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Alemania

La discriminación a los homosexuales en Alemania permanece 40 años después del VIH: "¿Está mi sangre sucia?"

  • Una nueva ley acaba con la restricción a los homosexuales para donar sangre, pero quedan otras reminiscencias
  • No pueden donar si han tenido relaciones sexuales en los últimos cuatro meses

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Alemania dejará de preguntar a los donantes de sangre por su orientación sexual

En los años 80, el mundo solo tenía preguntas sobre el nuevo virus, el VIH. Durante 40 años los investigadores han ido encontrando respuestas, sin embargo, todavía hoy en día permanecen huellas de ese desconcierto ochentero en países de primera fila como Alemania, donde hasta ahora se preguntaba la orientación sexual de los donantes.

Una nueva ley va a poner fin a esta discriminación hacia los homosexuales, aunque aún quedan otras reminiscencias de los años 80 vinculadas al virus que impiden, por ejemplo, que los seropositivos accedan a determinados puestos de trabajo.

En una de las asociaciones del país ligada al sida, nos cuentan que los aspirantes a policía son rechazados si son seropositivos, y que hace solo dos meses un estudiante de odontología fue expulsado de la universidad por tener anticuerpos.

"Se le pregunta a dentistas en vez de a expertos en sida, que ya han dicho que no hay ningún riesgo de contagio", se queja el director de la organización, que pide una ley que prohíba las pruebas de VIH en el ámbito laboral y educativo.

Restricciones a los homosexuales al donar sangre

No es la única reminiscencia. En Alemania, las personas homosexuales no pueden donar si han tenido relaciones sexuales en los últimos cuatro meses con una pareja nueva o con más de una persona.

A los heterosexuales, sin embargo, solo se les veta si cambian de pareja con frecuencia.

"¿Está mi sangre sucia?". Es una de las preguntas que lanza por escrito Lucas, un joven homosexual que ha promovido el cambio de la ley de donaciones que el gobierno alemán finalmente ha aprobado.

"Proviene de los años 80, acabar con una discriminación es solo una cuestión de voluntad", explica Lucas a TVE desde Londres.

A los hospitales también les interesa el cambio de la ley, porque no hay suficientes provisiones de sangre. Utilizan cada día 15.000 bolsas y para poder mantener el ritmo se necesitaría duplicar el número de donaciones.