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Columbine, 25 años del primer tiroteo masivo en una escuela de Estados Unidos

  • Dos alumnos acabaron con la vida de 12 de sus compañeros y un profesor en un ataque indiscriminado
  • La masacre abrió el debate sobre el control de las armas pero también sirvió de inspiración a incidentes posteriores

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25 años de la masacre de Columbine, el tiroteo que abrió el debate sobre las armas en EE.UU.

El 20 de abril de 1999, Eric Harris y Dylan Klebold, dos alumnos de secundaria del instituto de Columbine (Colorado, Estados Unidos), acabaron con la vida de 12 compañeros del centro y un maestro e hirieron a otros 24 de gravedad antes de suicidarse en el que está considerado como el primer tiroteo masivo en un centro escolar en EE.UU.

Los agresores había comprado las armas que usaron en la masacre en una feria de armamento sin necesidad de documentos para verificar su identidad, lo que abrió un debate en Estados Unidos sobre la posesión de armas de fuego que, 25 años después, sigue sin resolverse.

Pese a que, desde aquella fecha ha habido decenas de incidentes similares y con un mayor número de muertes, Columbine permanece en la memoria colectiva de todo el país y mantiene las heridas abiertas en esta localidad ubicada al oeste de Denver.

Planificación al detalle

Los autores de la matanza lo habían planificado con detalle: colocaron en la cafetería dos bolsas cargadas de explosivos y esperaron en el exterior a que salieran los alumnos para dispararles con las armas que tenían ocultas tras sus gabardinas negras, inspiradas en la imagen del protagonista de Matrix.

Pero las bombas no detonaron y los asesinos entraron en la escuela con escopetas y armas semiautomáticas bajo las gabardinas. Durante una hora, dispararon contra sus compañeros hasta que, acorralados por la policía, se quitaron la vida.

Las cámaras de seguridad desvelaron la frialdad con la que Eric y Dylan ejecutaron a sus compañeros, unas imágenes que se han reproducido en otros incidentes posteriores. En sus diarios y en internet se hallaron pruebas de su odio al mundo y de los preparativos del macabro plan, aunque los jóvenes procedían de familias normales y sin problemas aparentes.

Aquellos sucesos inspiraron el documental Bowling for Columbine, de Michael Moore, que ganó el Oscar en 2002 y que ayudó a promover el debate sobre el control de las armas de fuego en Estados Unidos, aunque la iniciativa apenas ha tenido reflejo en una legislación firme.

A pesar de que tras el tiroteo se reforzaron las medidas de seguridad en las aulas, Columbine ha servidor de referente para otros muchos ataques, que en estos últimos 25 años se han multiplicado en EE.UU., como el de Blacksburg (Virginia), con 32 muertos; el de la escuela de primaria Sandy Hook en Newtown (Connecticut), con 20 víctimas mortales; o la masacre de la Escuela Primaria Robb de Uvalde -que se saldó con 21 muertos y 18 heridos

Biden: "Una violencia que debe terminar"

El presidente de EE.UU., Joe Biden, ha recordado este sábado a las víctimas del tiroteo de Columbine y ha asegurado que "esta violencia sin sentido debe terminar". "Desde Columbine, más de 400 tiroteos en escuelas han expuesto a más de 370.000 estudiantes a los horrores de la violencia armada", con comunidades enteras "desgarradas por una violencia sin sentido", ha señalado el mandatario en un comunicado.

Biden ha lamentado que los estudiantes de todo el país ahora aprendan antes "a agacharse y cubrirse que a leer y escribir", una violencia que "debe terminar". Además, ha recordado que, poco antes de perpetrar la matanza, los dos agresores escolares de la secundaria de Columbine adquirieron las armas de asalto "sin verificación de antecedentes".

El líder estadounidense ha destacado que la semana pasada su Administración implementó "la mayor ampliación del requisito de verificación de antecedentes de armas desde 1993", con el fin de cerrar el vacío legal que permitió a los tiradores de Columbine obtener las armas. "Esta acción significa que menos armas terminarán en manos de abusadores domésticos, delincuentes, menores a quienes se les prohíbe comprar armas de fuego y otras personas peligrosas", ha añadido en el comunicado emitido por la Casa Blanca.

La Administración Biden promulgó la Ley Bipartidista de Comunidades Seguras, "la legislación sobre seguridad de armas más importante en décadas", ha afirmado el presidente de EE.UU., quien ha asegurado que también el Congreso "debe hacer su parte" para que las comunidades "no sigan sufriendo debido a la epidemia de violencia armada"

Trauma generacional

En Columbine el llamado 'trauma generacional' continúa, incluyendo estudiantes, como Patrick Ireland, que nunca se recuperaron de sus heridas. Otros estudiantes de la secundaria aún padecen de problemas de salud mental o de adicciones, lo mismo que varios educadores, administradores y policías que desde entonces necesitan consejería o terapia. Muchos no regresaron a sus trabajos.

El maestro Kiki Leyba, que estaba en su primer año como docente en 1999, sigue enseñando en Columbine, pero nunca superó su trastorno de estrés postraumático, como él mismo lo explica en un nuevo documental llamado Columbine 2024: 25 años de trauma, dirigido y producido por Jeff Vespa. 

Este aniversario es "una poderosa oportunidad para que toda la comunidad, a nivel local y nacional, se reúna para reflexionar sobre todos los fallecidos y las innumerables familias cuyas vidas fueron transformadas para siempre por la horrorosa violencia del 20 de abril de 1999", ha asegurado a EFE Eileen McCarron, portavoz de la organización Colorado Ceasefire (Alto el Fuego). 

"Tenemos que mirar al pasado para luego mirar al futuro con un mensaje de esperanza. El enfoque sigue siendo recordar a quienes perdimos aquel día", añade.

Por su parte, David Cullen, el primer periodista en llegar al lugar de la masacre, lamenta que la tragedia de Columbine y eventos similares en iglesias, cines, clubes y otros lugares, se hayan transformado en "espectáculos" en vez de ser vistos como una "plaga de crímenes". Señala que la respuesta a esa "plaga" no debería ser darles publicidad a los atacantes, sino reconocer "la resiliencia y redención" de los sobrevivientes.