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Los reservistas israelíes no dudan en unirse al Ejército para combatir a Hamás: "Si hay que luchar, hay que luchar"

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Los reservistas israelíes se incorporan al Ejército para luchar contra Hamás
Soldados israelíes conducen a lo largo de la frontera con Gaza cerca de la ciudad sureña de Ofakim

Yair es un joven casado, de 31 años. Estaba junto a su mujer y su hija de dos años y medio cuando recibió la llamada del Ejército israelí para incorporarse a filas en el norte del país después del ataque masivo del grupo islamista Hamás, que controla la Franja de Gaza desde 2006.

"Cuando empezó toda esta situación ya estaba claro que nos iban a llamar", afirma este ciudadano israelí. "Eso es lo que ha pasado, han llamado a casi todos los reservistas", añade.

"Siempre me imaginaba que me iban a llamar", admite Yair, quien prefiere no desvelar su apellido por motivos de seguridad. "En el Estado de Israel estamos rodeados de enemigos. No nos quieren ni en el norte ni en el sur. Algún día iba a explotar y lamentablemente lo ha hecho de la manera que ha pasado", subraya.

El Ejército israelí ha convocado a aproximadamente 360.000 reservistas, una de las mayores movilizaciones de la historia, que exige a alrededor del 4% de la población de Israel -de unos 9,9 millones de habitantes- tomar las armas contra el grupo de militantes islamista y contra otras posibles amenazas.

Es la mayor movilización en Israel desde la guerra de Yom Kippur hace 50 años, cuando 400.000 reservistas fueron llamados a filas después de que Siria y Egipto lideraran a los ejércitos árabes en un ataque sorpresa contra Israel.

Medio siglo después, la movilización llega en un momento en el que Hamás ha lanzado un ataque sin precedentes contra Israel, con miles de cohetes e infiltrándose a través de la frontera.

"Obviamente, la situación en Israel es terrible. Estamos siendo atacados por todos lados. Es algo que siempre sabíamos, no es algo nuevo. Nunca nos han querido aquí", admite Yair. "Ver esta situación ahora preocupa mucho. Es muy lamentable. Parece que no entendíamos la situación antes de forma correcta y ahora que la entendemos, tenemos que hacer lo que hay que hacer", recalca.

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Familias separadas por la movilización

En Israel el servicio militar es obligatorio para todos los ciudadanos cuando cumplen los 18 años. Una vez que lo finalizan, son asignados a la reserva y pueden ser llamados a filas hasta los 40 años.

La movilización de los aproximadamente 360.000 reservistas ha llevado a que muchos israelíes hayan tenido que abandonar sus trabajos habituales para unirse a la operación militar y que miles de familias queden separadas.

Yair reside en el centro del país, pero como "caían muchos misiles" decidió marcharse con su hija y su mujer a casa de sus suegros. "Me llamaron del Ejército y tuve que volver a casa, agarré las cosas y me fui", explica.

El hecho de que haya sido llamado a filas asegura que es algo "muy difícil para mi familia". "Mi familia vivía en el sur. Estaban bajo los misiles y ver que yo tengo que ir al Ejército, no es algo fácil. Es muy difícil para todos", admite Yair.

Al igual que el resto de reservistas, este joven israelí se despidió de su familia sin saber cuándo volverá a casa. "No está claro hasta cuándo vamos a estar, pero lo más probable es que será hasta que se termine todo, tanto en el sur, como en el norte. En todos lados", comenta.

"Me parece que esta situación va a durar porque a Hamás hay que bajarlo. La situación como estaba hasta ahora no puede continuar, obviamente", afirma. "Nadie quiere estar en esta situación, nadie quiere venir a las reservas, nadie quiere estar en el Ejército. Pero si hay que venir, hay que venir, y si hay que luchar, hay que luchar", subraya.

Los reservistas aparcan las protestas contra la reforma judicial

En los últimos meses, miles de reservistas israelíes han amenazado con negarse a acudir si eran llamados a filas en protesta por la reforma judicial del primer ministro, Benjamín Netanyahu, que limita el poder del Tribunal Supremo y otorga al Gobierno la mayoría en el comité que nombra a los jueces.

El grupo opositor israelí Hermanos de Armas anunció en julio que unos 10.000 reservistas dejarían de prestar servicio voluntario. Estos reservistas se sumaron a los más de 1.100 de la Fuerza Aérea de Israel, entre ellos 400 pilotos, que anunciaron la suspensión del servicio de voluntariado.

"En estos momentos nadie habla de las protestas. Los reservistas han vuelto a sus unidades del Ejército como si nada", afirma a RTVE.es el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Tel Aviv, Alberto Spectorowsky. "Todos están en la lucha como si no hubiese existido la protesta, lo que no quiere decir que en el momento en el que se termine todo esto no se vuelva a las protestas", añade.

Este sábado, decenas de miles de manifestantes en Jerusalén han marchado hacia el Parlamento para protestar contra la reforma judicial impulsada por Benjamín Netanyahu.

"No hay una sola voz que no diga que hay que derrotar a Hamás (...). A nadie se le ocurre ahora hacer una protesta en la calle", recalca.

Por su parte, el profesor del Departamento de Sociología de la Universidad Ben Gurión de Beerseba, Luis Grinberg, explica que este grupo de reservistas "protestaba más que nada por la desconfianza que tienen del Gobierno de que les manden a bombardear y matar a gente completamente por racismo de este Gobierno". "En este momento, todo se rompió por el desastroso ataque que hizo Hamás, una masacre", indica.

"El contexto político de que Israel tiene a los palestinos desde hace 16 años en la Franja de Gaza en una especie de cárcel, sin permitir que se muevan y controlando su comida o agua, esa situación se borró completamente en el momento en el que vieron estas fotos y testimonios de lo que estaban haciendo estos guerrilleros o terroristas de Hamás", opina Grinberg, quien hace 40 años era portavoz de un grupo de reservistas llamado "Hay un límite", en contra de ir a la guerra del Líbano.

En este sentido, el profesor afirma que el Ejército israelí ha señalado a los pilotos "que no vamos a matar civiles, que van a destruir todas las capacidades de Hamás, las infraestructuras de Hamás, pero no matar civiles". "En cierto momento, cuando el Gobierno vaya a utilizar de forma inhumana o criminal los bombardeos -y creo que ya está muy cerca de eso-, va a haber pilotos que se van a negar", recalca.

Netanyahu pagará por los fallos de la Inteligencia israelí

El ataque de Hamás por tierra, mar y aire pilló por sorpresa a Israel, que declaró el estado de guerra después del lanzamiento de unos 5.000 cohetes desde Gaza y las incursiones terrestres de la organización palestina. La última vez que la Inteligencia israelí falló en un grado similar fue hace medio siglo, cuando Egipto y Siria invadieron Israel.

Netanyahu habría decidido llevar a cabo una invasión terrestre total de Gaza y una vez que concluya la operación en ese territorio, probablemente se abra una investigación, como la que se puso en marcha tras la guerra de Yom Kippur. Actualmente no hay datos que aclaren qué puede esa supuesta investigación, pero existen informaciones que apuntan a que en Israel ignoraron las advertencias de las autoridades de Egipto de que Hamás estaba preparando un ataque poco habitual, un aviso que el Gobierno de Netanyahu niega haber recibido.

"Al margen del Gobierno, aquí lo que fallaron fueron los aparatos más íntimos de la seguridad israelí. La Inteligencia militar falló totalmente, fue todo una sorpresa", afirma Spectorowsky. "Eso va a repercutir, va a ser una carta de ataque grave al Gobierno y, según cómo termine todo esto, va a ser la carta que va a tener Netanyahu (...). Incluso con una victoria israelí, no creo que Netanyahu pueda proseguir mucho más tiempo en el poder", opina.

En la misma línea, Grinberg señala que "hay mucha crítica por cómo el Gobierno ha llegado a esta situación actual, en la que los ciudadanos en el sur estaban completamente desprotegidos, abandonados durante horas y horas y nadie les vino a ayudar y a salvar". "No había Ejército, porque el Ejército estaba en Cisjordania protegiendo a los colonos que estaban realizando actos agresivos contra los palestinos", añade.

Este profesor está convencido de que el primer ministro israelí "va a pagar un precio" por los fallos de la Inteligencia. "La cuestión es cuándo", indica. "Lo que se dice constantemente es que ahora no hay que discutir cuestiones políticas internas porque ahora estamos en guerra, pero ya hay críticas, hay gente que está pidiendo que Netanyahu dimita", asevera.