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El Greco deslumbra en la galería central del Prado con sus "obras maestras" de Santo Domingo el Antiguo

  • La exposición El Greco. Santo Domingo el Antiguo tiene lugar del 18 de febrero al 15 de junio
  • El gran lienzo de la Asunción vuelve al Museo del Prado más de un siglo después

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El Greco deslumbra en la galería central del Prado con sus "obras maestras" de Santo Domingo el Antiguo

Doménikos Theotokópoulos era un pintor cretense especializado en iconos bizantinos, que tras diez años de formación en Italia, tres en Venecia y siete en Roma, recaló en España. Su intención era convertirse en pintor de corte, pero se estableció en Toledo y su nombre quedaría unido para siempre a la ciudad.

El Greco contó con el apoyo de un noble que había conocido en Roma, Luis de Castilla, cuyo padre era deán de la catedral de Toledo y le encargó El Expolio para el templo principal y nueve obras para la iglesia del Monasterio de Santo Domingo el Antiguo por ser "eminente en su arte y oficio".

La exposición El Greco. Santo Domingo el Antiguo puede verse del 18 de febrero al 15 de junio en el primer tramo de la galería central del Museo del Prado, un lugar privilegiado situado al lado de las salas permanentes dedicadas al maestro de Candía. Su comisaria, Leticia Ruiz, destaca que los cuadros seleccionados "son todas obras maestras".

La muestra, patrocinada por la Fundación Amigos del Museo del Prado, reúne por primera vez, desde su dispersión, ocho de los nueve lienzos que el Greco realizó para esta iglesia toledana entre 1577 y 1579. El único cuadro que no se ha logrado traer es un San Bernardo de Claraval del Museo Hermitage de San Petersburgo.

La Asunción

La protagonista indiscutible es la Asunción de la Virgen, un gran lienzo de más de dos metros de ancho por cuatro de alto, que era la imagen central del retablo del altar mayor. Se trata de un préstamo del Art Institute de Chicago, propietario del cuadro desde 1906. La tela vuelve al Prado más de un siglo después. Formó parte de la primera exposición dedicada al Greco en 1902.

'La Asunción' del Greco

'La Asunción' del Greco, 1577.

La Asunción del Greco fue adquirida en 1830 por el infante Sebastián Gabriel y tras confiscarse su colección en 1836, la obra pasó al Museo de la Trinidad. El infante la recuperó en 1859 y se la llevó a su exilio en Francia. Tras su muerte en 1875, su colección se dispersó entre sus herederos.

La coleccionista estadounidense Nancy Atwood Sprague compró La Asunción en 1904 en la galería parisina Durand-Ruel y, en memoria de su marido Albert Arnold Sprague, la donó al Art Institute de Chicago en 1906.

Este cuadro fue probablemente el primero que el cretense pintó en España y es excepcional porque aparece fechado y firmado. En el ángulo inferior derecho se puede leer en dos líneas en griego: "Domenikos Theotokopoulos, cretense / lo mostró en 1577".

El Greco desdibuja la línea entre lo terrenal y lo celestial, el borde del manto de María desciende de la luna y ocupa un espacio cerca de las cabezas de los apóstoles. La Virgen es una presencia imponente y sus brazos abiertos remiten a Cristo en la cruz. En las mismas fechas, el Greco estaba iniciando El Expolio, en ambos cuadros las cabezas se disponen de forma similar, con una expresión parecida y gran presencia de los ropajes.

La concepción del retablo rompió los moldes castellanos y siguió el modelo veneciano, con una gran tela central alrededor de la que se disponían el resto de las pinturas. En su emplazamiento original, la mano de San Benito apunta a la imagen de María.

La Adoración de los Pastores

La exposición muestra una Adoración de los Pastores en la que aparece en el ángulo inferior derecho un San Jerónimo penitente, una petición especificada en el encargo, y cierra con otro cuadro con el mismo tema, realizado veinte años después, en el que se aprecia la evolución del estilo del pintor.

'Adoración de los pastores'

'Adoración de los pastores' del Greco.

Como curiosidad, la segunda adoración velaba los restos mortales del Greco en una de las capillas del Monasterio de Santo Domingo el Antiguo, pero solo estuvieron tres años en esa ubicación. Muerto su protector, fueron llevados a la Iglesia de San Torcuato, un templo toledano que desapareció a mediados del siglo XIX.

En la última Adoración, el pintor se autorretrata como un pastor hincado rodillas ante el niño, y también plasma a su hijo de pie con los brazos cruzados y un jubón amarillo.

En la actualidad, solo tres pinturas del Greco permanecían en la iglesia de Santo Domingo el Antiguo: San Juan Bautista y San Juan Evangelista en las calles laterales del retablo del altar mayor y la Resurrección en la nave lateral derecha. Ahora se exponen sin enmarcar lo que permite apreciar desde la estructura de los bastidores, hasta los tableros de madera o las pinceladas de descarga en los márgenes.

El Museo del Prado ofrece visitas guiadas a la exposición los viernes en dos pases de mañana y tarde a grupos reducidos de 14 personas, la actividad es gratuita, pero es necesario recoger un pase en el mostrador de Puerta digital de los Jerónimos.

La muestra también se acompaña de un ciclo de conferencias del 19 de febrero al 5 de marzo, en las que se abordarán La renovación del monasterio de Santo Domingo el Antiguo de Toledo en la Edad Moderna: el legado testamentario de la dama María de Silva († 1575) a cargo de Macarena Moralejo; El Greco en Santo Domingo el Antiguo por la comisaria de la exposición, Leticia Ruiz; El trazo casi invisible: los dibujos del Greco por José Manuel Matilla y El cuadro de "El Expolio de Cristo", para la catedral de Toledo. El primer encargo que el Greco tuvo en España por el restaurador Rafael Alonso.