Javi Rey: "El protagonista de 'Le llamábamos Bebeto' es un Peter Pan de extrarradio"
- El dibujante mezcla sus recuerdos de infancia con una historia sobre el duelo y el paso de la infancia a la madurez
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Javi Rey (Bruselas, 1982) es uno de los grandes del cómic español actual gracias a sus excepcionales adaptaciones de libros al cómic, como Interperie, de Jesús Carrasco, que le valió una nominación a los Premios Eisner de 2019, o de Un enemigo del pueblo (Planeta Cómic), de Henrik Ibsen. Ahora nos sorprende con su obra más personal hasta la fecha: Le llamábamos Bebeto (Norma editorial), un cómic maravilloso en el que nos habla del paso de la niñez a la adolescencia y a la madurez, pero también sobre el duelo. Será una de las grandes obras de este 2025 y lo tenéis disponible en castellano y catalán.
El cómic cuenta la historia de Carlos, un niño de Sant Pere (un pueblo inventado que está basado en Gavà) en los años 90, y su relación con su hermano, su amigo Bebeto, su abuela y su primer amor, una joven llamada Sorrow (Dolores). Preguntamos a Javi hasta qué punto es una historia autobiográfica: "Le llamábamos Bebeto nace de unos textos que yo tenía escritos desde hace años. Porque me encanta el dibujo, pero también me apasiona la escritura y siempre estoy escribiendo relatos. Y un día vi que, juntando dos de ellos, uno que era una descripción de un chico que se parece al Bebeto del cómic, y otro en el que hablaba de la relación entre un niño y su hermano mayor, podía tener una historia más larga. Y así nació la idea para la novela gráfica".
"Es verdad que el universo en que se desarrolla esa historia resultante se basa en los recuerdos de mi niñez, en la ciudad en la que crecí, en esa época de mi vida... pero la historia es 100% ficción", añade.
Página de 'Le llamábamos Bebeto' (Norma)
El paso de la niñez a la adolescencia
Una historia que pertenece a ese género que los americanos denominan coming-of-age, el paso de la infancia a la adolescencia y a la edad adulta. "Esa es una época que me interesa mucho porque es el fin de la infancia, todo se vuelve más complicado y tienes que empezar a escoger, a tomar decisiones (que parecen) definitivas. También empiezas a cuestionarte cosas, te cambia el cuerpo, cambia la relación con tus amigos desde la infancia... cambian muchas cosas. Y tenía ganas de hablar sobre todo eso".
"Carlos, el protagonista, tiene nuevas inquietudes y muchas inseguridades -asegura el dibujante-, no está del todo convencido de que el camino que parece estar marcado para él y para sus amigos, sea el que le gustaría llevar".
La historia está ambientada en dos veranos, el de 1994 y el de 1995, que coinciden con los últimos tours de Induráin. "Esos veranos a esas edades y en esos años, me parecían eternos, al menos yo los recuerdo así -asegura Javi-. Y pasaban muchas cosas. Yo tengo la sensación de que era la época en la que realmente crecíamos, incluso cambiábamos de etapa".
Página de 'Le llamábamos Bebeto'
Como escenario de la historia, Javi también ha mezclado los escenarios reales de su niñez y adolescencia con la ficción. "La historia está ambientada en Sant Pere, que es un pueblo inventado, pero que bebe de la mitología de mi infancia, de las pistas de fútbol de cemento del Baix Llobregat y de la playa de Gavà, que es dónde pasé los veranos de mi niñez. Necesitaba crear esta ubicación imaginaria que estaría cerca de Barcelona para tener más libertad creativa. Un ejemplo sería la playa que aparece en el libro, que es muy distinta de la de Gavà, ya que he añadido una zona con rocas donde me apetecía que los personajes jugaran y donde hay un par de escenas muy importantes. En la playa de Gavà no hay ninguna zona de rocas y por eso he creado mi propia playa. Son detalles que parecen sin importancia pero que a nivel de de creatividad te dan mucha libertad".
Para los que vivimos los ochenta y los noventa, al leer este cómic es inevitable que nos invadan esas sensaciones nostálgicas de películas como ET, el extraterreste, Los Goonies o Cuenta conmigo. "No hay guiños directos a esos títulos -nos confiesa Javi Rey-, pero ese cine me marcó y está en mi ADN. O sea, que para mí es un piropo que me digan que se pude respirar eso en mi cómic".
Página de 'Le llamábamos Bebeto' (Norma)
Los protagonistas
Preguntamos a Javi por los tres principales protagonistas, empezando por Carlos: "Para hablar de Carlos hay que hablar de su hermano mayor, Miguel, porque sin él no se entiende. Es un chico que, desde que nace, tiene la protección absoluta de su hermano y crece en esa especie de burbuja de seguridad. Entonces, cuando su hermano ya no puede darle esa protección, Carlos se queda completamente descolocado y tiene que aprender a superar solo las dificultades. Es entonces cuando Carlos se endurece. Hasta que conoce a un personaje que le va a descubrir otra manera de relacionarse con la gente y a tener una sensibilidad diferente a la que él se ha construido para sobrevivir en este nuevo mundo, fuera de la burbuja".
En cuanto a Bebeto, que debe su nombre al popular exfutbolista brasileño, Javi nos confiesa: "Creo que en el fondo soy más Bebeto que Carlos. Hay una parte de Bebeto, ese sentirse totalmente descolocado con el contexto en el que vive, y esa forma de negarse a crecer y vivir en una infancia como idealizada, con la que me identifico. Es un Peter Pan de extrarradio, podríamos decir. No quiere crecer, por lo que sería la contraposición con Carlos, al que le gustaría ser ya una persona adulta, poder tomar sus propias decisiones y escapar de ese lugar. Es un personaje con una sensibilidad muy especial, que creo que es muy de los años 90. Es un personaje que no encaja en el concepto de masculinidad de aquella época y por eso lo pasa muy mal".
Página de 'Le llamábamos Bebeto'
Sin embargo, ambos personajes se ven obligados a cuidar de familiares que han perdido el contacto con la realidad, Carlos de su abuela y Bebeto de su madre. "Bebeto sigue siendo un niño pero será gracias a él que Carlos modifica su forma de tratar a su abuela al final de la historia. Pero sí, ambos tienen situaciones en casa, con personas mayores muy importantes en su vida, que contribuyen a aumentar esa conexión entre ellos".
Completa la terna de protagonistas Sorrow (Dolores), la prima de Bebeto, de la que Carlos se enamorará. "El primer amor siempre es un fracaso, como se ve la historia -nos comenta Javi-. Y yo quería hablar un poco de eso, de ese primer contacto con el amor idealizado, pero imposible a la vez. Y Sorrow es ese personaje, más maduro, que me permitía abrir esa puerta a Carlos, esa ventana hacia otros mundos posibles. Porque es un personaje que viene de fuera, que tiene otra visión del mundo mucho más expansiva y que sobrepasa las fronteras del pequeño mundo en el que Carlos ha crecido, y que es el único que conoce. Es el personaje que va a permitir soñar a Carlos. Y... ¿Cómo no te vas a enamorar de un sueño?".
Página de 'Le llamábamos Bebeto' (Norma)
Aquellos inolvidables veranos con Induráin
Esos veranos también fueron inolvidables para muchos de nosotros gracias a los cinco tours que Induráin ganó de forma consecutiva (de 1991 a 1995). No puedo recordar los veranos de mi infancia sin esas inolvidables retransmisiones del Tour. El de Pedro Delgado (1988) y los de Induráin. Yo tenía 9 años, o por ahí, y me parecía alucinante ver a un español ganando el tour. Y he conseguido que esas retransmisiones de los tours de Induráin tengan una justificación importantísima dentro del argumento. Además de ser un anclaje perfecto para esa ambientación en los años 90".
Y es que en el cómic no faltan numerosos detalles de la época, empezando por la ropa y siguiendo por cosas como los Bollycaos, los chicles Boomer... "Me ha encantado poder tirar de recuerdos y no tener que buscar documentación, que es un trabajo arduo y pesado -nos confiesa Javi-. Y he disfrutado mucho reviviendo mis recuerdos. Aunque cuando necesitaba algún detalle concreto, por ejemplo: cómo era el logo de Nocilla, lo buscaba. Pero casi todo surge de mis recuerdos, empezando por el piso de mi infancia en el que me crié, en Gavà. He dibujado hasta la ordenación de los muebles según lo recuerdo. Ha sido un placer dibujar tirando de la memoria".
En el cómic también hay una bella metáfora con los pájaros urbanos de Sant Pere y ese joven protagonista que quiere echar a volar. "Necesitaba algo que me ayudase a explicar cómo Carlos se siente atrapado y busca ese algo que le permita volar y escapar. Y los pájaros fue una gran solución narrativa. También me interesaba reflejar lo aleatorio que a veces son las las vocaciones. A veces pensamos que hemos nacido para algo porque conectamos con algo que nos apasiona y se nos da bien. Pero... ¿Qué hubiese pasado si por delante se nos cruza otra cosa? Por ejemplo... si, en mi caso, en vez del dibujo lo que me genera más estímulos es la ornitología. En ese desierto de estímulos que sufre Carlos se le cruzan esos pájaros, pero podría haber sido cualquier otra cosa. A lo mejor yo hubiera sido más feliz siendo jardinero, pero nunca tuve a nadie que me transmitiera esa pasión o no se me pasó por delante la oportunidad. Y también quería hablar sobre eso".
Página de 'Le llamábamos Bebeto' (Norma)
Un dibujo espectacular
Somos muy fans de Javi Rey porque es capaz de contar las cosas más complicadas con un dibujo aparentemente sencillo pero muy expresivo. Le preguntamos cómo ha adaptado su arte a esta historia: "La principal diferencia respecto a álbumes anteriores es que he buscado cierta redondez en los personajes, porque todos los personajes que aparecen, excepto la abuela de Carlos y la madre de Bebeto, son niños. Eso me ha obligado a hacer más dulce el acabado. Lo que más me preocupa siempre es la expresividad de los personajes, para conseguir que retransmitan las emociones que busco".
"Digamos que hay como dos polos en mi trabajo -continúa-. Por un lado tengo tendencia a un dibujo más realista y riguroso, sobre todo en los álbumes de encargo que hago con guionistas para Francia, y, por el otro, siempre busco una mayor simplicidad en el trazo. Reducir detalles innecesarios. Creo que si comparas mis cómics históricos con Interperie y El enemigo del pueblo, se puede ver como busco cada vez un trazo más sencillo, reducir detalles y simplificar. Aunque en Le llamábamos Bebeto quizá he juntado un poco esos dos estilos. Porque, habiendo simplicidad, también veo más detalle en el acabado de los dibujos. Pero lo importante es que el estilo me ha salido de una forma muy natural y me he sentido muy cómodo con este cómic. Me he dejado llevar tanto por la época como por el grafismo y la historia".
Destacar también el color del álbum, que nos lleva inmediatamente al verano y, concretamente, a los veranos de nuestra infancia. "Aquí he contado con la imprescindible colaboración de Marcos Morán -nos confiesa Javi-, que me ha ayudado con la parte más pesada y dura, que es poner las bases para que yo pueda trabajar con esa guía. En cuanto a la gama cromática y al acabado final, había esa intención de que recordara una estación y una época. Yo venía de unos álbumes con colores muy vivos, muy intensos, porque me los pedían las historias, y aquí era justo lo contrario. Quería ese tono vintage que inmediatamente nos remitiera a los recuerdos. Porque la historia nos la cuenta Carlos desde la época adulta, reviviendo esos dos veranos de su infancia y juventud. Y el color es una herramienta muy potente para transmitir esa cierta nostalgia".
En cuanto a sus proyectos, Javi Rey nos avanza: "Actualmente estoy dibujando un guion de José-Louis Bouquet, que fue editor mío en la colección Aire Libre de Dupuy. Estamos haciendo un libro para una colección que adapta novelas de George Simenon, pero no las del detective Maigret, sino novelas que escribió y que se salen del género polar. En Bélgica Simenon es casi como Cervantes y por eso están rescatando esas novelas que estaban un poco olvidadas, al no ser de su personaje fetiche. Aparte, también estoy escribiendo un guion para mi siguiente cómic en solitario para seguir con estas historias más personales en la línea de Le llamábamos Bebeto".
Portada de 'Le llamábamos Bebeto' (Norma)