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Barcelona

Los investigadores creen que el accidente de la mina de Súria pudo estar precedido de una cadena de negligencias

  • Tres jóvenes murieron en marzo al quedar atrapados en una galería a 900 metros de profundidad en una mina de potasa
  • Un trabajador del turno de noche alertó por escrito en una pizarra de la caída de una piedra de 20 kilos

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Familiares, amigos y compañeros de los tres fallecidos les rinden un homenaje
Familiares, amigos y compañeros de los tres fallecidos les rinden un homenaje

El accidente de la mina de potasa de Cabanasses en Súria (Barcelona) del pasado mes de marzo, en el que murieron tres personas, podría haber sido precedido de una cadena de negligencias. Es parte de las conclusiones de los informes de los Mossos d'Esquadra y la Generalitat incluidos en el sumario de la causa, que investiga un juzgado de Manresa.

Según las investigaciones preliminares incluidas en este sumario, un trabajador del turno de noche alertó por escrito de la caída de una piedra de 20 kilos cuando estaba abriendo una galería en una zona cercana al accidente.

Lo hizo reflejando el mensaje "Cuidado con el techo" en una pizarra, avisando de que había dejado la maquinaria en una zona segura. Así lo ha avanzado este viernes el diario El País y ha podido confirmar Radio 4.

Albert Corberó, alcalde de Súria: "Se está trabajando para determinar las causas y prevenirlas en un futuro"

Según la abogada de la familia de dos de las víctimas, los geólogos Daniel, Òscar y Victoriano iniciaron su turno sin conocer esa información. Los investigadores aprecian un incumplimiento de las medidas preventivas y una mala gestión de las comunicaciones.

La empresa propietaria de la mina, ICL, concluyó en su investigación interna que el accidente fue imprevisible, reconociendo errores de comunicación. Con estas diligencias previas, arranca la instrucción de la causa en el juzgado número 6 de Manresa.

Un derrumbe inesperado

Los hechos sucedieron a principios de marzo, cuando tres geólogos se vieron sorprendidos por el desprendimiento cuando llevaban a cabo una inspección en una galería a 900 metros de profundidad, poco antes de las nueve de la mañana.

Bomberos y los equipos de rescate de la mina trabajaron conjuntamente para sacar los cadáveres, una labor compleja que llevó varias horas, ya que se tenía que garantizar la seguridad de los rescatistas.

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Desde la Generalitat explicaron que la última inspección de esta instalación se realizó tan solo tres semanas del trágico suceso "y se saldó sin ningún expediente ni ninguna irregularidad".