Enlaces accesibilidad

Qué se sabe del visado para nómadas digitales que estrena España: de las dudas sobre el trámite a los beneficios fiscales

  • La Ley de Startups permite residir en territorio español a teletrabajadores extranjeros durante al menos cinco años
  • A falta de definirse el procedimiento para solicitarlo, los interesados piden que sea sencillo y se facilite la continuación

Por
Un hombre trabaja con su portatil junto a una bicicleta en la calle, en una imagen de archivo
El visado para teletrabajadores, incluido en la Ley de Startups, entra en vigor el 1 de enero de 2023.

Vivir, amar, aprender, conocerse, trabajar desde cualquier parte del mundo. Es la apuesta de vida de los llamados ‘nómadas digitales’, un fenómeno en expansión que España no quiere desaprovechar. En diciembre, la Ley de Startups se aprobó definitivamente en el Congreso de los Diputados con el apoyo de todo el hemiciclo salvo Vox y, entre sus páginas, contempla la creación de un visado para teletrabajadores internacionales. En vigor desde el 1 de enero de 2023, la nueva legislación permite entrar y residir en territorio español a profesionales autónomos y empleados extranjeros durante al menos cinco años.

“Quedan algunos detalles todavía por definir y se está compitiendo a nivel mundial con otros países”, advierte el nómada Francisco Ortiz, sobre el proceso concreto para solicitar el visado. Todo ello se deberá aclarar antes del 1 de abril de 2023, según el legislador, aunque los interesados tienen claras sus preferencias. Hemos comentado con algunos de ellos las peculiaridades de la ley española, su experiencia al respecto con otros países, así como sus razones para hacer una parada —o no— en España.

Los nómadas piden trámites sencillos y requisitos claros

“Lo principal es que se pueda iniciar todo el trámite online, que la información esté clara en la página oficial del organismo correspondiente, en varios idiomas y especialmente en inglés. Si no, hay gente que termina leyendo una página de un blog de alguien que lo leyó de otro blog y da lugar a una cadena de errores, a veces bienintencionados, a veces no”, comenta Juana Cervio, ciudadana argentina que desde 2021 se ha dedicado a viajar por el mundo.

Ha pasado por Brasil, Alemania, Bélgica, Reino Unido y otros destinos, con algunas paradas de vuelta a Buenos Aires, trabajando para empresas locales o como freelance. Mientras tanto, crea información en redes sociales sobre la vida nómada y no descarta España como destino en el futuro: "La vida es buena allí".

De acuerdo con el texto aprobado en el Parlamento, el visado para nómadas digitales le permite vivir un máximo de un año en España, aunque justo después podría solicitar la residencia, que le autorizaría a quedarse otros tres años, con renovaciones sucesivas cada dos, “siempre y cuando se mantengan las condiciones que generaron el derecho”.

¿Cuáles son esas condiciones en el caso del visado de teletrabajadores? Ser empleado de una empresa radicada fuera de España o prestar servicios profesionales a clientes internacionales mayoritariamente —solo un 20% podrían ser españoles—, y acreditar que puede hacerse en remoto. Además, es necesario estar graduado en universidades, formación profesional o escuelas de negocio “de reconocido prestigio” o bien contar con una experiencia profesional mínima de tres años.

Para evitar fraudes, la ley exige también demostrar que ya en los últimos tres meses se ha trabajado para las empresas implicadas y que estas han mantenido una “actividad real y continuada” en el último año.

Sobre requisitos como el 20% máximo de clientes españoles, Juana Cervio comenta que no sería un problema si existen otros caminos alternativos. “En Georgia, por ejemplo, puedes cambiar del visado de nómada digital al de pequeño emprendedor. En Alemania también podrías hacer el cambio. Pero tiene que estar claro, si tu situación cambia, qué puedes hacer y qué no”, expone.

Portugal, uno de los destinos preferidos por los nómadas digitales

Una vía para asentarse en España

Para muchos interesados es importante que existan caminos complementarios como esos, porque el visado nómada puede ser una vía para quedarse más tiempo en un país. Otro nómada digital argentino, Maro Sola, enumera las razones por las que a su marido y a él les interesa especialmente tener en España su base mientras viajan: la lengua común les facilitaría la vida y el trabajo, buscan seguridad y apertura para personas LGTBI y se sienten atraídos por la escena cultural de Barcelona.

Poco antes de la publicación de este reportaje, Sola ha obtenido la ciudadanía europea debido a su ascendencia italiana, lo que ha derribado la mayoría de obstáculos para mudarse, pero no todos corren la misma suerte. A este respecto, la Ley de Startups explicita su objetivo de “facilitar la inmigración de interés económico para España” y convierte el visado de nómadas digitales en un paso previo a la “residencia para emprendedores”, regulada desde 2013. A los cinco años, esa autorización puede convertirse en permanente.

Los beneficios fiscales

“España me parece un país increíble. Probablemente, es una de las alternativas donde queremos terminar dentro de más años, tener hijos y todo. Pero hoy, en nuestra situación particular, España nos mataría a impuestos. Mi novia se fue de Italia en parte por esa razón. Lo que obtendríamos a cambio no es suficiente para la enorme cantidad que tendríamos que pagar”, valora desde Tailandia Francisco Ortiz, quien se gana la vida por todo el mundo gracias a su blog y canal de YouTube sobre viajes y finanzas.

Este argentino ha visitado más de 70 países y en varios de ellos ha pasado temporadas más largas, como turista. Solo en Emiratos Árabes y Georgia tramitó un visado para permanecer más tiempo y la cuestión impositiva es, para él, una pieza clave para tomar la decisión —además de la burocracia, que reconoce que tampoco es “el punto fuerte de España”.

Lejos de los impuestos del 0% que promete Bali o las exiguas tasas que ofrece Dubai, la nueva ley aprobada en el parlamento español comprende también algunos beneficios fiscales para los trabajadores extranjeros frente al resto de ciudadanos. Entre otros, los nómadas digitales podrán tributar por el Impuesto sobre la Renta de no Residentesen lugar del IRPF.

“Si se acogen a la que se conoció como ley Beckham van a tributar los rendimientos de su trabajo a un tipo fijo del 24% hasta 600.000 euros. Y en adelante, al 47%. Si gana 300.000 o 500.000 euros, le viene fenomenal, porque con el IRPF iría a escalas progresivas y pagaría mucho más”, explica la abogada fiscal Cristina Barreda, que recuerda que la nueva ley ha suavizado los requisitos para poder acogerse a este “régimen especial” para trabajadores desplazados. Así, mientras antes se excluía a quienes habían vivido en el país en los últimos diez años, ahora se reduce a los últimos cinco.

Nuevos ingresos para el país, ¿sin coste?

Pero si miramos el asunto desde el otro lado, Francisco Ortiz no tiene dudas sobre los beneficios para España de atraer teletrabajadores internacionales a sus territorios. “Aporta muchísimo a la economía del país”, refiere, y cita los ingresos altos que pueden percibir los profesionales del sector tecnológico. “Inclusive dándoles beneficios fiscales, van a terminar pagando con el consumo en el IVA”.

La administración española parece que comparte el análisis y ya hemos visto a Gobiernos autonómicos como el de Canarias o el de Andalucía lanzar campañas para atraer, de momento, a profesionales europeos para pasar el invierno en latitudes más cálidas. Pero el fenómeno comporta también un alza de precios del alquiler en las urbes más saturadas, como se ha visto en Ciudad de México o Lisboa. Sus impulsores, ante esta externalidad, llaman a tratar de corregirlo con “soluciones creativas” y “medidas innovadoras”.

Finalmente, Ortiz retoma la necesidad de establecer “un camino claro” hacia una residencia permanente o ciudadanía. “De repente, los que un año entran como nómadas digitales a los tres o cinco años son expatriados y contribuyen aún más. Algunos países tienen eso bastante claro y otros simplemente se quieren sumar a la tendencia y es más marketing que otra cosa”, considera, y confía en que no sea así en esta ocasión. "¡Es gente que de otra forma se gastaría su dinero en otro país!"