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#NoBarbenheimer: así fracasó en Japón el fenómeno cinematográfico del año

  • Barbie y Oppenheimer se convirtieron rápidamente en un éxito en los cines occidentales, menos en los japoneses
  • Oppenheimer no ha llegado a emitirse aún en el país, y Barbie resultó fracaso en taquilla

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Diseño de Cillian Murphy como Robert Oppenheimer y Margot Robbie como Barbie al "estilo anime"
Cillian Murphy como Robert Oppenheimer (I) y Margot Robbie como Barbie al "estilo anime" RTVE

El 6 de agosto de 1945, la bomba nuclear fue detonada sobre Hiroshima. Tres días más tarde, los estadounidenses lanzaron la segunda sobre Nagasaki. Bajo las nubes de hongo radiactivo, 213.000 ciudadanos murieron instantáneamente o en las semanas posteriores debido a los efectos de ambas fisiones. Las 210.000 víctimas restantes soportaron los primeros cinco meses de agonía y se convirtieron en hibakushas, supervivientes del holocausto nuclear.

Barbie fue presentada por primera vez el 9 de marzo de 1959 por Ruth Handler, cofundadora de Mattel. La primera de las muñecas se fabricó en Japón; su ropa fue cosida a mano. La marca nunca caló en el mercado nipón, destronada por otras competidoras como Takara, Momoko o Blythe.

Las películas Oppenheimer y Barbie se estrenaron a la vez en EE. UU. el 21 de julio de 2023. Su simbiosis a través del fenómeno Barbenheimer fue un éxito en los cines occidentales. En todos, menos en los japoneses

Oppenheimer no ha llegado a emitirse aún en el país, y Barbie fue un fracaso en taquilla. Entre las causas, un póster promocional en redes creado por el ilustrador Steve Reeves que mostraba a Barbie (Margot Robbie) a hombros de Robert Oppenheimer (Cillian Murphy) con una nube nuclear de fondo y la frase escrita por la cuenta oficial de X de la película Barbie, ya eliminada, “va a ser un verano para el recuerdo”.

El escándalo fue tal que Warner Bros, estudio que producía Barbie, tuvo que elevar una disculpa pública en la cuenta de X de su filial japonesa. No fue suficiente. Entre los internautas nipones se popularizó un hashtag: #NoBarbenheimer. El boicot estaba hecho. 

#NoBarbenheimer

En las tres horas que dura la película, Oppenheimer no deja espacio para mostrar las consecuencias de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki. Ni siquiera cuando Oppeneheimer acude a una presentación donde supuestamente muestran imágenes de los efectos de la radiación en la población.

La mayoría de los japoneses no pueden soportar ninguna broma o humillación relacionada con esta tragedia. Si bien la película no justifica las bombas atómicas, el Oppenheimer real fue incapaz de prever los movimientos que el Gobierno estadounidense y el resto de naciones realizarían con respecto a la cuestión nuclear. 

Sobreestimó su capacidad para influir en las decisiones sobre la bomba nuclear”, señala la científica senior del Programa de Seguridad Global y la Union of Concerned Scientists, Laura Grego. “Una vez que la tecnología estuvo completada, los militares y los políticos tomaron su custodia, y él perdió la relevancia que pensó que mantendría”.

Para Grego, “cualquiera que trabajó en el Proyecto Manhattan tuvo que haber entendido que esto cambiaría el mundo, pero Oppenheimer sabía que tenía la personalidad y habilidades para lograr su objetivo y, junto a su equipo, dejaron de lado cuál era el fin de dicho programa”.

Hiroshima y Nagasaki no eran objetivos militares. Según un informe del director del Hospital de la Bomba Atómica de Nagasaki de la Cruz Roja Japonesa y un hibakusha, Masao Tomonaga, "la mayoría de los muertos fueron civiles". Los pocos hombres que había "eran los estudiantes empleados en arsenales ubicados cerca de la zona cero; eso aumentó el número de víctimas menores”, describe. La tormenta nuclear desatada no discriminó entre fábricas, escuelas y hospitales. Todas fueron destruidas por igual.

Japón estaba a punto de rendirse antes de que Estados Unidos lanzase la segunda bomba”

Matthew Evangelista, profesor de Historia y Ciencias Políticas en la Universidad de Cornell, explica que la causa detrás del bombardeo iba más allá de mostrar un hito de la ciencia militar: “Cuando Roosevelt murió, entró la administración Truman, y sus asesores pensaron que, si la Unión Soviética comenzaba una guerra con Japón, estaría involucrada de la misma forma que lo estuvo en Europa, y ello 'complicaría' las cosas”.

De hecho, “Japón estaba a punto de rendirse antes de que Estados Unidos lanzase la segunda bomba”, comenta Evangelista. “La entrada soviética en la guerra fue una mayor impresión que el efecto de esa segunda bomba, porque antes de los ataques nucleares, casi todas las ciudades japonesas ya habían sido objetivos de bombardeos indiscriminados por la aviación estadounidense”, remarca.

Por mucho que la película trate de ser una adaptación de una biografía, la perspectiva del tiempo exige una consideración de lo que ha implicado el desarrollo de un arma como la bomba nuclear, y aquellos a quienes ha afectado. Para Tomonaga, aunque "no muestra ninguna escena sobre Hiroshima y Nagasaki, fue suficiente para mí entender que está basada en el desastre humano, y en cómo Oppenheimer se dio cuenta que se había convertido en el 'destructor de mundos'".

“Si acaso se puede decir que hubo algún tipo de 'beneficio' en el uso de armas nucleares contra Japón, es que mostraron el horror de esas armas”, añade Evangelista. 

“Aunque Oppenheimer identifica cuán horrible es [la bomba nuclear], la película ubica la cuestión nuclear en el pasado”, indica Grego. “Y realmente no lo es, a pesar de que, gracias a los tratados, haya muy pocos países nuclearizados. Son un desastre humanitario”, sentencia.

Oppenheimer será finalmente lanzada en Japón el próximo 10 de marzo de 2024, coincidiendo con los Oscars. Por ver está si su contenido continuará siendo objeto de debate en el país, o si acaso logrará amasar en la taquilla algo más de los apenas tres millones de dólares que su compañera, Barbie, obtuvo en todo el país.

Odio en Oppenheimer; fracaso en Barbie

Barbie no es una marca reconocida en Japón, por lo que el “factor nostalgia”, no hizo mella entre la población nipona. Esto, unido al inapropiado Barbenheimer, jugaron en contra de su promoción. En las redes, las causas detrás del fracaso de la película de Greta Gerwig oscilaban entre Oppenheimer, los problemas de traducir las bromas y su contenido feminista.

Más allá de cada uno de los mensajes que explora el filme, Barbie trata de subvertir el patriarcado al explorar y satirizar los roles y expectativas de género. “El mensaje aquí es que el patriarcado afecta tanto a hombres como a mujeres, y apunta a brindar una perspectiva diferente sobre los problemas de las mujeres al analizar el impacto de la masculinidad tóxica”, comenta la Doctora especializada en Literatura y Estudios Fílmicos Feministas en la Universidad Houari Boumediene (Argelia), Karima Abdedaim.

Contraria a la visión patriarcal de la mujer, Abdedaim describe a la Barbie de Margot Robbie como un desafío la idealización femenina, “remodelando el mito de la muñeca como figura perfecta y unidimensional y, en cambio, la presenta como un personaje capaz de reflexionar y actuar”.

Con respecto a Japón, y a pesar de ser un país con uno de los índices de desarrollo más altos, ocupa anualmente los últimos puestos en el Informe Anual sobre la Brecha de Género del Foro Económico Mundial. En 2023, acabó en la posición 125 de 146, nueve puestos más con respecto a 2022.

Según la profesora emérita de Filosofía de la Universidad de Hosei, Mikiko Eto, la sociedad japonesa no se ha transformado tanto desde mediados del S. XX. "En la generación de mi madre, y hasta ahora, se piensa que las mujeres no pueden adelantarse a los hombres", señala. La consideración de la mujer ha estado determinada por el sengyo-shufu (ama de casa a tiempo completo), muy similar a la visión de la mujer estadounidense durante los 50.

Aunque la posguerra trajo a Japón una revolución económica, la sociedad patriarcal de preguerra no se ha visto alterada, y ha impuesto dos roles tradicionales a mujeres y hombres: responsable del hogar y sostén económico de la familia.

La mayoría de los legisladores japoneses creen que, si introducen cuotas de género, podrían perder su escaño

La situación de discriminación a la mujer se ve acrecentada por la falta de representación femenina entre los políticos japoneses. De los 465 escaños de la Cámara de Representantes de Japón, solo hay 46 mujeres (10,3%).

“El actual partido del gobierno, el Partido Liberal Democrático tiene muchos titulares masculinos y creen que, si introducen cuotas de género, podrían ser relegados de su puesto en las siguientes elecciones”, establece Eto.

Según la profesora, esta mentalidad también viene dada también por la “edad media” de sus políticos. “La mayoría de los legisladores japoneses tienen más de 50 años, lo que los hace muy conservadores”, comenta.

Las mujeres japonesas tampoco muestran predisposición a enviar a sus semejantes a un lugar definido por los hombres como es la política japonesa. “Tenemos algunos grupos como el WIN WIN, que lleva treinta años movilizado para solucionar esto" explica Eto, "pero es muy elitista, de apenas doscientas o trescientas socias, y la mujer japonesa promedio no quiere apoyarlo”.

Cuando se le pregunta sobre cuál pudo ser la causa del fracaso de Barbie en taquilla, Mikiko Eto interpreta que, en Japón, “existe una división entre mujeres: un grupo liberal influenciado por el modelo estadounidense, y otro más tradicionalista que persigue las costumbres de la sociedad japonesa. Unas tratan de ponerse al día con los valores occidentales, y otras rechazan todo lo relacionado con lo occidental; eso incluye la visión feminista”.

Resulta difícil determinar si el fracaso de Barbie en la taquilla japonesa fue por Oppenheimer o un mensaje feminista que cuesta que cale en Japón. La única realidad es que Barbenheimer no triunfó en el país del sol naciente, y es poco probable que lo logren por separado.