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La acampada propalestina de Granada fuerza la ruptura de relaciones de su universidad con Israel

  • Desde las acampadas exigen el cese de relaciones de los centros educativos con Israel
  • Consulta la última hora en el mapa de las concentraciones propalestinas en las universidades españolas

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Estudiantes participan en la manifestación que recorre el centro de Barcelona
Estudiantes participan en la manifestación que recorre el centro de Barcelona EFE

Los universitarios españoles siguen acampados en las puertas de sus universidades exigiendo un alto al fuego en Gaza. Presionan a las instituciones académicas para que corten todo tipo de relación con Israel y se mantienen con fuerza sumando cada vez más personas a su causa. El claustro de la Universidad de Granada ha decidido de forma unánime este viernes romper todo tipo de relaciones gracias a la presión estudiantil.  

En otras ciudades, como Madrid, el alumnado se ha instalado en tiendas de campaña denunciando “la complicidad que tienen nuestras universidades y nuestro Gobierno con lo que está pasando en Palestina”, declara a RTVE.es Daniel Maire-Richard, estudiante de la capital

Piden romper los convenios de estudiantes, los intercambios, los grupos de investigación y, en general, todo tipo de vínculo que sus centros educativos mantienen con Israel. La portavoz granadina Nora Borrás explica que su universidad tiene “contratos en el campo de la tecnología, sabiendo que los sionistas utilizan después estas mismas tecnologías para que la opresión sea más efectiva. Tenemos que entender que Israel no se sostiene sin el apoyo internacional”. Fernando Pazmiño, representante estudiantil zaragozano lo ejemplifica con "el programa de inteligencia artificial de drones que nuestra universidad tiene con Israel".

Ruptura de relaciones

El pasado 8 de mayo, la Universitat de Barcelona anunciaba su decisión de romper todo tipo de relaciones con Israel. Este viernes día 17, el claustro de Granada seguido la misma inciativa de forma unánime y sin ninguna abstención. Esto supondrá el cese de convenios bilaterales, de estudio, de investigación, grados y demás relaciones que el centro mantenía con el país.

Los estudiantes lo han celebrado al grito de "¡La lucha es el único camino!", haciendo referencia a las casi dos semanas que llevan acampados en el campus. Todavía pendientes de la decisión asamblearia de si el campamento sigue o no, los universitarios hoy recuerdan que "si no fuese por la acampada y la presión nada de esto sería posible", cuenta a RTVE.es Aly, profesor de la universidad.

En la Universidad Compluetense de Madrid, decenas de estudiantes acampados han ocupado el Vicerrectorado de Estudiantes al grito de “¡fuera sionistas de la universidad!” pidiendo el cese de relaciones con Israel, según ha podido saber RTVE.es.

El 76 aniversario de la Nakba

Las acampadas de Salamanca y La Rioja han sido las últimas en sumarse este miércoles 15 de mayo a la movilización. Lo han hecho en una fecha simbólica, conmemorando el 76 aniversario de la Nakba: la expulsión y huida de 700.000 palestinos tras la fundación del estado de Israel. Ahora, desde sus campus piden "solidaridad" con el pueblo pueblo palestino y denuncian "que aunque las universidades no tengan convenios estudiantiles directos, sí mantienen otras relaciones con empresas que financian las armas que acaban en Israel", denuncia Aida Maside, portavoz de los estudiantes de la de Salamanca.

Desde Granada también conmemoran este día, con la Alhambra de fondo junto a las obras del artista Alfonso Masó Guerri. Lo hacen a través de figuras humanas que representan la “el grito de desesperación y el dolor de la opresión permanente de Israel”, según ha expresado el propio escultor. 

Esculturas del artista Alfonso Masó Guerri

Nuevas acampadas

La semana del 6 de mayo acababa con asambleas positivas para los universitarios sevillanos y santiagueses, que habían programado acampadas para los días 13 y 14, respectivamente. Según había expresado el líder estudiantil Artai Gavilanes el pasado jueves, las diferentes asociaciones implicadas contaban con "un fin de semana por el medio en el que los estudiantes se van a casa. Mientras empapelaremos Compostela y el lunes iremos aula por aula”. Ahora, desde la tarde de este martes, los estudiantes gallegos se atrincheran en los pasillos de la Facultad de Geografía e Historia, superando la capacidad de 180 personas.

Los universitarios leoneses tomaron la misma decisión encerrándose en la Biblioteca central la noche del 14 de mayo a la espera de que su rectorado califique "sus relaciones con empresas e instituciones israelíes y que corte relación con todas ellas". "No queremos que nuestras manos y nuestra Universidad estén manchadas de sangre", denuncian.

Por su parte, los andaluces han sumado nuevos campus incluyendo la Universidad de Sevilla, la de Pablo Olavide, Jaén y acciones más puntuales en Córdoba. "Acampadas pacíficas en las que el alcohol está prohibido", expresa a RTVE.es Jesús Sánchez, portavoz estudiantil de Jaén, en las que pretenden "que la universidad corte todo tipo de relación con Israel". Con estas acampadas se aseguran "que no nos ponemos de espalda ante un genocidio”, explica el estudiante sevillano Carlos Ochoa. Así, denuncian que sus centros han comenzado a pedir documentación a los participantes de las protestas, medidas que, según Ochoa, "no se habían hecho antes y echan para atrás a la gente que quiera participar".

Universitarios sevillanos se concentran en la puerta de la facultad de geografía e historia

Universitarios sevillanos se concentran en la puerta de la facultad de geografía e historia

Estas mismas medidas son las que se han adoptado desde el claustro de Murcia. Tal y como explica a RTVE.es la vicerrectora Alicia Rubio, "es un campus abierto al estudio y necesitamos saber quién entra, pero no pedimos peticiones concretas de si van a estudiar o a la acampada". De la misma forma, ha asegurado que su universidad no mantiene ningún tipo de acuerdo con Israel del que sean conscientes.

Barcelona llama a la huelga

Después de nueve noches instalados en edificio histórico de la Universitat y una jornada de elecciones de por medio, los barceloneses han llamado a la huelga a los estudiantes de secundaria y enseñanza superior este 15 de mayo. Lo hacen después de que el claustro hubiese aprobado una moción de apoyo a Palestina. Con esto, la institución asegura que romperá relaciones con universidades, institutos de investigación o empresas israelíes. Según expresa Duna Galup, universitaria catalana, están "contentas pero seguimos escépticas. No vamos a finalizar la acampada hasta que nos aseguremos de que las intenciones de la universidad son realmente las mismas que las nuestras".

Idéntica respuesta esperaban los estudiantes del resto de universidades con motivo de la reunión de la Junta Rectora de la Conferencia de Rectores (CRUE) para tratar el tema. La resolución, que los alumnos califican como “tardía y tibia”, es “revisar y, en su caso, suspender los acuerdos de colaboración que no hayan expresado un firme compromiso con la paz”.

En Madrid, la acampada más multitudinaria del Estado, los estudiantes se concentraron el domingo a la biblioteca María Zambrano. Allí desplegaron una pancarta en la que se podía leer "Solidaridad con el pueblo palestino, únete a la acampada". Este lunes, han anunciado "un aumento de la presión para que se cumplan sus reivindicaciones ante el intento de desincentivar las acampadas". "No queremos tuits de apoyo a la acampada, con mensajes vacíos a políticos que se encuentran en el gobierno. Sabemos que son ellos quienes pueden tomar medidas reales", sentencian.

Valencia, la primera acampada

En España, los impulsores de este movimiento interuniversitario fueron los alumnos de la Universitat de València, que cumplen este lunes quince días acampados. El pasado 29 de abril, llevaron sus tiendas de campaña, esterillas, colchones hinchables y mantas ante las puertas de la facultad de Filosofía para acampar de forma indefinida. Siguen al pie del cañón e ilusionados con la expansión de su causa a otras universidades del país. 

La semana comienza con una nueva acampada en Universitat Jaume I de Castellón que se adheriere al movimiento estudiantil global en solidaridad con Palestina para exigir una "respuesta contundente" ante el "genocidio perpetrado por Israel en Gaza". Para incentivar esta afluencia, en la mayoría de las acampadas se están implantando turnos y reparto de comidas. Los participantes también imparten talleres y charlas formativas sobre la causa palestina. 

Época de exámenes

Esta misma implicación es la que exhibieron los universitarios de Alicante, que duermen a las puertas de la facultad de Letras desde el miércoles de forma indefinida. La estudiante Nor Bourahla dice que como “los exámenes complican mucho la organización, solo podremos seguir si se suma más gente”. Mientras, otros campus llevan a cabo acciones puntuales en sus facultades.

Muchos organizadores temen que los exámenes mermen la fuerza estudiantil. Están llegando a la recta final del curso y aun así, están arriesgando su expediente académico “ante una causa mucho más importante”, cuenta uno de los participantes madrileños. Según explica Gabi Alcaraz, portavoz valenciano, “los exámenes suponen una amenaza para la movilización, pero continuaremos resistiendo. Mientras tanto, muchos seguimos estudiando incluso aquí”. Por eso, en campamentos como el de Madrid han instalado zonas de estudio para que los presentes no dejen de lado sus responsabilidades educativas.

Los estudiantes responden con la continuidad de su movilización “hasta que la universidad no corte relaciones”. Los granadinos duermen en tiendas de campaña desde el miércoles, convirtiéndose en la primera acampada de Andalucía en apoyo a población palestina. Un día después, varios docentes ya se habían trasladado del aula a los jardines del campus. Es el caso de Mario López, un catedrático de Historia que durante la mañana del jueves impartió una clase de movimientos sociales y antimilitarización. Así lo relata a RTVE.es Borrás, quien valora el “esfuerzo de los profesores que están llevando la teoría a la práctica, enfocando sus clases en informar sobre los diferentes puntos de vista del genocidio”. 

En la noche del jueves, estudiantes zaragozanos se encerraron en el edificio Interfacultades de la universidad para unirse a las protestas. "Se planteó como una concentración puntual, pero dada la fuerza estudiantil, pronto se elevó a una acampada", explica Pazmiño. Gracias a la negociación con su centro, los aragoneses consiguieron una sala de estudio, baños y puntos de luz que garantizaron.

Lo mismo hicieron los malagueños, confinándose en la Biblioteca General en la mañana de ese mismo día, en una asamblea que pretendía reenfocar la ubicación de la acampada. Entre tanto, "palestinos y conocedores de la causa han impartido charlas", narra Lilia Matas. Finalmente, la universidad les cedió el espacio, "reduciendo el aforo a 20 personas que hicieron noche, había más interesados, pero fue la restricción que nos pusieron", asegura. Ahí se mantuvieron a lo largo de todo el fin de semana.

Estudiantes de la Universidad de Málaga en una asamblea

Estudiantes de la Universidad de Málaga en una asamblea

Movilización fuera del ámbito académico

Los vascos y los navarros hicieron noche en los campus de Leioa, Donosti y Navarra desde el 6 al 10 de mayo. Con estas acciones pretenden, entre otras cosas, “mostrar apoyo y fuerza a los estudiantes reprimidos por la policía y los sionistas en todo el mundo”, explica Axier Gurrutxaga, uno de los portavoces del movimiento estudiantil. El viernes pusieron fin a la acampada tras conseguir una mesa de debate con el rectorado de la Universidad del País Vasco, coincidiendo con el fin de las clases. Además, según expone Gurrutxaga, ellos siguen movilizándose dentro y fuera del ámbito académico, en acciones como la que tendrá lugar el 15 de mayo, día de la Nakba, con concentraciones en Bilbao, Victoria, San Sebastián, Pamplona, y otras localidades más pequeñas.

Mientras este movimiento estudiantil sigue en aumento, la intensidad de la ofensiva militar israelí también crece. Los estudiantes reciben con frustración la noticia sobre el comienzo del ataque terrestre en Rafah. Pero frente a ello, se organizan y unen fuerzas para seguir luchando por una causa que consideran justa.