Pilar Távora: "He sido una persona molesta, por feminista y por querer ser cosas que te decían que no podías ser"
- La cineasta andaluza estrena su documental Gran redada gitana. Historia de un genocidio
- Habla de la expulsión de los gitanos en el siglo XVIII, un hecho histórico hasta hace poco silenciado


*Objetivo Igualdad se emite los domingos a las 16:30h en el Canal 24 horas y después en RTVE Play
La cineasta andaluza Pilar Távora quería desde hace tiempo poner el foco en un hecho muy poco conocido de nuestra historia, y que nos cuenta “incluso no se imparte en las universidades”. Nos encontramos con ella para hacerle una entrevista para Objetivo Igualdad en la cineteca de Matadero de Madrid, con motivo de la presentación de su último documental: Gran redada gitana. Historia de un genocidio.
“Es absolutamente necesario que se conozca una etapa histórica, oculta, para exterminar al pueblo gitano”, destaca. Para ello ha tenido que bucear en varios archivos históricos, entre ellos el de Simancas. Quería encontrar los documentos que demostraran “el genocidio cometido contra los gitanos en el año 1749”. Cuenta que en ese momento de nuestra historia, el marqués de la Ensenada, primer ministro del país, envió una orden a todas las provincias para detener a todos los gitanos, con la connivencia del rey Fernando VI y el papa Benedicto XIV.
“"A los hombres y los niños mayores de siete años los enviaron a galeras o a trabajar en las minas como esclavos y a las mujeres y los pequeños a casas de misericordia” “
Entre 10.000 y 12.000 gitanos murieron en esta operación y los que sobrevivieron se quedaron en la pobreza más absoluta porque, relata, “les quitaron todos sus bienes”. Entre los entrevistados del documental está el último Premio Nacional de Narrativa, el escritor Raúl Quinto, que ha escrito también sobre el tema en su novela Martinete del rey sombra. También ha contado con la abogada y activista feminista y por los derechos del pueblo gitano, Séfora Vargas.
Real Orden para la prisión de los gitanos que muestra Pilar Távora en su documental Cedida por Pilar Távora
Los gitanos deben hablar de abusos sexuales y otros temas
Pilar también es activista por los derechos del pueblo gitano y de otros pueblos desfavorecidos por la historia y señala: “Hay que empezar a hablar de cosas totalmente imprescindibles que no se hablan dentro del pueblo gitano”. Deben, dice, “empezar a desecharse costumbres” que llevan a veces a “los abusos sexuales dentro de la familia, los matrimonios con niñas adolescentes, el absentismo escolar, el maltrato…”. Costumbres que no te “hacen ser más gitano o gitana”. Y señala que las gitanas deben ir a la universidad, porque no ir “supone seguir en la marginación”.
Hija del dramaturgo Salvador Távora, cuenta que su padre “es feminista porque fue el que se empeñó en que sus dos hijas hicieran carrera universitaria”, en una época en la que no era tan habitual. Allí creó un grupo feminista y luchó contra el franquismo, “una dictadura injusta y tremenda”, llegando “a pasar a veces mucho miedo, mirando por todos lados a ver si había algún social por ahí que te estaba vigilando, o un coche con guardias”.
“"He roto muchos techos techos de cristal porque hay mucho machismo en el cine"“
Távora cuenta que cuando comenzó en el cine sufrió “un cierto recelo de... qué se creerá, cómo va a ser directora de cine”. Ha tenido que vencer los prejuicios por ser feminista, porque cuando empezó a principios de los 80, “el término feminista era visto de una manera bastante peyorativa”.
Pilar Távora durante el rodaje del documental "Gran Redada Gitana. Historia de un genocidio" Imagen cedida por Pilar Távora
Cineasta contra viento y marea
Ahora critica: “Hay un porcentaje de mujeres que sigue siendo ínfimo respecto a los hombres que dirigen” y también “un porcentaje ínfimo de protagonistas femeninas y de protagonistas femeninas de ciertas edades”. “Ellos tienen papeles de galanes con más de 60 años”, critica, y añade que se sigue considerando a las mujeres como un adorno. Dice que los hombres siguen protagonizando las historias y los photocall y que cuando los protagoniza una mujer: “Vamos a ver qué vestido lleva puesto”. Considera que las mujeres del cine: “Tenemos que empezar ya a combatirlo, no podemos estar tan sumisas y tan calladitas”.
Pilar, de hecho, tuvo que crear su propia productora con 19 años para "poder decir, hacer y construir mi mundo cinematográfico”. Su labor de empresaria la ha llevado a romper todos los techos de cristal. Cuenta que ha estado en muchas reuniones donde era la única mujer, y las conversaciones ”eran terribles sobre las mujeres, tremendas”. Piensa que no la veían: “Porque si no, no cuentan, ni hablan. Les daba igual”.
“El compositor Elmer Bernstein quiso llevarme a Hollywood, pero le dije que no porque quería luchar por mi tierra“
Pero del mundo del cine se lleva muchos gratos recuerdos, además de su trayectoria con títulos como Nanas de espinas (1984) con la fue al Festival de Berlín, Yerma (1998) con Aitana Sánchez Gijón y Juan Diego, Madre amadísima (2009) nominada a los premios Goya o el documental sobre su padre Salvador Távora: la excepción (2017). Uno de esos recuerdos fue que el compositor de Los siete magníficos (1960) o Los Cazafantasmas (1984), Elmer Bernstein, después de ver dos cortos documentales suyos, la invitó a vivir con su familia en su casa de Hollywood para que pudiera dirigir allí. Cuenta que el compositor vivía “al lado de Steven Spielberg cuando empezaba, y de George Lucas”, y que ella le dijo que no a su oferta hollywoodiense porque quería quedarse en Andalucía y “luchar por mi tierra y luchar por mi gente”. Y eso ha hecho.
En la política hay machismo hoy, incluso entre los hombres de izquierdas
Entre sus compañeros anarquistas y de izquierdas de su época estudiantil, Távora también sufrió bastante machismo. “Todo hay que decirlo”, afirma.
Se ha dedicado unos años a la política activa, militando en el andalucismo de izquierdas, entre 2011 y 2019. Y destaca que hay “muchísimo machismo en política” y que le sorprendió sobre todo encontrarlo en hombres de izquierdas “que no saben que son machistas”. Ese activismo andaluz, y su trayectoria artística la ha llevado a recibir la Medalla de Oro de Andalucía en 2017. Tiene además la Medalla de Oro de la Cruz Roja, y el Premio del Secretariado Gitano, entre otros.