Enlaces accesibilidad

Sánchez llega a China en busca de su ayuda para encontrar una salida a la guerra en Ucrania

  • España asumirá la presidencia rotatoria de la Unión Europea en el segundo semestre del año
  • Sánchez es el primer líder europeo en reunirse con Xi tras su viaje a Moscú

Por
El presidente chino, Xi Jinping, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Palacio de la Moncloa en 2018
El presidente chino, Xi Jinping, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Palacio de la Moncloa en 2018

Pedro Sánchez ha llegado a China para reunirse con su homólogo Xi Jinping en medio de la creciente impresión de que Pekín está aumentando su apoyo a Rusia en la guerra en Ucrania. El encuentro se produce tan solo unos días después del viaje de Xi a Moscú y Sánchez es el primer líder europeo en reunirse con el mandatario chino desde entonces.

La invitación al presidente del Gobierno puede entenderse como un intento de China por acercarse a Europa en un momento en el que España está cerca de asumir la Presidencia rotativa de la UE.

"China tiene interés en intentar enmendar las relaciones con Europa, que estaban en bajos históricos por el impacto de la pandemia y por la posición de China dentro de la guerra en Ucrania, pero hay un interés por parte de Europa de también retomar ciertos elementos de estas relaciones con China tanto a nivel de intereses económicos como de cooperación internacional en ámbitos como la seguridad o el cambio climático", explica a RTVE.es la investigadora de Asia-Pacífico del Centro de Asuntos Internacionales de Barcelona (CIDOB), Inés Arco.

El principal objetivo de la visita de Sánchez -quien se reunirá también con el primer ministro Li y con representantes de empresas españolas en China, entre otros-, es relanzar los contactos entre ambos países, así como hablar sobre las relaciones de la Unión Europea con Pekín y la guerra en Ucrania, según fuentes de Moncloa.

Para el director de política, sociedad y programas educativos de Casa Asia, Rafael Bueno, la invitación del presidente chino "es muy positiva". "Confirma el papel internacional que tiene España y, en concreto, Pedro Sánchez. Esto reafirma el posicionamiento positivo de España y también es importante que Sánchez haya sido el primer invitado a ver a Xi por delante del presidente francés", añade.

La visita de Sánchez y la presidencia española de la UE

Una de las claves de la visita del presidente del Gobierno a China es que España asumirá en el segundo semestre del año la presidencia de la UE. Sánchez ha hablado con sus colegas europeos sobre su encuentro con Xi, aunque ha asegurado que irá como dirigente nacional y no como portavoz de los 27.

Pedro Sánchez es el primer dirigente europeo con el que se reúne Xi tras su visita a Moscú, aunque otros líderes, como el presidente francés, Emmanuel Macron, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, viajarán a China después.

Pekín quiere evitar que le consideren uno de los enemigos en el escenario internacional, especialmente a los ojos de Europa, un importante socio comercial. Los expertos coinciden en que con la visita del presidente del Gobierno, lo que pretende China es acercarse a Europa. "Sánchez ha tenido un peso cada vez más potente dentro del Consejo de la UE y los chinos no dan puntada sin hilo en ese sentido", afirma a RTVE.es el profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia Comillas, Mario López, quien subraya que España "es un buen interlocutor" porque las relaciones entre ambos países "siempre han sido unas que se han ceñido a lo económico y a lo cultural". "China ha identificado que esta visita puede ayudar, al menos, para mantener las líneas abiertas con Europa", añade.

Por su parte, Rafael Bueno señala que China no intenta acercarse a Europa "solamente en el ámbito diplomático, también en el económico". "(La visita de Sánchez) es una muestra de que su iniciativa va más allá de los países con los que tiene mayor cercanía. Si realmente China quiere tener un papel más importante y de mayor peso a nivel internacional, tiene que tener cierto acercamiento hacia la UE", recalca.

Para el profesor de Estudios de Asia Oriental de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), Joaquín Beltrán, el viaje de Sánchez se encuentra en un contexto en el que "Europa está empezando a escuchar a China". "Desde hace mucho tiempo, China no quiere romper relaciones, sino intensificarlas. Ha sido un poco Europa la que las ha ido congelando", asevera.

China no quiere que Europa vaya a remolque de EE.UU.

Desde que comenzó la guerra en Ucrania, Pekín no ha condenado en ningún momento la invasión rusa, aunque desveló recientemente un documento con 12 puntos en el que desglosa su Plan de Paz. En el texto, China subraya la necesidad de que haya un diálogo entre Rusia y Ucrania, así como el respeto a la integridad territorial de los países.

Pekín y Moscú continúan realizando ejercicios militares conjuntos y en varias ocasiones China se ha unido a Rusia para criticar a la OTAN. Además, China es uno de los mayores compradores de petróleo ruso.

Washington afirma que la guerra ha profundizado las relaciones entre China y Rusia, y señala que Pekín todavía no descarta entregar armas a Moscú para que las utilice en Ucrania.

"Lo que pasa con Pekín es que si quiere jugar un papel global como alternativa a un modelo de gobernanza que ha estado dominando el mundo desde Estados Unidos, tiene que jugar de forma global. Eso incluye no ponerte de perfil en conflictos tan graves como una guerra en Europa y donde está implicada Rusia, además como país agresor", indica Bueno. "China está jugando a una ambigüedad estratégica. Por un lado, defiende o apoya a un país, pero luego dice lo contrario. China dice que Rusia es su gran amigo, pero no reconoce la anexión de Crimea a Rusia desde 2014", asegura.

"Estados Unidos va hacia una posición de polarización con China y a China no le interesa que Europa vaya a remolque de Estados Unidos", explica López. "En Ucrania, China está intentando rebatir la narrativa que ha creado Estados Unidos de que es un aliado de Rusia. China busca con este supuesto plan de paz decir 'nosotros queremos contribuir a solucionar el conflicto'", opina.

Según Beltrán, "Europa se ha ido alejando" de China debido a "la presión de Estados Unidos tratando de que Europa se alinee con su perspectiva de cómo hay que tratar a China". "En Europa hay dos visiones, una es la seguidista de Estados Unidos, y otra es tener una política propia. Conforme va evolucionando el tiempo, parece ser que lo de tener una voz propia y no ser simplemente seguidista de Estados Unidos está ahí", recalca.

Sin garantías del éxito de la influencia China en Rusia

El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, adelantó que Sánchez pedirá a Xi que "use su influencia personal" para lograr que Putin "ponga fin a la guerra de Ucrania", algo que la mayoría de los expertos ven difícil que ocurra.

"No creo que Europa pueda conseguir que China ayude a convencer a Rusia a parar la guerra en Ucrania. Que China tiene un interés de que el conflicto no vaya a más por sí misma es cierto, pero al ser una superpotencia, no es tan fácil presionar a China", indica el profesor de la Universidad Pontificia Comillas. "Ahora es más una batalla dialéctica en lugar de que haya realmente un proceso de paz. Ni Rusia ni Ucrania están por la labor", comenta.

"Aunque China pueda tener una posición cada vez más de una sinergia con Rusia y un poco más de influencia, no tiene por qué traducirse directamente en una mayor capacidad de presión", opina Arco. "Cualquier tipo de presión puede terminar creando tensiones en esta relación, que China ve de forma importante por la competición y la rivalidad que tiene con Estados Unidos", añade la investigadora del CIDOB.

"Las experiencias chinas en asuntos de mediación no son tanto de poner estos esfuerzos tanto políticos como a nivel de incentivos, sino más bien crear un espacio para que los diálogos tengan lugar. La visión que podríamos tener no es tanto de una mediación con una gran implicación, sino más bien de un facilitador de negociaciones", explica.

Por su parte, Beltrán cree que a China "no le interesa que continúe el conflicto". "Lo que quiere es paz, estabilidad y multipolaridad. No quiere que haya conflictos. Si dependiera exclusivamente de ella se habría acabado", asegura el profesor de la UAB. "China no va a hacer lo que nosotros queremos que haga, pero lo que ella propone tiene sentido, no es algo descabellado. Hay que negociar, hay que sentarse, y en una negociación se tiene que ceder por parte de uno y de otro. La solución del conflicto es esa", añade.

España, "uno de los grandes amigos de China en Europa"

La visita de Sánchez a China comenzó a fraguarse en la reunión que mantuvieron los dos presidentes en Bali en el marco de la cumbre del G20, según fuentes del Gobierno. Hablaron sobre la conveniencia de una visita oficial coincidiendo con la celebración de medio siglo de relaciones diplomáticas en las que no se han producido altibajos destacables.

De acuerdo con estas fuentes, la pandemia ha ralentizado los contactos entre España y China y, en un contexto post-covid, es importante relanzar la relación bilateral. Por ello, señalan que el primer objetivo del viaje es reanudar la buena relación entre ambos países.

En su viaje a China, el presidente del Gobierno también se reunirá con el primer ministro, Li Qiang, y con el presidente de la Asamblea Popular, Zhao Leji. Asimismo, Sánchez tendrá encuentros con representantes de empresas españolas en China, representantes de empresas chinas interesadas en invertir en España y turoperadores chinos para las visistas turísticas de grupos a España.

"Coincide con el 50º aniversario de las relaciones entre España y China, que fue el pasado 9 de marzo. Es un motivo también para mantener una reunión de alto nivel", afirma Beltrán. "Esta reunión se ha postergado. Estaba prevista hace tiempo y ahora, después de presentar el plan de paz para el conflicto en Ucrania, parece que son varios factores, varias variables que coinciden en el tiempo y, por eso, lo de haber invitado a Sánchez", añade.

Uno de los momentos más destacados en los últimos 50 años de relaciones bilaterales es la visita del presidente chino a España en 2018. En ese momento, Xi afirmó que se abría una "nueva era" con España, al que se refirió como su "mejor amigo en Europa".

"España siempre ha sido considerada uno de los grandes amigos de China en Europa, pero es verdad que en los últimos años hemos visto que España está intentando influir cada vez más en la dirección que marca la UE en las relaciones con China", explica Arco. "Sí que hemos visto que, aunque ha introducido ciertos mecanismos debido a una búsqueda de pérdida de confianza hacia China, está teniendo una retórica mucho más moderada de lo que puedan ser posiciones más confrontacionales como pueden tener otros líderes europeos", añade.