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Una cápsula de tres metros cuadrados como vivienda a 395 euros: síntoma de un Madrid cada vez más inhabitable

  • El Ayuntamiento de Madrid ha emitido una orden de cierre contra un hostal cápsula por incumplir la normativa
  • Se alquilaban cápsulas al mes a estudiantes, trabajadores temporales y personas sin acceso a una vivienda estable
El Ayuntamiento cierra un hotel cápsula en Madrid por incumplir las normas urbanísticas
LUCÍA GONZÁLEZ

Vivir en tres metros cuadrados por 395 euros al mes no es ciencia ficción. Es lo que ocurría en un edificio de la calle Solana de Opañel, en el distrito madrileño de Carabanchel. Allí se ubicaba Gallery Hostel Madrid, un hostal cápsula que ofrecía tarifas mensuales en el que se alojaban estudiantes, trabajadores temporales y personas sin acceso a una vivienda estable.

Donde hace un par de años había un taller, desde el pasado agosto ese lugar lo ocupan 26 unidades individuales y 14 cápsulas dobles. Un modelo pionero en España y que está en el punto de mira después de que el Ayuntamiento de Madrid emitiera este miércoles una orden de cierre contra el establecimiento. En palabras del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, "no cumple con la licencia que se le dio".

A primera hora de esta mañana el alojamiento aún continuaba con su actividad "con normalidad". Según ha podido confirmar RTVE.es, los trabajadores ni siquiera tenían conocimiento de la resolución municipal. Si bien, esto no es nuevo, el Gerente de la Agencia de Actividades ya había ordenado el cierre el pasado octubre al considerar ineficaz la Declaración Responsable presentada por el establecimiento. El hostal solicitaba su actividad como residencia de estudiantes, pero no existía vinculación directa con ningún centro universitario.

A finales de febrero, la Policía Municipal verificó que la orden de cese no había sido cumplida e inició un expediente de precinto por carecer de título habilitante para ejercer dicha actividad.

Una cápsula para vivir, no solo para dormir

"Se veía entrar y salir a bastante gente, que también venía aquí a comprar y ahora se ve menos", relata la trabajadora de un bar cercano, que lleva nueve años en el barrio. Según cuenta, el local abrió el año pasado y asegura que "no todos los inquilinos eran españoles".

Una opción asequible para muchos que no respeta la ordenanza municipal. "La normativa hay que cumplirla", asegura Martínez-Almeida, que incide en que "la ley establece un mínimo de condiciones de habitabilidad (...) y en el momento en el que no se cumplen estas condiciones se decreta el cierre inmediato".

Pero ¿qué dice la legislación madrileña sobre este tipo de alojamientos? La ordenanza municipal de habitabilidad exige una superficie mínima por persona, ventilación natural, y otras condiciones que no cumplían las cápsulas. 

Este tipo de alojamientos, populares en Japón, son cada vez más comunes en la península, pero siempre pensados para estancias breves. El primero de ellos llegó a Bilbao en 2019, desde entonces no han parado de aumentar.

Abre sus puertas el primer hotel cápsula en España

Paula, la gerente de ART Seven Hostel, un hostal de cápsulas destinado a uso turístico ubicado a escasos pasos de la Puerta del Sol, reconoce en una entrevista a RTVE.es que "no le parece útil como negocio": "No creo que salga mucho dinero en ese tipo de alquiler, es lo que nosotros ganamos aquí alquilándolo en una semana o incluso menos", reconoce.

Paula, sin embargo, reconoce que lo ve como una opción para gente que no puede acceder a otro tipo de alquiler: "Si tú necesitas un sitio donde quedarte a dormir, pues es una opción mejor, asequible, rápida y fácil de contratar, pero no creo que sea cómodo para largas estancias". Es el caso de un profesor extremeño que no podía permitirse otro alojamiento y pasó varios meses viviendo en una de estas cápsulas.

¿Fenómeno aislado o tendencia en marcha?

Y, aunque el caso de Opañel es, hasta ahora, único en su tipo por ofrecer cápsulas para estancias prolongadas, no es el único ejemplo de soluciones mínimas ante una crisis máxima. En otras ciudades, como Barcelona o Valencia, se han detectado fenómenos similares: habitaciones sin ventanas, camas calientes (alquiladas por turnos), e incluso trasteros habilitados como dormitorios.

La falta de regulación específica para estos formatos permite que proliferen hasta que una denuncia, una inspección o una orden los frene. Mientras tanto, se consolidan como "parche" habitacional para quienes no pueden pagar un alquiler tradicional, pero tampoco pueden optar a ayudas públicas o viviendas protegidas.

Si bien, el caso de Opañel va un paso más allá en la crisis habitacional cada vez más visible en la capital. Según los últimos datos del portal Idealista, el precio del alquiler en Madrid ha subido un 12,2% interanual y alcanza ya los 21,2 euros por metro cuadrado. Para jóvenes, estudiantes y trabajadores precarios, encontrar una habitación por menos de 500 euros mensuales se ha convertido en una odisea.

La orden de cierre marcará el final de este capítulo, pero no el del problema. Porque mientras una parte de la ciudad busca inversiones de lujo y apartamentos turísticos, otra sobrevive en espacios de tres metros cuadrados. Y no por elección, sino por necesidad.