locales para facilitar la donación, depositar carteles a pie de calle para avisarles y responder a las dudas. Todo ello, aderezado con un ingrediente especial: muchos años de cercanía, confianza y trabajo. "La donación es algo totalmente altruista. Los donantes y las personas que reciben la sangre no pagan nada, aunque cada bolsa —aclara—tiene unos costes de procesamiento, de analítica, de fraccionamiento".
“La donación es algo totalmente altruista. Los donantes y las personas que reciben la sangre no pagan nada“
A estas tareas se une ahora la difusión en redes sociales para atraer también a gente joven: "Cuesta más acercarles esta dinámica, pero persistiremos", dice esta enfermera jubilada, que asegura que "mientras tenga salud y pueda" no "cambiará "las agujas médicas por las de ganchillo". “Hay muchos pacientes que lo necesitan. Es mi granito de arena en esta montaña de solidaridad de pueblos y donantes de toda España”.
En España, tan solo en 2023, donaron sangre y/o componentes sanguíneos más de un millón de personas, de los cuales el 16,6% fueron por primera, según datos divulgados por el Ministerio de Sanidad. El número de donaciones efectuadas fue de más de 1,6, millones.
Sobre el índice medio, fue de 35,4 por mil habitantes, una "cifra adecuada para atender la demanda de la red hospitalaria", establece el Ministerio, tras haberse atendido a más de 460.000 pacientes. España es, por tanto, "autosuficiente en componentes sanguíneos" destinados a transfusión desde hace tres décadas, añade.
