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Retrato de los españoles en 1901: amuletos contra el mal de ojo y preocupación por la vida familiar

  • En la web del Museo de Antropología se puede consultar la histórica encuesta del Ateneo
  • Se recogieron datos de todo el país sobre usos, costumbres y folclore a principios del siglo XX

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Grupo de campesinos de la villa de Carbajales en Zamora
Grupo de campesinos de la villa de Carbajales en Zamora

Los pioneros “encuestadores” fueron 200, la mayoría doctores, farmacéuticos, párrocos o enlazados al mundo de las letras o el derecho y entre ellos solo había dos mujeres.

Aceptaron el guante que les lanzó la Sección de Ciencias Morales y Políticas del Ateneo de Madrid en 1901: cuaderno y pluma en mano debían recopilar las respuestas acerca de hábitos y folclore en regiones de todo el país.

El resultado es un histórico estudio que dibuja un retrato social del comienzo del siglo XX nunca antes cimentado con tanta amplitud, acompasado a la curiosidad científica que provocaba una incipiente ”sociología”.

Las 17.000 fichas de la Encuesta del Ateneo: costumbres españolas en 1901-1902 están custodiadas en el Museo Nacional de Antropología (MNA) de Madrid.

Los documentos han sido digitalizados recientemente y su consulta es libre a través de su página web, que emerge a la superficie un tesoro oculto y chocante en su modernidad. Una muestra son las referencias al estatus de las mujeres en las familias en el maremágnum legal de las herencias, según cuenta a RTVE.es José Luis Mingote, el coordinador del proyecto en el museo.

“Hay preguntas que son de sociología pura sobre adopciones de niños abandonados, adulterios, separación de cónyuges o relaciones ilegítimas. Se adelantan a la legislación pero debían estar en el ambiente ese tipo de problemas porque si no nadie los expondría de forma explícita en 1901. Un ejemplo es que uno de los informantes era un médico de Mondoñedo y estaba casado solo por lo civil, algo poco usual pero que existía”.

Tipos de maragatos de León Fotografía de J. Laurent y Cía (MNA)

Gran parte del sustrato de este informe único pivota sobre el triángulo de la trascendencia humana: el amor y los rituales de emparejamiento, nacimientos y muertes. Sobre el ciclo de la vida sobrevuelan creencias enraizadas que permean todas las capas sociales.

“Esta el tema de ‘ligar’ mediante ritos supersticiosos o la brujería contra el mal de ojo con amuletos de cuernos o azabache, que antiguamente llevaban la nobleza y la familia real. No solo era algo rural del campesinado”, aclara el experto que añade que otras cuestiones eran puramente prácticas como la inquietud por el derroche en bodas y comuniones.

Ficha en la que aparece dibujado un emplasto, de Avilés (Asturias)

Pura avanzadilla contemporánea donde una cascada de detalles sobre alimentación, vestimenta, juegos populares y oficios tradicionales redondean una labor que también congela en una foto fija las transformaciones socioeconómicas.

“En las defunciones sí ha habido una evolución. Antes era algo social y ahora es particular. En los pueblos había una cofradía de hombres casados que organizaba el enterramiento, se alquilaba el coche fúnebre y las angarillas para llevar al muerto eran municipales”, explica.

Desde cómo enfajar a un bebé al cortejo amoroso

Apenas se conoce qué metodología exacta usaron los informantes porque el archivo del Ateneo, que brillaba como institución que espoleaba el progreso científico, cultural y literario, fue intervenido y destruido tras la Guerra Civil.

Las fichas o papeletas son la única fuente. En muchas de ellas sí podemos leer la apretada letra de los galenos que describen cómo debía prepararse una cataplasma para la fertilidad, cómo enfajar a un bebé o las alusiones a las farmacias convertidas en “laboratorios industriales” con remedios para casi todo.

Ficha con dibujo de niño enfajado, de Salas de los Infantes (Burgos)

Otra joya es la transcripción de los tempos del cortejo que aparecen en el texto remitido por un informante de La Mancha. El fragmento advierte de que la “fórmula consagrada” para ser pretendiente es apostarse a la caída de la tarde “en la puerta de la casa de la muchacha” en un diálogo cuasi teatral:

-Vengo a ver si no tienes compromiso con otro y quiero comprometerte conmigo.

-Me pensaré y contaré con mis padres.

-Creo que ya has tenido que pensarlo despacio; dentro de quince días puedes volver por la contestación.

-No importa: tengo que pensarlo despacio; dentro de quince días puedes volver por la contestación.

Ficha con texto de Joaquín Costa, de La Solana.

El pulso de los hábitos cotidianos barre España de punta a punta: desde una pequeña aldea asturiana como Leitariegos a capitales de provincia como Pamplona o Barcelona donde la industrialización marca la brecha entre lo urbano y lo rural.

“A las ciudades llega antes el tren y eso permite el contacto con el exterior incluso el extranjero. En el siglo XIX se ha estudiado mucho la venta por correo no es algo de ahora y, por ejemplo, está contrastado el envío de acordeones al País Vasco”, apunta José Luis Mingote.

La huella de este trabajo que abre la llave a una realidad parcial pero desconocida reverbera en el presente. Desde el Museo de Antropología confirman que las consultas sobre la encuesta del Ateneo son constantes y ha alumbrado una abundante bibliografía.

Además los usuarios pueden convertirse en colaboradores ensanchando el caudal de recuerdos online con fotografías (solo se conservan dos de la época original) u otro tipo de documentos. Una fusión viva entre siglos y universos sociales.