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Análisis

Claves de la escalada de tensión entre Israel y Palestina: el inicio de año más violento en dos décadas

  • En lo que va de 2023 al menos 93 palestinos han muerto durante los enfrentamientos con las fuerzas israelíes
  • El gobierno de Israel se ha radicalizado mientras la Autoridad Nacional Palestina se debilita

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Un palestino se enfrenta a los soldados israelíes durante una protesta en la aldea en la Cisjordania ocupada
Un palestino se enfrenta a los soldados israelíes durante una protesta en la aldea en la Cisjordania ocupada

La Tierra Santa vuelve a ser escenario de una espiral de violencia. El tira y afloja nunca ha cesado sobre el epicentro donde se dan la mano las tres grandes religiones monoteístas y los tres continentes. En lo que va de año, al menos 93 palestinos han muerto, la mayoría por disparos de fuerzas israelíes, en el inicio de año más violento de las últimas dos décadas.

Las escenas de redadas, cargas policiales e incluso disparos dentro del tercer lugar más sagrado para el Islam se han repetido en los últimos días con fieles atrincherados en la mezquita de Al Aqsa. No han importado las celebraciones del Ramadán o del Pésaj (Pascua judía). La respuesta no se ha hecho esperar, con el intercambio de cohetes de las fuerzas palestinas en Gaza, Líbano o con bombardeos en Siria.

La agitación no es nueva, pero la actual crisis amenaza el statu quo en la región, en un contexto de deriva ultraconservadora del gobierno de Israel, que cuenta con ministros "racistas y antiárabes", según los expertos. Entretanto, la Autoridad Nacional Palestina está sin liderazgo y los países vecinos, pendientes de cualquier movimiento para responder. Beirut y Amán han elevado el tono contra Tel Aviv.

La "radicalización del gobierno", causa principal

La crisis actual no sorprende porque desde la llegada al poder de Benjamín Netanhayu el uso de la violencia se ha convertido en el "único lenguaje de comunicación y, en un contexto de una enorme asimetría, en la capacidad de usar la violencia que lleva a un círculo vicioso", explica a RTVE.es Haizam Amirah Fernández, investigador principal del Real Instituto Elcano y profesor asociado del Instituto Empresa (IE).

El gobierno de Israel en la actualidad tiene integrantes que son "fanáticos, extremistas, incluidos ultranacionalistas y ultraortodoxos", señala. Lo está diciendo una parte de la sociedad israelí, asegura el experto, que es la que lleva manifestándose 14 semanas, porque ven que esta mezcla explosiva va camino de transformar la naturaleza del Estado de Israel. Algunos ministros reclaman que los judíos puedan rezar en todo el recinto de la explanada, no solo en el muro de las lamentaciones tal y como recoge el statu quo de 1967.

Netanyahu es un primer ministro acosado por los tribunales por presuntos casos de corrupción y está "dispuesto a hacer lo que sea para salvarse política y judicialmente", recuerda Amirah Fernández.

Tel Aviv vive una situación política controvertida. "La causa principal es la radicalización del gobierno de Israel", coincide Ignacio Álvarez-Ossorio, profesor de Estudios Árabes y catedrático de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) en una entrevista con RTVE.es. Un gobierno que lleva 100 días en el poder y que está integrado por formaciones de extrema derecha. "Son partidos que antes no tenían representación, eran prácticamente testimoniales, pero que ahora han asumido un enorme peso y tienen casi la voz cantante en la coalición de gobierno", añade.

Las manifestaciones y la crisis política han obligado al primer ministro israelí a pausar su polémica reforma judicial que desencadenó una ola de descontento en amplios sectores del país. Netanyahu se ha visto envuelto en una de las mayores crisis políticas y sociales de la historia.

Si hay condena internacional, será muy tibia, pero sí generará una reacción de las facciones armadas palestinas

"Parece que se está empleando esta pausa para volver a un punto de provocación: los lugares sagrados, en este caso la mezquita de Al Aqsa, en pleno mes de Ramadán y contra las personas que están rezando. Se sabe de antemano que no generará condena internacional o si se da será muy tibia, pero sí habrá una reacción de las facciones armadas palestinas", asegura Amirah Fernández. "Son medidas cada vez más drásticas para no solo seguir colonizando los territorios palestinos, sino también para dar pasos efectivos para su anexión práctica", añade Álvarez Ossorio. "No solo no quieren seguir sofocando a la población palestina, harán todo lo posible para que se vea en una situación tan desesperada como para que tenga que abandonar el territorio", explica el profesor de Estudios Árabes e Islámicos.

El fin del país democrático en Oriente Medio

Las circunstancias actuales están perjudicando al experimento democrático y liberal de Israel. "Este camino lo situará como uno de los regímenes autocráticos que hay en la región", dice Álvarez Ossorio. Una situación que además rechazan los propios israelíes; un contexto que fomenta la polarización social y un "inevitable choque interno". Ante este descontento, aseguran los analistas, el gobierno israelí necesita recurrir a un elemento que une y ese factor de unidad solo lo encuentran en la reacción contra las facciones palestinas.

De hecho, la imagen de principios de enero del nuevo ministro de Seguridad Nacional, el extremista Itamar Ben Gvir, visitando la Explanada recuerda a otra de hace más de 20 años, la del general Ariel Sharon subiendo al tercer lugar sagrado de los musulmanes, una acción que desembocó en la Segunda Intifada palestina.

"No son visitas de cortesía o de rezo, son una provocación", aclara el analista del Real Instituto Elcano. De ahí, subraya, que "el de ahora no es un contexto novedoso, pero la intensidad es novedosa". Recuerda que se trata de un "proyecto de limpieza étnica, por el cual podríamos encontrarnos en un futuro con un escenario de aumento de la violencia en mucho tiempo", concluye.

La "legitimidad" de la Autoridad Nacional Palestina

Las autoridades del otro bando también carecen de legitimidad y de influencia. "La Autoridad Nacional Palestina ha actuado casi como una baza para el control de los palestinos que beneficia a Israel", dice Amirah Fernández. Recuerda que se trata de una autoridad desacreditada entre la misma población palestina, ya que su líder, Mahmud Abbas, lleva más de 15 años sin convocar elecciones. No cuenta con el beneplácito de la juventud. "Representan a una gerontocracia", señala Amirah Fernández.

La ANP ha actuado casi como una baza para el control de los palestinos que beneficia a Israel

Se trata de una autoridad interina que debía gobernar durante tan solo cinco años en los territorios palestinos hasta que construyese ese Estado palestino, que tenía que haber nacido en 1999. Pero todo se ha estancado y actualmente atraviesan una crisis existencial a nivel doméstico. La población palestina es muy joven, recuerdan los analistas, no se siente representada por este gobierno ni por los Acuerdos de Oslo de hace 30 años, firmados justo en 1993. "Es una sociedad muy joven, muchas personas han nacido ya después de esos acuerdos que considera que consideran que solo han beneficiado Israel y perjudicado a los palestinos", concluye Ossorio.

Los Acuerdos de Abraham, en el aire

El 15 de septiembre de 2020 se firmaron en Washington los Acuerdos de Abraham, que establecía las relaciones diplomáticas entre Israel y dos países árabes, los Emiratos Árabes Unidos y Baréin. Con ellos se rompía el boicot hacia Israel y le permitiría normalizar sus relaciones con los países de la región como Sudán o Marruecos."Esto traía grandes cambios en la región. Muchos consideraron que defender los derechos de los palestinos era contrario a sus intereses y con el repliegue de EE.UU. de la zona vieron en Israel una oportunidad para garantizar su seguridad", explica Álvaro Ossorio.

La convulsión actual podría ralentizar todos estos cambios. "Muchos países, en lugar de acelerar ese proceso, lo que harán es poner en cuarentena estos acuerdos". Todos estos países que intentaron acercarse a Israel, dice Amirah Fernández, se encuentran con un gobierno israelí abiertamente racista contra lo árabe, lo musulmán y esto en el ámbito de la opinión pública genera gran rechazo en las sociedades de los países vecinos.

​Arabia Saudí se ha mostrado muy crítica con Israel, mientras se ha ido acercando a Irán. Y por ahora, Netanyahu no ha sido invitado a la Casa Blanca por Joe Biden. La región vive una "etapa de baile de alianzas constantes y de reconfiguración de las mismas", asegura el profesor asociado del Instituto Empresa.

La respuesta de Líbano, Siria y Jordania

Jordania, país que custodia la administración de la Explanada de las Mezquitas, ha emitido un comunicado en el que advierte a Tel Aviv de las "consecuencias catastróficas" si las fuerzas de seguridad israelíes vuelven a irrumpir en Al Aqsa. Israel ha respondido exigiendo a Amán su "retirada inmediata" de la mezquita. Mientras, el movimiento islamista de Hamás reitera que el tercer lugar más sagrado de los musulmanes es una "línea roja".

En los últimos días, desde el Líbano se han lanzado más de 30 proyectiles contra Israel, una reacción inédita desde la guerra de 2006. "Es quizás lo más sorprendente, eso normalmente se hace con el beneplácito de las autoridades libanesas, pero en este caso ha jugado un papel fundamental Hizbulá en Líbano apoyado a su vez por Irán", explica. El domingo varios cohetes fueron lanzados desde Siria contra los Altos del Golán, territorio sirio ocupado por Israel desde la Guerra de los Seis Días de 1967.

Los equilibrios tambalean y ante una crisis en todos los niveles quedan preguntas por contestar: ¿cuánto aguantará este gobierno de Netanyahu? ¿Qué pasará ante una escalada de la violencia en la región? ¿Y qué papel tendría la comunidad internacional? ¿Quién apoyaría a quién?