Enlaces accesibilidad
25 aniversario Gloria Fuertes

Gloria Fuertes por Gloria Fuertes o la niña que quiso parar la guerra con versos

  • Se cumplen 25 años de la muerte de la poeta madrileña, inclasificable y genial
  • Repasamos en el Archivo de RTVE algunas de sus reflexiones a través de entrevistas

Por
25 años de la muerte de Gloria Fuertes

Su voz rota no admitía equívoco, sus corbatas y chalecos de tierno clown, su aspecto bonachón y su versos hipnóticos han marcado a varias generaciones de niños a través de sus programas televisivos como “La cometa blanca” o “Un globo, dos globos, tres globos”.

Muy pocos pueden presumir de ejercer tal fascinación sobre el público más exigente. Gloria Fuertes (Madrid, 1917-1998) lo consiguió. Sin embargo, la etiqueta de poeta de los niños- y su gran popularidad- eclipsaron a la escritora de denuncia, feminista, ecologista, pacifista y adelantada a su tiempo en una España grisácea.

Sus obras estaban atravesadas por el humor, la ternura y una profunda melancolía desde que arrancó sus primeros versos con 15 años y tuvo clarividente su destino en la mano: sería escritora "para que la leyeran y para que la quisieran", en poemas tan contemporáneos que remueven al instante.

Para comprender a Gloria Fuertes quizás sea necesario escuchar sus pensamientos sobre el amor, la soledad o cómo sentirse "la cabra loca que no hace rebaño". Una recopilación de preguntas de las entrevistas del Archivo de RTVE enfocan su poliedro cuando se cumplen 25 años de su muerte.

PREGUNTA: ¿Cómo empezaste?

RESPUESTA: En Maravillas que era un tebeo, escribía en el año 40 una historia de risa semanal con 18 años. Me daban cinco duros y yo era muy feliz porque podía comprar mucha comida.

Hace mucho que vivo del cuento, luego trabajé en oficinas limpiando, en una fábrica y llegué a ser profesora de Universidad sin haber pasado por las aulas porque en EE.UU. dan mucha importancia a los libros que tiene una persona escritos (En Estados Unidos hay decenas de tesis doctorales sobre la escritora y numerosos estudios sobre su poesía social. Allí conoció al gran amor de su vida la hispanista Phyllis Turnbull).

P:¿Alguna vez en tu vida te has sentido en ridículo?

R: No tengo idea del ridículo pero a veces la gente que dice está haciendo el ridículo, los rídículos son ellos. Pero pensando en profundidad, creo que he hecho el ridículo o lo hemos hecho en aquella época en que insistíamos en querer a alguien y no nos quiere. Eso sí que es hacer el ridículo.

P: ¿Cuándo escribes más?

R: Escribo todos los días pero quizás menos en verano porque me voy con mis ahorros a una playa, con la belleza del mar y los niños que te tiran arena no hay manera de escribir. Retoco poco, me fio mucho de la inspiración aunque algunos no crean en ella. En mis obras siempre hay ternura incluso cuando ataco a alguien. Vivo despacio y escribo deprisa.

A veces rozo la amargura cuando me pongo a escribir por no reventar, sale un poco triste pero no quiero poner más negro el cuadro pero el humor es muy difícil y quiero hacer reir, y a veces hago esos finales como surrealistas.

“Nací para puta o payaso,

Escogí lo difícil

Hacer reir a los clientes desahuciados

Y sigo con mis trucos

Sacando una paloma del refajo”

(Ni tira ni veneno ni navaja)

"Me llamaban poeta social porque denunciaba lo injusto"

P: ¿Has tenido alguna vez problemas políticos?

R: En la posguerra con el Franco todo escritor tenía problemas de censura, a mí me censuraban poemas. Me llamaban poeta social porque denunciaba lo injusto y lo sigo haciendo, pero no se puede ser poeta político, un político si es poeta se muere el poeta que lleva dentro.

Lo que me censuraban eran poemas de amor me quitaron la palabra ‘caricias’ y puse ‘cervezas’ y me salió surrealista. Quitaban todo, besos y abrazos como si el amor fuera pecado y lo único que es pecado es no amar.

P: ¿Cómo has luchado contra la guerra?

R: Fui a la guerra y me detuvieron a mitad de camino, a poema limpio no se puede parar la guerra pero sí se puede hacer algo, los niños que me leen ya no cogen una pistola ni siquiera de madera y los mayores piensan, y yo lo que digo es que os queráis los unos a los otros aunque me critiquen.

P:¿Los padres deben comprar más libros a los niños y no dejarles ver tanto la tele?

R: Sí rotundo. Los padres deberían comprar más libros porque la tele es un arma de doble filo aunque vienen bien a veces algunos programas. La tele está acabando con la costumbre de leer.

Pero yo sí siento que me valoran y compran mis libros, No hay colegio de España que no tenga un libro mío, eso sí que es un premio. Quiero que me lean los niños de España. Nunca hay que perder a niño que uno lleva dentro porque da ilusión, esperanza y la antiangustia a cualquier edad.

Gloria Fuertes en 'La cometa blanca' (1981)

P:¿Por qué crees que no ha entrado la mujer en la Real Academia? (1975)

R: Parece que la Real Academia es como el coñac que es cosa de hombres. Me parece justo y necesario que entren las mujeres. Yo no creo que llegue a académica, aceptaría el sillón aunque seguiría prefiriendo esa sillita de madera de pino en la huerta del pueblo escribiendo libros de poemas.

P: ¿No te gusta que te llamen poetisa?

R: Que me llamen lo que quieran mientras no me llamen la finada. Cuando empezaba a escribir con 15 o 20, lo de poetisa me sonaba fatal. Una mujer que pinta es una pintora, yo quería ser poeta y lo he impuesto. Un cuadro si está bien pintado no se tiene que notar si lo ha hecho un hombre o una mujer igual que un buen poema. Yo no me quiero parecer a vosotros (los hombres) pero lo de poetisa me suena fatal.

P: ¿Qué es para ti el amor?

R: Es eso que te da gustito y te hace vivir. Eso es lo esencial. El amor es cuando quieres mucho a alguien que no es de tu familia. Y eso me pasó a mí a los 13 años, amar es importante pero también se pasa mal. Un silencio entre dos personas que hablan el mismo idioma.

P:¿Qué es para ti la soledad?

R: Lo toco mucho en mis libros pero es diferente a cada edad. Antes le tenía manía pero ahora la busco porque la necesito para escribir. Una cosa es la soledad elegida y otra la de las personas que están deseando no estar solas.

Hay quien dice que estoy como una cabra, lo dicen, lo repiten, ya lo creo,

pero soy una cabra muy extrañaque lleva una medalla y siete cuernos.

¡Cabra! En vez de mala leche yo soy llanto.

¡Cabra! Por lo más peligroso me paseo.

¡Cabra! Me llevo bien con alimañas todas.

¡Cabra! Escribo en los tebeos.

Vivo sola. Cabra sola-que no quise cabrito en compañía-, cuando subo a lo alto de ese vallesiempre encuentro un lirio de alegría.

Y vivo por mi cuenta, cabra sola, que yo a ningún rebaño pertenezco.

Si sufrir es estar como una cabra, entonces sí lo estoy, no dudar de ello.

(Cabra sola)