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Soy un CODA, un hijo oyente de padres sordos

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  • Tres adolescentes CODA -hijos oyentes de padres sordos, en sus siglas inglesas- exploran su compleja identidad
  • Se debaten entre el mundo de la comunidad sorda y el de los oyentes; se sienten "diferentes" e "incomprendidos"

Por
Jessica con su madre sorda
Las personas CODA son todos aquellos hijos de padres sordos.

Los CODA (Children Of Deaf Adults) viven desde su nacimiento entre dos mundos dispares. Aunque oyen, sus primeras palabras, sus conversaciones y sus sentimientos los expresan con las manos.

Después, cuando crecen, y fuera de su comunidad, aprenden a hablar, descubren el contexto de los oyentes y algunos comienzan a sentir que sus vidas no terminan de encajar en ninguno de los universos en los que coexisten.

Vivir entre dos mundos

Se les denomina CODA y son los hijos oyentes de padres sordos. Desde que nacieron han vivido en el estridente silencio de la comunidad sorda y entablaron sus relaciones familiares comunicativas como sus padres les enseñaron: con las manos.

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Cuando crecieron y se incorporaron al mundo de los oyentes, muchos de estos niños descubrieron otra realidad para la que no se les había preparado.

Yo vengo de una cultura que la mayoría de la gente no comprende

Los CODA no son sordos, pero tampoco se sienten oyentes. Ese sentimiento tiene Nyla, una CODA de 15 años y la única que puede oír de toda su familia. "Yo vengo de una cultura que la mayoría de la gente no comprende", explica, mientras recuerda, viendo un vídeo, cómo sus padres le enseñaban el lenguaje de signos.

Nyla, CODA en el instituto

Nyla busca su identidad como CODA.

Su madre no esperaba que oyera porque en las últimas cinco generaciones de su familia todos habían sido sordos. Nyla hasta ahora también había querido serlo. En los primeros cursos de primaria le decía a todo el mundo que era sorda, "podía oír, pero no me gustaba nada hablar", prosigue. Desde que aprendió a pronunciar palabras cuando tenía 8 años, se sintió fuera de lugar entre los oyentes.

A veces me siento como una extraña, es muy difícil de explicar

Sin embargo, en plena adolescencia ha comenzado a sentirse más atraída por este mundo y se entristece porque ve que se aleja de su querida comunidad sorda. "A veces me siento como una extraña, es muy difícil de explicar", dice llorando porque no ve el modo de ensamblar los dos mundos en los que le ha tocado vivir.

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Demasiado pequeños para tanta carga

Jessica ha cumplido 16 años. Es una de las dos hijas oyentes de unos padres sordos. Desde que estaba en la guardería recayó sobre ella la pesada tarea de hacer de intérprete entre sus familiares y la comunidad oyente.

No creo que mis padres entiendan del todo quién soy y lo que significa, realmente, ser una CODA

Se ha visto obligada a conocer los problemas de los adultos desde que era niña y lo ha vivido como una carga. "No creo que mis padres entiendan del todo quién soy y lo que significa, realmente, ser una CODA", relata Jessica revisando fotos de pequeña junto a su madre.

Habla con ella en lenguaje de signos sobre lo impresionados que quedaron sus compañeros de clase cuando la vieron hablar con gestos. "No sabían que tenías padres sordos", le dice su madre con las manos. "No lo sabían. Fue entonces cuando me di cuenta de que eras sorda". "¿Y cómo te sentiste después de eso?", continúa la madre de Jessica. "Supongo que un poco rara", admite la hija con ternura.

Jessica emplea la lengua de signos

Desde muy pequeña, Jessica fue la intérprete de sus padres con el mundo oyente.

La vida de un hijo de padres sordos conlleva una compleja mezcla de luchas y alegrías con la que tan solo una pequeña parte de la población puede identificarse. Ella se encuentra a gusto con sus compañeros de clase, pero se acerca el momento de salir de su núcleo familiar y tiene miedo a perder su cultura sorda con la que tanto se identifica.

La adolescencia y la búsqueda de identidad

No es el caso de Mackenzie. En plena adolescencia, MJ, como le gusta que la llamen en su entorno, se siente atrapada en una doble vida. Es una CODA ruidosa y extrovertida en la comunidad sorda.

MJ conversa con su familia sorda

MJ conversa con su familia sorda.

Sin embargo, entre los oyentes se siente sola y rechazada. "¿Le pasa lo mismo a todos los CODA?", se pregunta. Escucha a muchos de ellos decir, a menudo, que preferirían ser sordos y asegura que no lo dicen en serio, pero, "entiendo cómo se sienten y que quieran pertenecer a un solo mundo, en vez de ir de un lado a otro", confiesa MJ. Uno de los padres de estos jóvenes corrobora que vivir en un mundo de oyentes es muy duro porque hay mucha discriminación.

Nyla es oyente de padres sordos.

Muchos de los CODA buscan su lugar entre el universo sordo y el oyente.

No lo entiendo. No soy sorda ni oyente, ¿quién soy yo?

Ella, como muchos otros hijos de padres sordos siente que necesita descubrir su identidad como CODA. "No lo entiendo. No soy sorda ni oyente, ¿quién soy yo?", se pregunta hablando en lenguaje de signos ante otros jóvenes CODA que también tienen el anhelo de encontrar un lugar donde puedan ser ellos mismos.