Las hermanas Brown de Nicholas Nixon detienen el paso del tiempo
- La serie completa se puede ver en la Fundación Mapfre de Madrid hasta el 24 de agosto
- Una exposición con los retratos de Heather, Laurie, Bebe y Mimi desde 1975 a 2022


Un fotográfo estadounidense saca una foto de su mujer y sus cuñadas durante unas vacaciones de verano, corre el año 1974 y detrás de la cámara está Nicholas Nixon. No queda satisfecho con el resultado, pero la idea le gusta y al año siguiente las hermanas Brown vuelven a posar delante de su objetivo y ahora sí, comienza una serie, que no interrumpirá hasta 2022.
En un principio, Nixon creía que dejaría de fotografiar a las Brown cuando faltará él o alguna de las hermanas, pero decidieron de forma colegiada parar la serie, antes de que el destino decidiera por sus protagonistas. Tras la foto de la pandemia, en 2020, hecha por Zoom, solo siguen dos instántaneas más, hasta la última, 48 años después de la primera.
La Fundación Mapfre, dueña del conjunto entero de fotografías de las hermanas Brown, la expone por primera vez en Europa en su sala de Recoletos 23, dentro del programa oficial de PhotoEspaña hasta el 24 de agosto. El comisario de la muestra, Carlos Gollonet, destaca que nunca antes se había publicado un catálogo con la serie completa.
'Las hermanas Brown', 1975. Colecciones Fundación MAPFRE. © Nicholas Nixon
De izquierda a derecha, Heather, Laurie, Bebe y Mimi posan en el verano de 1975 con 24 años, 22, 26 y 16, respectivamente, delante de la cámara de Nixon. Se trataba de una tradición familiar, solían tomarla los padres de las Brown y usar la imagen como felicitación navideña.
Nixon utiliza una cámara de 8×10 pulgadas (20,3 × 25,4 cm), cuyo tamaño de negativo no hace necesaria la ampliación y permite "una extraordinaria gama tonal de grises", según Gollonet. Las hermanas aparecen siempre en el mismo orden: el que ocuparon por azar, la segunda por la derecha es Bebe, su esposa, que mira directamente al objetivo y refleja la complicidad con el fotógrafo.
Las fotografías se toman en el exterior, aprovechando la luz natural. La perfección técnica, precisión y claridad de las imágenes hacen de esta serie una obra clásica, que entronca con el formalismo de la fotografía estadounidense del siglo XIX.
'Las hermanas Brown', 1999. Colecciones Fundación MAPFRE. © Nicholas Nixon
A medio camino entre la objetividad documental y la intimidad emocional, estas composiciones familiares son un anuario, pero también un ensayo sobre el retrato y el paso del tiempo. Nixon explota la esencia de la fotografía capaz de detener el tiempo, provocar nostalgia, mostrar el implacable paso del tiempo, la vulnerabilidad humana y las huellas de la vida en los rostros.
Parte de la familia
El éxito de cada uno instántanea no depende solo del fotógrafo, sino de las propias hermanas, que además de sentirse libres de posar a su aire, participan en la elección de la toma definitiva para la serie de entre las diez o doce que realiza Nixon en cada sesión anual.
A veces el artista se cuela de forma sutil en la imagen, como mera sombra o con sus dedos colándose por alguna esquina. Una especie de autorretrato que nos recuerda que él (hijo único) es también miembro de esa familia numerosa. Nixon consigue que el espectador reflexione sobre el paso del tiempo mientras asiste a una escena familiar y privada. Al contemplar los retratos, a veces surge una sensación de que se altera la cronología, un gesto juvenil parece atrasar el calendario.
Última foto de 'Las hermanas Brown', 2022. Colecciones Fundación MAPFRE. © Nicholas Nixon
La Fundación Mapfre inició su colección de fotografía con la adquisición en 2007 de la serie de Las hermanas Brown, una colaboración que se ha mantenido desde entonces. El comisario y conservador jefe ha destacado también que la segunda exposición que realizaron fue de la mexicana Graciela Iturbide, reciente ganadora del Premio Pricesa de Asturias de las Artes.
Desde el inicio del proyecto de NIxon ha transcurrido medio siglo, lo que permite apreciar los cambios graduales en las hermanas Brown. El color del pelo, que se va volviendo blanco, las arrugas en el rostro, la forma de los cuerpos y también cómo evoluciona su relación, el cariño, los abrazos, las miradas y la huella inexorable del paso del tiempo.