El 'Hotel Florida', el refugio de Hemingway, Capa o Dos Passos durante la guerra civil española
- El periodista Carlos G. Santa Cecilia y la ilustradora Antonia Santolaya recrean su historia en viñetas
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El 31 de enero de 1924 se inauguraba en la plaza de Callao, en Madrid, el hotel más moderno de la época: el Florida, al que los periódicos de ese día describieron como "una verdadera joya de belleza y arte". Obra del arquitecto Antonio Palacios Ramilo (1876-1945), enseguida se convirtió en un símbolo de la ciudad y hospedó a celebridades como Charles Chaplin, Antoine Saint-Exupéry, Unamuno, García Lorca, Clara Campoamor... Pero fue durante la guerra civil cuando se hizo famoso en todo el mundo por albergar a los corresponsales de guerra extranjeros, como Robert Capa, Gerda Taro o Ernest Hemingway. Adquirido por Galerías Preciados, fue derribado en 1964. 100 años después de su inauguración, el periodista Carlos G. Santa Cecilia y la dibujante Antonia Santolaya (Del Trastévere al paraíso) recrean su historia en el cómic Hotel Florida (Norma editorial).
"El cómic me pareció el vehículo más adecuado para poder recrear la rica historia de un hotel de cuyo interior apenas nos han quedado imágenes, aunque sí relatos -nos comenta Carlos-. Hay muchas fotos e ilustraciones de la fachada, pero no del interior, de su estructura y de su vida cotidiana. El cómic nos permitía entrar en los entresijos de un establecimiento que tanta importancia tuvo en los cuarenta años que se mantuvo en pie: de 1924 a 1964. Era el hotel de la nueva Gran Vía, del hombre moderno que llegaba a Madrid con prisa y exigía servicios rápidos y eficaces, que llegaba para hacer negocios o asistir a los espectáculos. Por eso se anunció como una gran novedad el cuarto de baño en cada habitación. Atrás quedaban los vetustos Ritz y Palace, frecuentados por diplomáticos o aristócratas. El Florida era el hotel del hombre de su tiempo, de los años veinte y treinta".
Página de 'Hotel Florida' (Norma editorial)
Un cómic que nace del interés de Carlos por sus más ilustres visitantes: "Llegué al Hotel Florida tras mis investigaciones sobre los corresponsales extranjeros durante la guerra civil. En 2006 se inauguró en Nueva York una exposición que después ha recorrido cerca de cincuenta ciudades en veinte países de todo el mundo. En muchas de estas crónicas de enviados especiales de todas las nacionalidades había frecuentes referencias al Hotel Florida, del que casi nada se sabía, parecía que se lo hubiera tragado la tierra. En 2018 hablamos con Ámbito Cultural, la sección cultural de El Corte Inglés, uno de cuyos centros se erige en el lugar en el que estuvo el Florida, y pensamos en poner una placa en la plaza de Callao y organizar algunas actividades en torno al periodismo y la literatura. La cosa tuvo éxito, lo hacemos siempre en torno a la tercera semana del año, y este 2025 hemos llegado a la séptima edición".
La dibujante, Antonia Santolaya, ha sido la primera sorprendida por este cómic: "Me sorprendió la historia de un lugar por el que había pasado mil veces; durante 13 años yo viví en la calle Carmen, que corresponde a una de las esquinas del hotel. Me atrae mucho la idea de que transitamos por capas de historia, en este caso bastante reciente y olvidada. Carlos Santa Cecilia había realizado un gran trabajo de investigación y su propio apasionamiento sobre el tema se contagiaba".
Página de 'Hotel Florida' (Norma editorial)
"Desde el Florida se podía ver la cara al enemigo"
Durante sus cuarenta años de historia, los huéspedes más famosos del hotel fueron los corresponsales extranjeros y cineastas que cubrieron la guerra civil española, como John dos Passos, Martha Gellhorn, Gerda Taro, Robert Capa, Joris Ivens o Ernest Hemingway. "Me los imagino en un ambiente de penumbra y humo, como lo describió Juan Eduardo Zúñiga, y las ventanas y puertas tapadas con planchas de madera y sacos terreros -nos comenta Carlos-. Cuando llegó una corresponsal, Virginia Cowles, le dijeron que las habitaciones que daban a la plaza y por tanto estaban más expuestas eran más baratas que las interiores".
"Franco tenía emplazadas sus baterías en el Cerro de Garabitas de la Casa de Campo y desde allí dirigía diariamente sus proyectiles hacia la torre de la Telefónica -añade el periodista-. El Florida, que recibió muchos impactos, era el observatorio ideal para asistir a la guerra. Desde allí y con unos prismáticos se podía ver la cara al enemigo. El triángulo de los corresponsales lo componían el Florida, donde se alojaban entre traficantes, prostitutas y espías, la Telefónica, desde donde enviaban sus crónicas, y el Chicote, que les servía de esparcimiento".
"Una bomba que cayó a primera hora del 22 de abril de 1927, descubrió, entre una “gran exhibición de despeinados y lencerías”, como escribió Dos Passos, relaciones como la que establecieron Hemingway y Martha Gellhorn, que se convertiría en su tercera esposa", añade Carlos.
"Este cómic -nos comenta Antonia-, me ha permitido seguir la pista de varias y varios de sus protagonistas. Sorprende la cantidad de mujeres jóvenes que llegaron a Madrid como reporteras de guerra; como muchas de ellas dejaron la vida en esa experiencia y otras iniciaron una carrera prometedora".
Página de 'Hotel Florida' (Norma editorial)
El "Gaudí" de Madrid
"El hotel fue obra de uno de los grandes arquitectos de la época, Antonio Palacios, al que se calificó como el Gaudí de Madrid -nos explica Carlos-. Es también el autor del Palacio de Comunicaciones de Cibeles, del Círculo de Bellas Artes y del edificio de la actual sede del Instituto Cervantes. El Florida no sólo tenía baño encada habitación, también dispuso de la primera barra de tipo americano donde, sentado en una banqueta alta, eras atendido y podían tomar algo rápidamente".
"Creo que el Hotel Florida es el ejemplo perfecto de cómo la arquitectura representa una forma de vivir y de las necesidades particulares de una época -añade Antonia-. Entiendo que es un edificio que podría seguir en pie como parte de nuestro patrimonio, pero al no ser así, es importante realizar el esfuerzo de no olvidar lo que representó en nuestra historia".
En esa rica historia del hotel, Carlos reivindica también a Justo Aedo Alonso y Manuel Morán: "Fueron los gerentes del hotel, verdaderos artífices de su éxito (aunque no eran los dueños). Ambos tenían experiencia en establecimientos similares en América y supieron convertir el Florida en el centro cultural y político de los años veinte. A partir de la proclamación de la República, el Florida cobró todavía más protagonismo. Unamuno, García Lorca, Azaña, Alcalá Zamora, Lerroux y tantos otros llenaron de actividad sus salones. Aedo y Morán eran convencidos republicanos (el primero se barajó como ministro) y masones. Fueron depurados después de la guerra y los dos pasaron al exilio, Morán en México y Aedo a un exilio anterior, hasta que años más tarde se presentó a las autoridades y ya no tuvo que ingresar en la cárcel".
Página de 'Hotel Florida' (Norma editorial)
¿Sufrió Clara Campoamor un atentado entre sus muros?
En cuanto al supuesto atentado que Clara Campoamor sufrió en el Hotel Florida poco después de su discursó histórico gracias al que se aprobó el voto femenino en octubre de 1931, Carlos nos comenta: Entre las frecuentes reuniones del Florida durante la República, en mayo de 1932 se celebró un banquete en homenaje a la diputada Clara Campoamor y su lucha por el voto femenino y los derechos de la mujer. Durante el acto, estalló un petardo en un baño cercano (sin consecuencias), pero las mujeres decidieron continuar, sin aceptar la provocación. Fue detenido un camarero del Florida a quien habían visto entrar poco antes en los lavabos".
Página de 'Hotel Florida' (Norma editorial)
"Mi estilo es adaptarme a cada proyecto"
Antonia ya nos sorprendió con su arte para Del Trastévere al paraíso y aquí vuelve a firmar páginas también muy bellas, pero, a la vez, muy diferentes. "Mi estilo es adaptarme a cada proyecto; no tengo una fórmula que repetir. Unos meses antes había realizado para el CDN el número 7 de #Dramática, en el que se reflejaba la historia del Centro Dramático Nacional a través de sus trabajadores. Ahí utilicé varias técnicas y pensé que el grafito sería la más indicada para trasladarnos al pasado del Hotel Florida. Quienes complementarlo dando el color con ordenador y acercarlo a la actualidad".
En cuanto a lo que le ha resultado más complicado, Antonia nos confiesa: "Cuando hablamos de un cómic con un abundante número de páginas, lo más complicado es no perder la tensión creativa, ser constante. Es importante que el trabajo de inicio a fin mantenga una coherencia plástica. Por ejemplo, las referencias de los personajes famosos son fotos fijas de un personaje concreto, pero nosotros debemos crear una especie de película en secuencias que aporte vida a esa foto fija, que trasmita".
Destacar la gama de colores que utiliza Antonia y que nos remite inmediatamente a esos años: "Para hablar del pasado, no quería someterlo todo al blanco y negro del Nodo, pero sí limitar la paleta de colores. Principalmente hay un color luz, amarillo un poco apagado, un color sombra, azul no muy intenso y algún toque de tierra. No olvido que es una mirada desde el presente al pasado y pensé que con esta selección acompañaría a la memoria creando una luz que recorrería todas las fases por las que transcurren las anécdotas".
Página de 'Hotel Florida' (Norma editorial)
Una estupenda documentación
Tanto Carlos como Antonia manejan una estupenda documentación que nos permite descubrir la rica historia del hotel. "Todo parte de los corresponsales -nos comenta el periodista-, pero una vez que decidimos recuperar la memoria del hotel olvidado nos dimos cuenta de que habían sucedido muchas más cosas, antes y después de la guerra. El hotel es universal desde el momento en el que Ernest Hemingway sitúa en él la única obra teatral que escribió, ‘La quinta columna’, pero además se menciona en crónicas de autores de la talla de John Dos Passos, Martha Gellhorn, Mijail Koltsov… La vida cultural, social y política de cuatro décadas, pasa por sus paredes".
En cuanto a Antonia, nos comenta: "He tenido la suerte de contar con todo el trabajo de documentación que Carlos había realizado durante 7 años de investigación. Además, he buceado por internet para encontrar detalles que incorporar, y sobre todo para trasladarme a cada una de las épocas que transcurren durante la existencia del hotel. Necesito entender cómo sería la vida en la calle en cada momento, qué cosas eran habituales de verse en lo cotidiano. Me traslado en el tiempo para sentirme parte de esa experiencia".
Página de 'Hotel Florida' (Norma editorial)
Desgraciadamente, el Hotel Florida fue uno de los primeros edificios de la Gran Vía en convertirse en una víctima de la gentrificación de la zona. "El derribo se produce tras la adquisición, unos años antes, del solar y de los colindantes por parte del empresario Asturias Pepín Fernández, fundador de Galerías Preciados. Quería a toda costa posicionarse en el corazón comercial de Madrid, la plaza de Callao, y lo primero que hizo fue comprar una casa baja enfrente del Florida donde levantó para Galerías Preciados una torre, en 1943 (hoy Fnac), que superaba en altura al Florida. El hotel quedó arrinconado y algún tiempo después fue derribado a pesar de ser obra de uno de los arquitectos más eminentes de Madrid. Pepín Fernández tenía inmejorables relaciones con el régimen, muy especialmente con la mujer de Franco, y el hotel representaba internacionalmente la resistencia contra Franco y la defensa de la República".
Cien años después de su nacimiento y 60 de su derribo, Antonia Santolaya nos deja una poderosa imagen del Hotel Florida en la portada de este estupendo cómic: "La presencia de cada visitante famoso conlleva historias en paralelo de su estancia, su repercusión en los medios. La portada es un guiño a uno de los visitantes del Florida, Saint Exupery; lo imaginé volando rasante sobre la fachada y proyectando la sombra en ella. Aunque la sombra sea intangible, también tiene su presencia; de igual forma, la memoria deja un rastro que llega al presente".
Portada de 'Hotel Florida' (Norma editorial)