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Annie Ernaux: "Está aumentando una ideología fundada en la exclusión de inmigrantes y abandono de los débiles"

  • La novelista francesa recoge en Estocolmo el Premio Nobel de Literatura 2022

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Annie Ernaux durante la lectura del Premio Nobel de Literatura en la sede de la Academia Sueca en Estocolmo.
Annie Ernaux durante la lectura del Premio Nobel de Literatura en la sede de la Academia Sueca en Estocolmo.

Annie Ernaux ha erigido su literatura sobre lo biográfico y político y ambos aspectos han estado presentes en su discurso como premiada del Nobel de Literatura 2022, donde ha repasado las motivaciones que le llevaron a escribir en su juventud y ha denunciado el aumento de una ideología en Europa que está fundada en "en la exclusión de los inmigrantes, el abandono de los más desfavorecidos y la vigilancia del cuerpo de las mujeres".

"Concediéndome la más alta distinción literaria que pueda existir, se está luciendo un trabajo que consiste en la escritura y la investigación personal llevada a cabo en la soledad y la duda. Esta luz no me deslumbra: no la considero una victoria individual; el premio Nobel es en cierto sentido, como una victoria colectiva y comparto el orgullo de ella con aquellos que, de un modo u otro, esperan mayor libertad, igualdad y dignidad para todos los seres humanos, independientemente de su sexo o género, el color de su piel y su cultura", ha leído la novelista.

La Nobel empezó su discurso buscando una frase que le diera “la libertad y la firmeza para hablar sin temblar” y escogió una escrita hace sesenta años en su diario íntimo: “escribiré para vengar mi raza”. Una raza que, dijo, pronto identificó con las mujeres en general. La promesa de venganza atraviesa toda su producción y su vida: De niña de familia humilde -sus padres eran tenderos en Normandía- hasta la Universidad, lo que le abrió las puertas de la burguesía. Un recorrido que le ha conferido un sentimiento de tránsfuga de clase social.

Una señal de esperanza para las escritoras

Ernaux ha recordado la muerte de su padre, sobre quien trata El lugar (1983) y cómo escribir sobre su pasado le sirivió para “ahondar en lo indecible de una memoria reprimida y sacar a la luz la forma de ser de mi pueblo". Ha subrayado que “cuando lo indecible sale a la luz, es político” y se ve hoy “con la revuelta de esas mujeres que han encontrado las palabras para desbaratar el poder masculino y se han alzado, como en Irán, contra su forma más arcaica”.

Ernaux deseó que el Nobel sea una señal de esperanza para todas la escritoras, pues “hay hombres en el mundo, incluso en los círculos intelectuales occidentales, para quienes los libros escritos por mujeres simplemente no existen”.

También citó la guerra en Ucrania y al presidente ruso, Vladimir Putin, aunque sin nombrarlos, al referirse al “dictador a la cabeza de Rusia”, quien lleva a cabo una “guerra imperialista”. Además, consideró que “el peso de salvar el planeta, destruido en gran parte por el apetito de los poderes económicos, no debe recaer, como es de temer, sobre los que ya están desamparados. El silencio, en determinados momentos de la Historia, no es apropiado”.

Y ha terminado contestándose a si ha cumplido "la promesa hecha a los veinte años de vengar" a su pueblo. "No puedo decir si lo he llevado a cabo", se ha contestado. "Fue de esta promesa, y de mis antepasados, hombres y mujeres trabajadores y habituados a tareas que les provocaban morir temprano, de donde recibí la fuerza y ​​la ira suficientes para tener el deseo y ambición de darles un lugar en la literatura, en medio de este conjunto de voces que desde muy temprano me acompañó dándome acceso a otros mundos y otras formas de ser, incluida la de rebelarse y querer cambiarlo, para inscribir mi voz de mujer y desertora social en lo que todavía se presenta como un espacio de emancipación: la literatura", ha concluido.