Hallan en Valls los restos de la ciudad íbera de Kissa, escenario de las guerras púnicas
- Ocho hectáreas y 5.000 personas poblaban la ciudad de Kissa
- El hallazgo permite conocer un escenario clave en las segundas guerras púnicas
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Las historias de grandes batallas, monedas acuñadas con oro, proyectiles de balista y una urbe de 8 hectáreas permanecían, hasta ahora, dormidas bajo el suelo de la ciudad catalana de Valls, en la provincia de Tarragona.
Un equipo de arqueólogos de la Universidad de Barcelona (UB) ha localizado los restos de la ciudad íbera de Kissa, un importante escenario dentro de las guerras púnicas que libraron los romanos frente a los cartagineses. Es en Kissa donde tuvo lugar el primer enfrentamiento (218 a.C.) entre ambos imperios, informa la Universidad de Barcelona en un comunicado.
“La ubicación de Kissa se desconocía”, apuntan desde la UB; a pesar de ser una ciudad importante y escenario de acontecimientos capitales durante las guerras púnicas su exacta localización había sido un misterio. Estas guerras fueron el inicio de la ocupación romana de la península ibérica y, por ende, de la transformación de la cultura y sociedad ibérica.
“El hallazgo de monedas púnicas y proyectiles de armas en el interior de las casas derruidas, así como el análisis de fuentes históricas nos permite evidenciar y asegurar que el yacimiento de Vilar de Valls es la antigua Kissa”, afirma el profesor de arqueología Jaume Noguera, director de las excavaciones en el yacimiento.
El inicio del final de Kissa
Noguera asegura que los cartagineses atacaron y destruyeron parcialmente Kissa en el 218 a.C. durante una incursión militar liderada por Aníbal Barca, cuando atravesó la región con la intención de superar los Pirineos y llegar a Roma durante la segunda guerra púnica (218-202 a.C.).
Según los historiadores de la época -Polibio y Livio-, unos meses después tropas romanas desembarcaron en Empúries y derrotaron al Ejército cartaginés, lo que significó el inicio de la ocupación ibérica por parte del imperio romano.
Una gran batalla, eso es lo que plantea Noguera, tras los resultados obtenidos y las explicaciones que ya se conocían por antiguas escrituras que hablan de una batalla cerca de una población llamada Kissa. "Se ha encontrado un estado de destrucción homogéneo, cosa que hace pensar en una gran batalla y en un periodo que coincide con la segunda guerra púnica”, explica Noguera. “Parece ser que los romanos se pusieron las botas”, añade al señalar que los vencedores arrasaron el campamento cartaginés y el poblado íbero.
El hallazgo se ha hecho a las afueras de Valls, por encima de la línea del ferrocarril. Los investigadores calculan que el foso puede medir 14 metros de ancho, cinco de profundidad y unos 400 metros de longitud, detallan los responsables del proyecto a la espera de que las próximas investigaciones lo puedan ratificar. El foso es comparable al de Ullastret (Baix Empordà), que es el más grande de Cataluña. "Y si hay un foso, tiene que haber una muralla", pronostica Noguera.
Una Pompeya ibérica
Las excavaciones han confirmado que Kissa era una ciudad íbera de grandes dimensiones; ocho hectáreas de extensión y unos 5.000 habitantes recorrían sus calles a diario. Contaba con un gran e imponente sistema defensivo, con foso y murallas. Tres barrios han sido descubiertos, en una de sus calles se ha localizado una red de alcantarillado.
“Nuestra intención es que estas excavaciones sean un referente internacional, dada la calidad y cantidad de los hallazgos”, afirman desde la UB. Las primeras intervenciones en el yacimiento por parte del Grupo de Investigación sobre la Arqueología de la Complejidad y Procesos de Evolución Social (GRACPE) de la UB se remontan al año 2014. Estas investigaciones se financian gracias a un convenio entre el ayuntamiento de Valls y la Universidad de Barcelona en el marco del proyecto. "El cambio sociocultural en la Cesetania oriental durante la protohistoria y la época romana republicana" de la Generalitat de Cataluña.
“Para los arqueólogos es un sueño excavar en un yacimiento en el que se lo que se recupera está casi como hace más de 2.000 años a causa de una destrucción repentina, es como una pequeña Pompeya", concluye Noguera.
