Enlaces accesibilidad
Cumbre de la OTAN

La brecha de financiación de la OTAN: 20 países no cumplen, pero el enorme gasto militar de EE.UU. lo compensa

  • Solo nueve de los 30 aliados cumplirán este año el compromiso de gastar al menos un 2% de su PIB en defensa
  • La cumbre de Madrid ha reforzado el compromiso de elevar el gasto militar, aunque sin cifras concretas

Por
Estados Unidos es el principal contribuyente financiero a la OTAN
Estados Unidos es el principal contribuyente financiero a la OTAN

El consenso generalizado que mostraron esta semana en la cumbre de Madrid los países de la OTAN para elevar su gasto en defensa choca con la evidencia de la brecha financiera que aún arrastra la Alianza Atlántica: 20 países no cumplirán este año el objetivo de invertir al menos un 2% del PIB en defensa, lo que supone 155.136 millones menos para el esfuerzo conjunto, si bien quedará otra vez compensado por el enorme gasto militar de Estados Unidos, el más abultado del mundo con gran diferencia.

La cumbre de esta semana, calificada reiteradamente de histórica por los líderes, sirvió para que los aliados redefinieran su estrategia, situando de nuevo a Rusia como su principal enemigo, y para abrir la puerta a dos nuevos miembros, Suecia y Finlandia. También para insistir en la necesidad de gastar más dinero en defensa con el fin de hacer frente a las amenazas de un mundo que la Alianza percibe como más peligroso e incierto.

Pese a la ausencia de cifras detalladas, el secretario general, Jens Stoltenberg, dejó claro que la inversión deberá crecer en los próximos años e incluso ir más allá del umbral que se fijó hace ocho años: "El 2% [del PIB] se considera cada vez más el suelo, no el techo", recalcaba el miércoles. Y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, reafirmaba esa idea el jueves: "La mayoría de los miembros de la OTAN están encaminados a superar el compromiso de gastar el 2% del PIB en defensa".

Dos tercios no cumplen

Ese umbral es una persistente reivindicación de Washington ante sus socios, desde hace años y sea cual sea el inquilino de la Casa Blanca, con el objetivo último de poder reducir su propio desembolso. Aunque no es legalmente vinculante, se incluyó como compromiso en la cumbre de Gales de 2014 con un horizonte a diez años, pero en 2022 solo nueve de los aliados lo alcanzarán, según los datos publicados esta semana por la OTAN.

España, con una inversión en defensa equivalente al 1,01% del PIB, es uno de los que más lejos está de cumplirlo; solo Luxemburgo, que destinará el 0,58%, e Islandia, que no cuenta con fuerzas armadas, gastarán menos en relación con el tamaño de su economía. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha comprometido a acercarse al objetivo en 2029, para lo que ha pedido el respaldo de todos los partidos políticos.

Entre los incumplidores se encuentran otras grandes potencias, como Turquía, que destinará el 1,22% de su producto interior bruto a defensa; Canadá, que se queda en el 1,27%; o Italia, que llega al 1,54%. También Alemania, que estará en el 1,44%, aunque el nuevo gobierno de coalición ya anunció, tras la invasión rusa de Ucrania, un significativo impulso en su gasto militar para alcanzar el umbral marcado por la OTAN.

Grecia, el aliado que más destina a defensa

Francia, la tercera potencia nuclear de la Alianza Atlántica junto a Estados Unidos y Reino Unido, cumplió en 2021 y este año se quedará a solo una décima de lograrlo. También se quedará muy cerca Rumanía, otro país que el año pasado cumplió, y que en 2022 estará en el 1,99% de su PIB.

Entre quienes alcanzan el objetivo sobresale Grecia, con el 3,76%, un porcentaje mayor incluso que el de Estados Unidos. También Reino Unido, así como varios países del flanco este de la OTAN, donde la amenaza de Rusia se percibe mucho más cercana: Polonia, Croacia, Eslovaquia y las tres repúblicas bálticas, Estonia, Letonia y Lituania.

La mayoría de los aliados, incluido España, si comulga con el segundo compromiso financiero de la OTAN, que pide invertir al menos el 20% del gasto en defensa en equipamiento militar. De esta forma, hay seis países que no alcanzan ninguno de los dos criterios: Albania, Portugal, República Checa, Canadá, Eslovenia y Bélgica.

La mayor organización militar del mundo

La brecha de financiación por parte de los países que no gastan el 2% del PIB en defensa suma 155.136 millones de dólares, a precios constantes de 2015, de los que solo 10.656 millones se compensan con el excedente de las aportaciones de los ocho aliados, excluido Estados Unidos, que si alcanzan ese umbral.

En última instancia, es Washington quien cubre la diferencia, al gastar 306.000 millones más de lo que marcaría su objetivo, lo que resulta en una aportación final este año de casi 723.000 millones de dólares. Es el 68,8% del total de la OTAN, que para este año contabiliza un gasto colectivo en defensa de 1,05 billones de dólares.

Cierto es que, incluso sin Estados Unidos, la OTAN seguiría siendo la organización militar más poderosa del mundo, con un gasto conjunto de los otros 29 aliados que superaría al de China, el segundo país con mayor gasto militar. Pero es la inversión estadounidense, que supera la suma del gasto de los otros nueve países que más dinero destinan a la defensa en el mundo, la que le otorga una ventaja definitiva sobre cualquier posible enemigo.

Aumentar el presupuesto operativo

Además de incrementar el gasto conjunto en defensa, los aliados también han acordado en Madrid elevar el presupuesto operativo de la organización, esto es, el dinero que se pone en común para sufragar los gastos corrientes de la Alianza Atlántica, desde la sede en Bruselas hasta los ejercicios militares conjuntos.

Para este año 2022, la Secretaría General cuenta con un presupuesto de unos 2.600 millones de euros, de los que la mayor parte, 1.560 millones, se destinan a la estructura militar, mientras el resto van a inversiones (790 millones) y a la estructura civil de la Alianza (289,1 millones).

Al término de la cumbre, Jens Stoltenberg señaló que "el acuerdo alcanzado representa un aumento considerable, significativo, en el presupuesto común de la OTAN" hasta el año 2030, que permitirá una mayor inversión conjunta en equipamiento o ejercicios militares, si bien las cifras concretas se decidirán al elaborar los próximos presupuestos.