Los sastres de los papas: "Hacemos sotanas en tres tallas buscando que les entren a todos y cruzamos los dedos"
- La sastrería romana Gammarelli ha vestido a todos los papas del último siglo, aunque ahora no ha recibido encargo
- Otro sastre, Raniero Mancinelli, de 86 años, ha elaborado hábitos de tres pontífices a los que ha conocido personalmente
A dos pasos del Vaticano, en las calles frecuentadas por cardenales y sacerdotes del barrio del Borgo, se levanta la sastrería Mancinelli. Al frente, Raniero Mancinelli, que a sus 86 años ha vestido a los últimos tres papas, como atestiguan las fotos que decoran su histórica tienda.
A los tres los ha conocido personalmente, y todos ellos eran "buenos, agradables, bastante sociables", aunque "diferentes entre ellos", explica a RTVE.es en una visita al sencillo taller situado al fondo de su establecimiento.
Mancinelli no deja de coser y de planchar, con un hierro de hace medio siglo, mientras nos atiende. A él el Vaticano no le ha pedido la sotana que se pone el papa recién elegido en la Capilla Sixtina al término del cónclave. O mejor dicho, las tres sotanas, ya que se preparan en tres tallas distintas para que le puedan valer a cualquiera de los 133 cardenales candidatos. De todos modos, ha decidido hacerlas por su cuenta.
Seis generaciones de sastres para un siglo de papas
Este artesano no es el único sastre que viste a los papas, y de hecho se disputa este honor con Gammarelli. Esta sastrería, ubicada junto al Panteón, en pleno corazón de Roma, lleva abierta desde 1798, y ha elaborado los hábitos de "todos los papas de los últimos 100 años", explica Stefano Gammarelli, sexta generación al frente del negocio familiar. Confeccionan sotanas, fajines y el sombrero blanco papal o solideo, entre otros elementos de la simbólica vestidura del pontífice.
Los cuadros de todos los papas, desde Pío XI (elegido en 1922) hasta Francisco, cuelgan a la entrada de este elegante establecimiento, frecuentado por clérigos de todo el mundo, muchos de ellos presentes aquí por el Jubileo o por el funeral del papa y el cónclave.
El dueño de la empresa explica que elaboran las tres tallas de las sotanas papales "buscando que le entren al mayor número de cardenales posible". "Y luego cruzamos los dedos", bromea.
La tienda de Gammarelli, con los retratos de los últimos papas Á. CABALLERO
Un sistema para acertar con la talla
La familia tiene un sistema para equipar de la mejor manera posible al sucesor de San Pedro, utilizando los datos de sus clientes que ya son cardenales y calculando el tamaño de los candidatos que no lo son. Estos días tienen mucho trabajo, señala, pero no revela si ha acudido algún purpurado papable. "No tendría sentido pedir ahora un traje, porque igual te hacen papa", dice con sorna.
Gammarelli no ha recibido el encargo del Vaticano de elaborar los tres hábitos en esta ocasión. Es la primera vez que ocurre desde octubre de 1978, cuando se celebró el cónclave para elegir al sucesor de Juan Pablo I, que solo estuvo al frente de la silla de San Pedro 33 días.
Telas y birretes en Gammarelli Á. CABALLERO
No hay una explicación oficial de por qué la Santa Sede no ha solicitado en esta ocasión las tres sotanas. Los medios italianos apuntan a que recurrirán a los hábitos ya elaborados de los últimos cónclaves, siguiendo el mensaje de sencillez y sostenibilidad de Francisco. "Se presume que harán esto, al final tienen nueve hábitos. Lo entiendo perfectamente, yo también lo haría si fuera ellos", reconoce el sastre.
En una entrevista con la agencia AP, sin embargo, sí que mostraban su desazón por no hacer en esta ocasión el hábito papal. "Obviamente estamos un poco apenados, porque dentro de la tristeza causada por la muerte del santo padre tendríamos algo bonito como elaborar los hábitos del siguiente papa. No esta vez", decía Lorenzo Gammarelli, hermano de Stefano. Para presumir de su largo historial de encargos vaticanos, en el escaparate exponen el zucchetto o sombrero del papa, el único sacerdote que puede llevarlo blanco.
Escaparate de Gammarelli, con el solideo papal Á. CABALLERO
¿Habrá esclavina roja?
Cuando Jorge Mario Bergoglio se presentó ante el mundo como papa en 2013, sorprendió por la que probablemente fuera su primera decisión, después de la del nombre de Francisco: prescindir de partes del hábito papal como la mozzetta o esclavina burdeos, una capa corta usada en eventos especiales, así como de la estola bordada en oro. No solo no las llevó esa noche, sino que no se las puso en todo su papado.
Ahora una de las primeras incógnitas alrededor del nuevo papa será si vuelve a hacer uso de estos elementos. "Veremos quién es primero, no sabemos qué querrá, pero trataremos de satisfacerle de la mejor manera", señala Mancinelli. Confía en que sea un pontífice "bueno", un "papa para todos", como lo fueron los tres últimos, aunque "cada uno tenía su carácter".
Él, asegura, no ha elaborado la esclavina dado que el jesuita argentino prescindió de ella. "Pero si me lo pidieran yo la hago", añade solícito.
Foto de Mancinelli, junto a su mujer y el papa Juan Pablo II, en su tienda Á. CABALLERO
El precio de la sotana, el gran misterio
Aunque no les hayan pedido hacer las sotanas, en Gammarelli también están disponibles para vestir al nuevo pontífice más adelante. "Si nos llaman nada más nombrarlo, en dos o tres días le podemos hacer los primeros hábitos", señala el heredero de este negocio. "Después, si nos piden algo, dependería de lo que sea y para cuándo, pero podríamos estar entre 15 días y dos meses", calcula.
Eso sí, ni él ni Mancinelli se atreven a decir cuánto cuesta el hábito de un papa. Preguntado hace tiempo sobre ello, el sastre anciano señaló: "Desgraciadamente, lo he olvidado".
La histórica máquina de coser de Mancinelli, que ha elaborado varios hábitos papales Á. CABALLERO