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Análisis

La destrucción de la presa de Nova Kajovka: un desastre civil y ambiental que complica la contraofensiva ucraniana

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Imagen tomada de un vídeo de la Presidencia de Ucrania de los daños en la presa de Nova Kajovka, en Jersón, el 6 de junio de 2023. Fuente: Presidencia de Ucrania, vía AP.
Imagen tomada de un vídeo de la Presidencia de Ucrania de los daños en la presa de Nova Kajovka, en Jersón, el 6 de junio de 2023.

La destrucción de la presa de Nova Kajovka, de la que se acusan mutuamente Rusia y Ucrania, supone un cambio en las condiciones de la guerra, según los analistas consultados por RTVE, además de un desastre natural con repercusiones aún inciertas.

El ataque contra la presa, independientemente de su autoría, se produce cuando Moscú asegura que Kiev ha pasado a la ofensiva con ataques en Donetsk. Ucrania guarda silencio y no confirma si ha iniciado su esperada contraofensiva para recuperar territorio, una operación que ahora se verá dificultada, al menos en el sector de Jersón.

Obstáculo para la contraofensiva ucraniana

El embalse de Nova Kajovka, construido en época soviética, se encuentra en la zona de la región de Jersón controlada por Rusia.

En noviembre de 2022, durante la retirada rusa de la ciudad de Jersón, la infraestructura ya sufrió daños con la destrucción de varios puentes.

Ahora, la afluencia de agua tras la rotura anegará aldeas y ampliará las riberas del río, que actualmente separa a ambos contendientes: los ucranianos en la margen derecha (occidental), y los rusos en la izquierda (oriental).

El teniente general en la reserva Francisco Gan Pampols ha explicado en Las mañanas de RNE que, independientemente de la autoría, la destrucción de la presa beneficia al defensor (en este caso, Rusia) porque "amplia el obstáculo natural que supone el río Dniéper".

"Inunda zonas inundables laterales de un río tan grande como el Dniéper, crea una zona de movimiento complejo, embarrada, que impide el movimiento de unidades pesadas", ha añadido.

"Si Rusia creía o intuía que una parte importante de la contraofensiva ucraniana iba a ser a la altura de Jersón para cruzar el Dniéper e ir de la forma más rápida a Crimea, lo ha dificultado", ha añadido el militar en RNE.

La destrucción del embalse, por tanto, impedirá realizar acciones de entidad en la zona afectada. "Las complica, obliga a unos a cambiar direcciones y a otros les permite aligerar la defensa, porque apoyándose en un obstáculo natural necesitas menos defensas", ha subrayado Gan Pampols.

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Cristina Manzano, directora de Esglobal, ha coincidido en que uno de los primeros efectos "puede ser distraer o frenar la contraofensiva" ucraniana.

"Hay modelos que simulan lo que podría ocurrir - ha explicado en La Hora de La 1 de TVE- Dependiendo de la extensión, supone un contrapié [para Ucrania]. Una de las características de esta supuesta contraofensiva es la dispersión, se estira al este por zonas no contempladas en los supuestos. Pero frenaría la contraofensiva en esta parte del sur de Ucrania".

Manzano ha señalado además que el puente que cruzaba la presa, comunicando ambas orillas del río, era uno de los lugares por los que se suponía que las tropas ucranianas podían pasar al otro lado.

Además, puede tener consecuencias negativas para la moral ucraniana

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Lugar poco probable para un ataque ucraniano

Enrique Ayala, general retirado analista de la Fundación Alternativas, preguntado por la posible autoría del ataque, ha subrayado en el Canal 24 Horas que "no parece muy probable que los ucranianos tengan ningún interés en que haya inundaciones al sur de la presa, en la provincia de Jersón, si quieren pasar por ahí en una contraofensiva hipotética, y porque les perjudica en su producción de alimentos".

Si ha sido Rusia, tampoco ofrece una gran ventaja porque "poco a poco las aguas volverán a su cauce y perderán ese arma en el futuro".

Ayala cree que el ataque al embalse no va a suponer un gran cambio en la guerra porque era poco probable que los ucranianos intentaran atacar en esa zona y cruzar el río Dniéper, que a esa altura tiene un kilómetro de ancho.

Félix Arteaga, investigador principal del Real Instituto Elcano y analista de seguridad y defensa, cree que "tácticamente no beneficia a nadie a corto plazo, porque en esa zona en las últimas fechas no se han visto ninguna acción ofensiva por ningún lado. Era de todas las zonas del frente la más tranquila, precisamente por la dificultad de cruzar al otro lado del río".

No obstante, ratifica que "no favorece para nada al lado ucraniano porque va a dejar impracticable una zona donde pueden operar" mientras que "del lado ruso esa inhabilitación de la zona le permite concentrar defensas desde el punto de la presa hacia arriba, donde sí ha habido algunas acciones ucranianas".

"En la zona sur no es previsible que en las próximas semanas se produzca ninguna ofensiva - ha añadido Arteaga en RNE - pero las iniciadas tímidamente, aunque todavía no se sabe el punto principal del esfuerzo, estarían en las provincias superiores de Zaporiyia y el Donbás".

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Un desastre civil y ambiental

Arteaga ha subrayado que, en cualquier caso, lo sucedido supone "otro paso en la destrucción de infraestructuras civiles" que se está produciendo en esta guerra.

Carlos Granell, ingeniero y presidente del Comité Nacional Español de Grandes Presas, ha explicado en RNE que la presa de Nova Kajovka contiene 18 millones de metros cúbicos de agua.

"Puede ser un auténtico desastre la evacuación de tal cantidad de agua en tan poco tiempo", ha lamentado. "Depende de cómo se haya roto, si es en su parte más alta y en toda su altura, en cuyo caso se vaciará de forma completa (...) La onda de la riada no será uniforme", ha añadido.

Las autoridades locales han advertido que unas 80 localidades se verán afectadas, y que unas 22.000 personas podrían ser evacuadas.

El gobierno ucraniano ha asegurado también que 150 toneladas de aceite para motor se han vertido, y que otras 300 toneladas están en riesgo de filtrarse al Dniéper.

Repercusiones para la central nuclear de Zaporiyia y para Crimea

Además de servir para la generación de energía, el agua de la presa surte a la central nuclear de Zaporiyia, río arriba, para refrigerar sus reactores, y también abastece el Canal de Crimea, una vía de agua que suministra al sur de Ucrania y la península de Crimea.

La planta nuclear está bajo control ruso desde el comienzo de la guerra. Las empresas de energía atómica ucraniana y rusa, Energoatom y Rosatom, han asegurado que de momento la situación está bajo control y que hay suficiente agua en el estanque del que bebe el sistema de refrigeración del combustible nuclear, situado más arriba de la presa.

El director del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Rafael Mariano Grossi, ha pedido a ambas partes que hagan todo lo posible para evitar cualquier daño a ese estanque.

En Crimea, las reservas de agua son de momento suficientes para abastecer a la península, asegura la agencia TASS, que cita fuentes de los servicios de emergencias.

Gan Pampols ha especulado con que, si el nivel del Canal baja demasiado, la península ocupada por Rusia puede quedarse sin agua dulce. Tras la anexión unilateral rusa de 2014, Ucrania ya bloqueó el suministro, provocando escasez.

Por último, el desastre también puede afectar a la producción de cereales y otros alimentos en el sur de Ucrania, lo que según las autoridades de Kiev amenaza "la seguridad alimentaria global". El país es uno de los mayores exportadores de cereales y productos agrícolas del mundo.