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Precios altos, tipos de interés en máximos y pérdida de poder adquisitivo: el otoño pone al límite a las familias

  • En los dos últimos años las familias han perdido un 4,5% de poder adquisitivo, según el Banco de España
  • Aunque los salarios comienzan a crecer por encima de la inflación, los gastos de los hogares siguen sin tocar techo

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Septiembre pone al límite la economía de las familias
Los principales organismos económicos coinciden en que la inflación seguirá siendo elevada durante los próximos meses

Primero fueron los suministros básicos, con la electricidad y el gas en niveles nunca antes vistos. Después la subida de los precios se contagió a la cesta de la compra. Y más tarde llegó a las hipotecas, como consecuencia de la subida de los tipos de interés que paradójicamente se puso en marcha para frenar la espiral inflacionista. Y aunque parece que se han dejado atrás las cifras históricas del pasado año (el IPC llegó a anotar un incremento del 10,8% en julio), los precios en septiembre siguen siendo altos mientras los salarios no se han actualizado al mismo ritmo y aún no han recuperado lo perdido en el último ejercicio.

“Estamos mejor que hace un año en la cuestión concreta de la inflación, porque en julio del 2022 llegamos al 10,8% de inflación y ahora estamos en torno al 3%, pero sigue habiendo un problema muy serio con la inflación subyacente”, explica a RTVE.es el profesor de Economía de la Universidad Europea de Madrid, José Manuel Corrales.

Este indicador, que mide la evolución de los precios sin tener en cuenta los elementos que se entiende que son más volátiles, como los alimentos no elaborados (frutas o verduras), la energía (gas o luz) y los combustibles, se moderó una décima en agosto (al 6,1%), pero sigue tres puntos y medio por encima del IPC general registrado ese mismo mes (2,6% interanual). De hecho, se mantiene en cifras similares a las de hace un año, cuando se situó en el 6,4%.

La cesta de la compra ha sido la más castigada. De los diez artículos que más han subido en los últimos doce meses, nueve son alimentos, con incrementos muy significativos en productos básicos, como el 42,5% del azúcar o el 18% de las patatas. Por no hablar del aceite, que ya cuesta un 50% más que hace un año tras subir un 9% en agosto.

“Tú puedes decidir si tienes una piscina o un yate, pero no tienes muchas alternativas a la hora de tomar productos alimenticios o no tomarlos. Son productos de primera necesidad y se ha producido una subida bestial en el último año y medio, algo que ha afectado directamente a la economía de las familias”, añade Corrales.

Las familias pierden un 4,5% de poder adquisitivo

Por si fuera poco, en un septiembre marcado por la vuelta al cole "más cara de la historia", la subida del petróleo amenaza con dar la puntilla a las ya de por sí deterioradas cuentas de las familias, que en los dos últimos años han visto perder un 4,5% de poder adquisitivo, según datos del Banco de España.

Esta semana, el barril de Brent -de referencia en Europa- ha rondado su máximo de los últimos diez meses, tras alcanzar los 95 dólares. Un alza que, al mismo tiempo, se produce con un dólar fuerte sobre el euro, lo que encarece las importaciones.

Entre los motivos, se encuentran las restricciones de producción acordadas por Rusia y Arabia Saudí, además de las tensiones geopolíticas. Los países no cuentan con reservas suficientes para cubrir los más de tres millones de barriles de petróleo diarios que han salido del mercado, por lo que los expertos no descartan volver a los 100 dólares el barril, aunque sea de forma temporal.

El precio del petróleo se dispara ante la escasez de oferta

Ante este contexto, los transportistas piden al Gobierno que revise la bonificación que reciben por litro de carburante, que en octubre debería reducirse ya a solo 5 céntimos hasta final de año (llegó a situarse en 20 céntimos por litro al comienzo de la crisis energética y fue generalizada). Sin embargo, el Ejecutivo no ha movido ficha de momento.

De seguir así, y en caso de que esas ayudas finalmente decaigan el 31 de diciembre, esto podría volver a desatar una espiral inflacionista, en un momento en el que el Banco Central Europeo (BCE) ha abierto la puerta a poner punto y final al proceso de subida de tipos de interés, que en prácticamente un año han pasado del 0% al 4,5%, su nivel más alto en más de dos décadas.

¿Está funcionando la subida de tipos de interés?

Precisamente el supervisor decidió la pasada semana subir por décima vez consecutiva los tipos de interés, ante una inflación que en la eurozona sigue desbocada: se situó en agosto de media en el 5,3%, según Eurostat, aún muy lejos del 2% que se marca el BCE como objetivo a medio plazo. Las diferencias, no obstante, son muy significativas entre países, con España y Bélgica como las economías con la tasa más baja (ambos por debajo del 3%) y Eslovaquia (9,6%), Croacia (8,5%) y Austria (7,6%) a la cabeza.

Pero, ¿realmente está funcionando el endurecimiento de la política monetaria para rebajar la inflación? “Dicen que tiene un retraso en torno a nueve meses y un año”, explica en RNE el subdirector de FEDEA, José Ignacio Conde-Ruiz, quien teme que el BCE se haya pasado de frenada y esta rápida subida en los tipos pueda tener efectos imprevistos en los próximos meses. “Es decir, esto no es como cuando subes el volumen de la radio, que automáticamente notas que está más alto. Aquí estás subiendo los tipos y a lo mejor luego percibes que te has pasado y generas más recesión”, añade.

Los últimos datos oficiales muestran que la economía de la zona euro se salvó de la recesión técnica por la mínima (0,1%) en el primer trimestre y creció un leve 0,3% en el segundo, si bien algunos Estados miembros están instalados en tasas negativas de actividad, como Polonia (-3,7 %) y Suecia (-1,5 %), mientras que otras permanecen estancadas como Alemania, después de la contracción del 0,1% en el primer trimestre.

Los últimos indicadores ya apuntan un claro enfriamiento de la actividad, tras la caída histórica de la demanda de créditos por parte de consumidores y empresas, que de abril a junio se situó en su nivel más bajo en 20 años, o el freno en la compraventa de viviendas.

“El sector está paralizado porque todo es caro, tanto la vivienda como el acceso al crédito, por lo que muchos compradores están esperando a que alguno de estos dos elementos baje”, asegura a RTVE.es la directora de Comunicación de iAhorro, Laura Martínez. Según sus previsiones, el euríbor se mantendrá en el entorno del 4-4,2% este año y continuará en ese nivel hasta mediados de 2024. “Lo que no esperamos en ningún momento es una bajada radical de este indicador y, en caso de que lo haga, no será a la misma velocidad con la que ha subido en los últimos 20 meses”, añade.

Las familias se pasan a la subrogación

Cabe recordar que el euríbor ha registrado la subida más rápida de su historia, pasando de tasas negativas en marzo de 2022 a situarse en el 4,07% en agosto de 2023, una cifra que no se veía desde hace 15 años, en plena crisis financiera.

Esto se traduce en un encarecimiento de las cuotas hipotecarias de casi 3.000 euros anuales si se toma como referencia un préstamo tipo de 150.000 euros, con un plazo de amortización de 30 años y un diferencial del 0,99%. O lo que es lo mismo: una subida de unos 238 euros más al mes, pasando de pagar 572 euros de media al mes a abonar 810 euros a partir de la revisión.

Un incremento que los consumidores ya están intentando esquivar: “La subrogación -el cambio de banco para obtener mejores condiciones- antes era un mercado residual para nosotros y ahora puede llegar a suponer el 40% de nuestro negocio”, nos cuenta Martínez.

Los salarios suben pero siguen por siguen sin recuperar lo perdido

Ante unos gastos mensuales cuyo ritmo de crecimiento no toca techo, al menos por el momento, muchos hogares españoles están recurriendo a los ahorros acumulados durante la pandemia. Así lo refleja la retirada de casi 19.000 millones de euros en depósitos en la primera parte del año, según los últimos datos del Banco de España, que lo achaca al encarecimiento de la vida y también a la búsqueda de alternativas más rentables en las que colocar el ahorro debido a la escasa remuneración que ofrece la banca.

Y es que los salarios aún no han recuperado lo perdido durante el último ejercicio, aunque hay datos para un cierto optimismo: durante el primer semestre del año se ha consolidado una tendencia de ganancia de poder adquisitivo que contrasta con las notables pérdidas de 2022. “Estamos un poquito mejor que el año pasado, en gran medida por el Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva que firmaron sindicatos y empresarios, que ha permitido recuperar algo de poder adquisitivo, aunque no del todo”, afirma el profesor de la Universidad Europea.

De acuerdo a la Encuesta Trimestral de Coste Laboral publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el coste salarial por trabajador y mes creció un 5% en el segundo trimestre, hasta los 2.262,63 euros, una de las cifras más altas de la serie histórica. Este avance es superior al crecimiento interanual de la inflación en el mismo periodo, al igual que sucedió en los tres primeros meses del año. Entonces, el coste salarial creció un 6% y la inflación un 5,1%.

Estos datos contrastan con los de 2022, cuando los sueldos de los trabajadores recogidos en los convenios colectivos de trabajo apenas repuntaron un 2,8%, mientras que la inflación a cierre de año se situó tres puntos por encima.

Entonces, ¿mejorará la situación?

Los expertos consultados como los principales organismos económicos coinciden en que la inflación seguirá siendo elevada durante los próximos meses, sobre todo en la primera parte de 2024, y no será hasta 2025 cuando se sitúe en el horizonte del 2%. “De seguir así, hay riesgo de entrar en una situación diabólica en la que entremos en un proceso de estanflación, con estancamiento económico y altos niveles de inflación”, advierte el profesor, contrario en estos momentos a un endurecimiento de la política monetaria.

Desde Funcas, por su parte, esperan que los salarios tiendan a mantener un crecimiento superior a la inflación durante los siguientes dos años y los hogares puedan recuperar todo el poder adquisitivo perdido con la crisis. “Esta desaceleración que tenemos es menos preocupante que otras, porque viene ocasionada por el Banco Central Europeo y, por lo tanto, en el momento en el que vean que se controla la inflación, bajarán los tipos y otra vez volverá el crecimiento”, añade Conde-Ruiz.

No obstante, sobre la mesa también hay riesgos a los que habrá que estar atentos en los próximos meses como las consecuencias por el incremento en el precio del petróleo, la posibilidad de que los bancos centrales sigan endureciendo la política monetaria y la incertidumbre sobre la formación de gobierno en España.