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Los microplásticos están más presentes en algunos lagos que en las zonas más contaminadas de los océanos

  • Lo dice un estudio publicado por la revista Nature coordinado por la Universidad Milán-Bicocca y con participación española
  • La mayor concentración se encontró en el lago de Lugano (Suiza e Italia), y el pantano de Sau (Barcelona) ocupa el octavo lugar

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Lago con una botella de agua
Diversos lagos y embalses cuentan con más microplásticos que los océanos

La contaminación por plásticos y microplásticos no solo es una amenaza para los mares ya que, algunos lagos y embalses, -incluidos varios ubicados en lugares remotos-, concentran más residuos de este tipo que los encontrados en las llamadas islas de plástico oceánicas. Es lo que dice la revista Nature en dos estudios publicados este miércoles sobre la contaminación generalizada por plásticos: uno en los lagos, coordinado por la Universidad Milán-Bicocca y con participación española; y otro sobre los arrecifes de coral.

El primer estudio ha analizado muestras de aguas de 38 lagos y embalses en 23 países de los seis continentes, para que fueran representativos de los diferentes tipos y ubicaciones. En todos ellos, había presencia de microplásticos. La mayor concentración se encontró en el lago de Lugano (Suiza e Italia); Maggiore (Italia) y Tahoe (Estados Unidos), tal y como indica a la agencia EFE Miguel Matias, del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), uno de los firmantes.

En España se analizó el pantano de Sau (Barcelona); el lago artificial de Meirana, el embalse de Cecebre y el lago natural de Doniños, los tres en A Coruña. Sau figura en el octavo lugar de la lista, es decir, que “estaría en el grupo de los lagos con concentraciones por encima de la media, pero no las más extremas”, como los tres primeros de la clasificación, señala Matias.

Los lagos gallegos que se han estudiado están en un rango intermedio, con el de Meirana en el puesto 12; Cecebre el 20 y Doniños el 27, de un total de 38.

En algunos casos hay más microplásticos que en el océano

Alrededor de 14 millones de toneladas de plástico acaban en el océano cada año y, aunque este es un impacto bastante conocido, se sabía poco de las masas de agua dulce a este respecto. Esta situación la ha estudiado un grupo de 79 investigadores del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC) y de las universidades de Barcelona, A Coruña y Valencia.

La mayoría de los plásticos (93,8%) de los lugares analizados se clasificaron como microplásticos (menos de 5 milímetros); el 4,7 % tenían entre 5 y 10 milímetros, mientas que los macroplásticos, de más de 10 milímetros, representaban en 1,5%. El artículo señala, por primera vez, que en algunos casos, las concentraciones encontradas en entornos de agua dulce son superiores a las de las islas de plástico del océano, los llamados "parches de basura".

"Cuando se habla de “concentraciones tanto o más graves que la mancha de basura", siempre se piensa en botellas grandes y demás. En el Tahoe no hay un gran parche de ese tipo, pero es uno de los lagos más afectados por los microplásticos, que no se pueden ver a simple vista", explica Ted Harris, otro de los firmantes de la Universidad Kansas (EE.UU).

También existe contaminación en lugares alejados de la población

Los lagos más contaminados suelen estar cerca de lugares muy poblados. “Cuantos más seres humanos más plásticos”, agrega Harris, citado por su universidad. Estos actúan como las principales fuentes de agua potable de las poblaciones que los circundan y son fundamentales para sus respectivas economías.

Pese a ello, al equipo investigador le sorprendió que algunas de estas extensiones de agua están en reservas o parques naturales donde no vive mucha gente y aún así la concentración de microplásticos es alta. Matias pone como ejemplo en el lago Azul en las islas Azores (Portugal), que ocupa el puesto nueve en la clasificación pese a estar en un lugar aislado.

De vuelta en Radio 5 - Microplásticos y cómo afectan a nuestra salud y al planeta - 28/08/22 - Escuchar ahora

Ningún lago, ni siquiera los más alejados de la actividad antropogénica, puede considerarse realmente prístino, lo que “debería incitarnos a revisar las estrategias de reducción de la contaminación y los procesos de gestión de residuos", según la autora principal Verónica Nava, de la Universidad Milán-Bicocca.

Entre todo lo encontrado destaca especialmente la presencia de poliéster, polipropileno y polietileno, según el estudio elaborado por científicos que pertenecen a la red internacional Global Lake Ecological Observatory Network (GLEON).

Los arrecifes también están afectados

Los microplásticos de los lagos y embalses pueden acabar en los océanos, aunque esas extensiones de agua dulce tienen la capacidad de retenerlos durante un tiempo sin precisar cuánto, indica Matias. El investigador considera que el tiempo que permanecen en lagos o embalses “puede ser suficiente para implementar programas de descontaminación” y evitar que lleguen al mar, donde “el problema se multiplica".

Otra amenaza asociada, según Nava, es que el plástico que se acumula en la superficie de los sistemas acuáticos, se descompone y "puede favorecer la liberación de metano y otros gases de efecto invernadero".

El segundo estudio que publica Nature analizó arrecifes de coral en 84 lugares, incluidas las cuencas de los océanos Pacífico, Atlántico e Índico. En 77 de esos sitios se encontraron residuos y los macroplásticos (en este caso, más de cinco centímetros), los cuales representaban el 88%.

Los niveles de macroplásticos eran más altos en los arrecifes profundos y en la mayoría de las zonas los buques pesqueros fueron identificados como la principal fuente de plásticos, como sedales y trampas desechadas.