Joan Manuel Serrat entrega su legado a la Caja de las Letras: "Me dejo en vida entre tan buenos muertos"
- La caja fuerte del Instituto Cervantes recibe el depósito del cantautor catalán
- Serrat también ha recibido el Premio Antonio de Sancha de los editores madrileños
El noi del Poble Sec nunca imaginó que los reyes le entregarían el Premio Princesa de Asturias, ni que el Instituto Cervantes recibiría su legado este jueves. Joan Manuel Serrat ha ejercido un oficio que le ha hecho "muy feliz" y ha depositado "emocionado" en la Caja de las Letras varios objetos personales muy queridos: su primer disco, un libro de poemas, una máquina de escribir y una partitura.
Confiesa que va a echar de menos su primer single de 1965, el poemario de Miguel Hernández, su máquina de escribir portátil Brother Echelon 44 con la que escribió cartas y canciones y la partitura en versión orquestal de "Mediterráneo". Bromea al recibir la llave de la caja 1.276 con que algún día sacará sus recuerdos "a pasear un rato por El Retiro" y luego los devolverá. El legado puede ser consultado por estudiosos e investigadores.
Agradece el homenaje porque admite que nunca ha hecho nada "pensando en que iba dejar un legado a nadie", ni siquiera planificó el nacimiento de sus tres hijos y se siente honrado de "dejarme en vida entre tan buenos muertos", en referencia a los depósitos de los escritores que le acompañan en la cámara acorazada del Instituto Cervantes.
Serrat y los poetas
El cantautor catalán, nacido en el Mediterráneo en 1943, siempre se ha sentido muy cercano a los poetas y ha musicado versos de Antonio Machado, Miguel Hernández, Joan Salvat-Papasseit o Mario Benedetti en discos enteros. También ha recogido poemas de Rafael Alberti ("La Paloma"), León Felipe ("Vencidos"), Joan Vergés ("El vell"), Ernesto Cardenal ("Epitafio para Joaquín Pasos") o José Agustín Goytisolo ("Historia conocida").
Serrat ha destacado el papel de la editorial argentina Losada, que editó a los mejores poetas españoles durante el franquismo. Precisamente un ejemplar de "estraperlo", una Antología de Miguel Hernández profusamente anotada y subrayada por el cantautor descansa en el apartado 1.276: "Un libro roto, manchado y y con signos evidentes de haber sido usado", apunta.
En la Caja de las Letras, reposan "sueños, fantasías, pensamientos, arte vivo. Arte de aquel que pueda estar en contacto con la gente", a su juicio, cosas más importantes que las que custodiaban antes.
Preguntado por RTVE por la vigencia de los ideales del ingenioso hidalgo, sostiene que "el talento de Cervantes sigue perfectamente vivo", pero que corren malos tiempos para Don Quijote que "saldría muy, muy, mal parado en el siglo XXI, mucho peor que lo que salió en su época original".
El director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, al entregar la llave de la caja al artista, ha señalado que "nuestro compromiso con el futuro es la elección de las mejores herencias que el pasado y el presente nos pueden dejar".
Mediterráneo eterno
Conocido "de Algeciras a Estambul" por su canción dedicada al Mare Nostrum, Serrat reconoció la importancia de ese álbum en su carrera en la gira Mediterráneo Da Capo, en la que volvía al origen. Ahora sigue subrayando la importancia de "Mediterráneo" con la entrega de la partitura para orquesta con anotaciones de su puño y letra y escritura en otros colores debida a la mano del copista, "un oficio en absoluto desuso".
De padre catalán y madre aragonesa, en su carrera ha combinado con naturalidad las canciones en catalán y castellano. Muchas veces le han preguntado en qué idioma le gusta más cantar y espíritu libre ha contestado que "en la lengua en la que me lo prohíban". Así se negó a participar en Eurovisión con el "La, la, la" por no poder interpretarlo en catalán, en 1968, edición en la que logró el triunfo Massiel, pero no apoya el independentismo.
Perito agrónomo de formación, aunque nunca llegó a ejercer, comenzó a cantar en Radio Barcelona, luego firmó con la discográfica Edigsa y su primer disco salió en 1965. Serrat ha legado una copia de ese single con una foto en blanco y negro de un jovencísimo Nano: "Ese era yo", ha dicho. "La mort de l'avi", "El mocador", "Una guitarra" y "Ella em deixa" eran los cuatro temas del vinilo.
Tres objetos del legado de Joan Manuel Serrat. EFE/ Zipi Aragon
De cine
El cantautor formó parte de Els Setze Jutges (Los 16 jueces), grupo que reivindicaba la Nova Canço y en el que militaban Lluis Llach o Maria del Mar Bonet. El éxito de sus canciones le llevó a hacer cuatro películas entre 1968 y 1976: Palabras de amor, La larga agonía de los peces fuera del agua, La ciudad quemada y Mi profesora particular. García Montero ha recordado que Gil de Biedma fue guionista de esta última cinta junto con Juan Marsé y Jaime Camino.
Los homenajes no han acabado en el acto de entrega a la caja fuerte de la institución, en el Instituto Cervantes Serrat ha recibido el Premio Antonio de Sancha, concedido por la Asociación de Editores de Madrid. Su presidente, Manuel González Moreno, ha destacado el papel del cantautor en el fomento de la lectura y ha señalado que es "un referente cívico, político y moral" que ya forma parte de la Historia de España.
De hecho, su compromiso político le llevó a condenar las ejecuciones de cinco miembros del FRAP y ETA en 1975. El régimen de Franco emitió una orden de busca y captura, lo que le obligó a un exilio improvisado en México y a una gira en autobús para poder sobrevivir. Regresó a España once meses después.
Interpelado sobre algún concierto especial, recuerda cuando se cayó del escenario del Carlos III, un golpe de una altura de tres metros, pero siguió cantando por vergüenza torera: "Me quedé agarrado al micrófono y subí cantando porque era un cobarde que no quería verse sometido a las burlas de la gente".