Canadá y Estados Unidos, una amistad "en pausa" y un nacionalismo reforzado ante los "ataques" de Trump
- Los canadienses votan con Trump en la cabeza, indignados por sus amenazas de anexión y por la imposición de aranceles
- El presidente de Estados Unidos centra los discursos de los candidatos y ha ayudado a dar la vuelta a las encuestas


En Ottawa, Canadá, la sede del Gobierno es un edificio gris situado frente a una librería en cuyo escaparate luce estos días preelectorales Entre Amigos, un libro que los gobiernos de Canadá y Estados Unidos editaron en los años 70 y sobre el que, ahora, en mitad de las tensiones con el presidente Donald Trump, pesa un cartel manuscrito que dice "Amistad en pausa".
Portada del libro 'Entre Amigos' en un comercio en Ottawa, Canadá MARÍA CAROU
"Así es como nos sentimos muchos aquí", explica el librero Liam a RNE. "Nuestra relación está congelada por culpa de un hombre loco, que se llama Donald Trump y que no parece entender cómo funciona la economía", continúa el dueño de la librería, quien se dice indignado por los aranceles del 25% que el presidente estadounidense ha impuesto a muchos productos canadienses, incluidos los coches.
"Queremos seguir siendo amigos de nuestros vecinos, pero somos un país independiente y así continuaremos", explica por su parte Claire a RNE. Molesta por las amenazas de Donald Trump de anexionarse Canadá, lleva un pin en la solapa con las estrellas de la bandera estadounidense mezcladas con la hoja de la canadiense y dos palabras: "No, eh".
Claire regenta un ultramarinos en Ottawa en el que ahora mismo no se venden productos estadounidenses. "Tengo que preocuparme de mis vecinos y de mi comunidad antes que de los demás", nos explica. En la capital del país, son muchos los comercios que tienen el cartel de "Compra canadiense".
La relación entre Estados Unidos y Canadá, dos vecinos, aliados y socios comerciales, ha pasado históricamente por momentos de tensión, pero esta crisis se siente más profunda que las vividas en las últimas décadas. "Me ha sorprendido bastante, no lo había visto en los 20 años que llevo aquí", nos dice Carolina Reyes Márquez, politóloga de la Universidad de Toronto. Hasta en Quebec, región con aspiraciones independentistas, se multiplican las banderas canadienses. "Sentimos que estamos siendo atacados", resume Liam, el librero de Ottawa.
Trump, eje electoral
Las amenazas de Donald Trump y la sensación de ser atacados se han convertido en el centro de la campaña electoral en Canadá y han ayudado a dar la vuelta a las encuestas. A principios de año los conservadores tenían una ventaja de 20 puntos, pero ahora son los liberales los que van en cabeza, empujados por el miedo a Donald Trump y por el tirón de un nuevo candidato, Mark Carney, sustituto de Justin Trudeau, quien tenía unos índices de aprobación muy bajos tras nueve años y medio en el poder.
Mark Carney tiene 60 años, es primer ministro desde hace poco más de un mes y fue gobernador del Banco de Canadá y del Banco de Inglaterra durante los tiempos de la crisis económica. "Es como el candidato soñado para un momento como éste", dice Liam.
A su currículum, la politóloga Carolina Reyes añade sus primeras decisiones en su nuevo cargo. "No habló con Donald Trump nada más tomar posesión y su primer viaje internacional fue a Europa, eso ha enviado el mensaje de que no se doblega ante Estados Unidos", argumenta.
En el otro lado de la balanza está Pierre Poilievre. El candidato conservador lideraba las encuestas ampliamente hace unos meses con un discurso muy similar al de Donald Trump, prometiendo poner a "Canadá primero", cerrar las fronteras y acabar con la criminalidad.
A Poilievre, la cercanía ideológica al presidente de los Estados Unidos le daba ventaja cuando muchos ciudadanos estaban cansados de Trudeau, pero ahora se ha convertido en un lastre. "Intenta distanciarse de Trump pero de facto sus programas electorales tienen muchas similitudes: el recorte de la administración, de regulaciones climáticas, un discurso duro con ciertos sectores de la sociedad como los sin techo", enumera Reyes.
Aun así, el medidor de encuestas de la radio televisión pública canadiense, CBC, da a Poilievre un 39% de intención de voto, frente al 42,7% de Mark Carney.
Cartel en un comercio de Ottawa: "Compra local, compra canadiense" María Carou
"Nos sentimos amenazados"
El conservador sigue siendo el favorito de muchos ciudadanos que quieren “que la vida vuelva a ser en Canadá como antes, con menos deuda, más fácil acceso a la vivienda y menos inmigrantes”, como nos dice Patty en uno de los mítines del candidato conservador.
A Poilievre miran también muchos menores de 35 años, sobre todo hombres, atraídos por su discurso económico, por sus promesas de reducir los precios y de facilitar el acceso a la vivienda. “Si seguimos por el camino que nos han llevado los liberales, con más deuda, el futuro será más difícil para nosotros”, nos dice Edgar, quien a sus 18 años se estrena hoy en las urnas.
De no existir Donald Trump y sus amenazas, esos serían los principales temas de los que se estaría hablando en esta campaña electoral. "Los precios han subido muchísimo y los salarios no", nos cuenta Clair.
Algunos ciudadanos canadienses se confiesan "enfadados" porque el presidente estadounidense centre su campaña electoral y opaque el resto de sus preocupaciones, otros, en cambio, lo asumen y piden no restarle gravedad al momento que viven.
"Nos sentimos amenazados, es una cuestión existencial como canadienses", explica Carol, una jubilada de Ottawa. Ella es uno de los más de siete millones de ciudadanos que ya han ido a las urnas en los días de votación anticipada, una cifra récord, un 25% más que hace 4 años. Por la amenaza que siente sobre su país, Carol nos dice que ha votado a los liberales "por primera vez" en su vida.
Edgar, que apoya a los conservadores, afirma que Trump se equivoca de enemigo y que, en lugar de atacar a su vecino y aliado, debería centrarse en “Rusia y en China.
Preocupado está también Liam. "Trump habla de destrozar nuestra industria del automóvil, eso pueden afectar a 600.000 puestos de trabajo, para mi el gran tema es cómo nos defendemos y cómo sobrevivimos a largo plazo", nos dice el librero de Ottawa. Él ha puesto "en pausa" no sólo el libro de su escaparate, también sus relaciones personales con Estados Unidos, por ahora no piensa visitar a sus familiares que viven al otro lado de la frontera.