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J.A. Bayona y 'La sociedad de la nieve': cómo convertir las obsesiones en artefactos masivos

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J.A. Bayona y La sociedad de la nieve: cómo convertir obsesiones personales en artefactos masivos
J.A. Bayona rodeado de las productoras Belén Atienza (izquierda) y Sandra Hermida (derecha). EFE / Marsical

La noche de Valladolid muy pronto se cubrió de blanco. Con su esmoquin níveo, J.A. Bayona contemplaba emocionado como los premios para La sociedad de la nieve caían en avalancha durante la primera hora de la gala. ¿Sería su gran noche? La duda permanecía hasta el último segundo porque el cineasta siempre ha ganado premio de dirección por todas sus obras (El orfanato, Lo imposible, Un monstruo viene a verme) pero nunca el de mejor película.

Pero La sociedad de la nieve logró lo que parecía imposible. Sobre el papel tenía muchos factores a favor: los académicos no son elitistas con películas que arrasan en el público, como demostró la victoria de Campeones en 2019, y la película de Bayona es un fenómeno global, tal vez el mayor grande de la historia del cine español, que ha conectado con millones de personas (150 actualizó Bayona en la gala) a través de las televisiones esencialmente.

Su fortaleza contenía también su debilidad. La sociedad de la nieve no ha regado de maná el canal tradicional de la distribución y exhibición y las principales cadenas de salas renunciaron a proyectarla en salas por su rápido estreno en Netflix. En esa clave se interpretó la victoria en los Forqué de 20.000 especies de abejas sobre La sociedad de la nieve: de algún modo los productores (los votantes de esos galardones) indicaban que no era el camino.

Como Martin Scorsese, Bayona se encuentra en el doble discurso de defender el cine en las salas, pero con la insoslayable realidad de que solo las grandes plataformas tienen el poder de financiar presupuestos gigantes que no dependan directamente de su rentabilidad de venta de entradas. “Gracias Netflix. Nos hemos remangado pese a que las dos principales cadenas de cines no querían la película y llevamos ya 450.000 espectadores en España”, agradeció con el Goya a mejor dirección, antes de formular una reivindicación general: “No estamos en un buen momento para el cine español. Se están haciendo películas con menos recursos que cuando yo empecé. Y sin recursos no hay talento. Necesitamos un público fuerte”.

Juan Antonio Bayona, Goya a la mejor dirección por 'La sociedad de la nieve'

Un rodaje para supervivientes

En una de las citas más famosas sobre rodajes, Francis Ford Coppola definió Apocalypse Now no como una película sobre Vietman, sino “como Vietnam”. Bayona sonreía al mencionarle la frase en el pasado Festival de San Sebastián. El rodaje ha sido más que sacrificado, como el cineasta se ha encargado de recordar casi a diario en redes sociales en una campaña personal casi sin precedentes. No solo por rodarse en altura y con intérpretes volcados en una experiencia física y emocional extrema, sino por la libertad, casi un cheque en blanco, que Bayona ha tenido para desplegar su meticulosidad en la producción y posproducción. El cineasta sabe que ha exigido mucho a su equipo y que el éxito de público y la gloria de premios casi eran necesarios para justificar la ambición.

Humanismo ‘made in Bayona’

La sociedad de la nieve creó su propia sociedad. Como en Lo imposible, Bayona necesita implicarse emocionalmente con las catástrofes que relata. Cuando en 2013 ganó su el Goya al mejor director inmediatamente, en la misma platea, se lo entregó a María Belón, superviviente del tsunami del Índico en la que basó su película. Entonces lo expresó así: "No me considero el director de esta película, me considero la persona que ha escuchado a mucha gente que hoy no puede estar aquí". Un respeto a las víctimas que repitió en el discurso de Valladolid cuando recordó su viaje en 2021 a los Andes donde pidió permiso a los muertos para contar su historia.

"Lo Imposible", Goya a Mejor Direcci"Lo Imposible", Goya a Mejor Dirección

Gustavo Zerbino, el último rescatado del ‘Valle de las lágrimas’, contaba a RTVE.es. “Un día estaba jugando al tenis con Roberto Canessa (otro de los supervivientes) y vinieron los dos actores que nos interpretan (Tomas Wolf y el ayer premiado Matías Recalt). Jugamos un partido de ‘Zerbinos’ contra ‘Canessas’. Lo he llevado a mi casa, conoce a mis hijos, a mi exmujer. Pasaron a ser un íntegramente más de la familia. Había una intención: lograr una simbiosis entre personas y personajes”.

Si algo define el cine de Bayona es una espectacularidad spielbergiana con el cariño a sus personajes. Pero es difícil decir si La sociedad de la nieve es solo una película o un artefacto de varias patas que no deja de generar información emotiva sobre la propia película, el rodaje y la historia real.

Y la máquina no puede parar hasta la gala de los Oscar del próximo 10 de marzo. Solo unas horas después de su gran noche, Bayona vuela hacia Los Ángeles – un viaje que comparte con Pablo Berger- para el almuerzo de nominados a la Academia de Hollywood. El Oscar a mejor película internacional parece vedado por las cinco nominaciones de su gran rival, La zona de interés, pero, en todo caso, nunca es buena idea apostar contra el rey Midas del cine español.