Enlaces accesibilidad

Detenido en Alicante uno de los fugitivos más buscados condenado por abusar de su hija de cinco años

  • Se había dejado barba y pelo largo -que llevaba teñido-, usaba lentillas de colores y cambiaba con frecuencia de domicilio
  • Diego Darío González Ghersi, de 40 años, era uno de los diez fugitivos más buscados por la Justicia española

Por
Un coche de la Policía Nacional patrulla este verano en la costa mediterránea
Un coche de la Policía Nacional patrulla este verano en la costa mediterránea.

Uno de los diez fugitivos más buscados de España, Diego Darío González Ghersi, de 40 años y condenado a cárcel por abusar durante un lustro de su hija, de solo cinco años, ha sido arrestado por la Policía Nacional en la Playa de San Juan de Alicante con una apariencia bien distinta de la que se le conocía, al dejarse barba, pelo largo y teñido y usar lentillas de colores.

Este prófugo de la Justicia desde febrero de 2021 mide 1,70 metros, tiene los ojos oscuros y lleva tatutajes en las dos piernas, en ambos brazos y en la espalda, pero logró un acentuado cambio físico aumentándose los tatuajes para tapar los que ya tenía, además de la barba, pelo largo teñido de rubio y las lentillas de distintas tonalidades.

Con su detención, de la lista publicada el pasado junio de los diez fugitivos más buscados por la Justicia española ya han sido capturados tres, por lo que quedan aún otros siete, según ha informado este miércoles la Policía Nacional.

La localización de este individuo ha sido "extremadamente difícil" ya que también cambiaba continuamente de domicilio y desempeñaba trabajos poco cualificados para no llamar la atención de las fuerzas de seguridad.

Tras varios meses, y al recibir información de que este criminal podría encontrarse en Alicante, los investigadores indagaron y situaron su domicilio en la zona de San Juan, arrestándole de este modo sobre las 14:00 horas del martes.

Cinco años de abusos

Los hechos se remontan a 2008 cuando comenzó a abusar de su hija, de cinco años, hasta que ésta cumplió los diez. Según la denuncia presentada por la anterior pareja, la niña no quería ir a la casa de su padre a pasar los fines de semana y cuando regresaba de allí se mostraba triste, alicaída y reticente a volver.

Se supo más tarde que su padre le ponía películas pornográficas y que la sometía a tocamientos en sus partes íntimas por encima y debajo de la ropa, al tiempo que el padre le advertía de que era un secreto que no debía desvelar a nadie. Incluso, el padre le hizo seguir una especie de pacto de silencio con los dedos para tratar de afianzar el secretismo que la víctima debía guardar.