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Guerra en Ucrania

Museos y teatros como refugio: la red solidaria que ampara a los artistas de países en guerra

  • Una onegé ayuda a los creadores en riesgo en zonas en conflicto y ahora auxilia a Ucrania
  • A este proyecto internacional apoyado por la Unesco se han sumado varias ciudades españolas

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Instalación 'Piazza Ucrania' del Pabellón ucraniano en la pasada Bienal Internacional de Venecia
Instalación 'Piazza Ucrania' del Pabellón ucraniano en la pasada Bienal Internacional de Venecia

La guerra en Ucrania ha provocado una suerte de diáspora cultural y la Fundación Artists at Risk (AR) ha recibido más de 1.000 peticiones de auxilio de artistas ucranianos, según confirma por correo electrónico a RTVE.es. Marita Muukkonen, una de sus responsables. "A más de 200 de ellos no se les permite o no quieren ir al extranjero, por lo que estamos cooperando con residencias artísticas en las regiones seguras del país".

Desde hace una década esta onegé de origen nórdico ayuda con vivienda, empleo y protección a creadores perseguidos en países en conflicto como Afganistán, Siria, Uganda o Kenia. Explican que en el caso de Ucrania la respuesta social ha sido "abrumadora", en una iniciativa respaldada por la UNESCO.

Como medida de la solidaridad, Alemania ha ofrecido para residencias artísticas toda la red nacional del Instituto Goethe o Finlandia ha abierto las puertas del Centro de Información de Teatro y Danza a los profesionales de estas especialidades; en Suecia participan 60 organizaciones colaboradoras y en el norte de Italia se han sumado más de 40, describe Muukkonen. El horizonte inmediato es la salvaguarda de la identidad de los artistas que pueden continuar creando en mitad de la catástrofe.

"Cuando salen del país, cualquiera que sea su estatus legal, no se les considera “artistas refugiados” o “artistas solicitantes de asilo”, sino profesionales del arte. Hacemos todo lo que está a nuestro alcance para encontrarles oportunidades de trabajo a corto, medio y largo plazo. Esto puede implicar que regresen a sus países de origen, lo que a menudo es su mayor deseo, reconstruir sus sociedades, a menudo devastadas por conflictos, o continuar trabajando en sus nuevos países", indica la activista, que refiere a modo de ejemplo la "situación desoladora" de los creadores en Afganistán acosados por los talibanes.

"Músicos afganos, artistas visuales, cineastas o caricaturistas políticos son perseguidos como grupo social y deberían tener derecho a visas humanitarias. Incluso escuchar música es un delito y muchos de ellos han sido públicamente castigados, golpeados o electrocutados", añade la cooperante de AR.

El apoyo de las instituciones culturales españolas

Artists at Risk mantiene un colchón de más de 300 “sedes anfitrionas” en diferentes ciudades alrededor del mundo -desde Helsinki, Estambul o Barcelona- donde, en colaboración con las autoridades e instituciones culturales locales, artistas ucranianos que han huido del país moldearán un proyecto que verá la luz en la Bienal del Pensamiento en octubre.

En Bilbao, Galicia o Madrid (con TEJA, un grupo de catorce organizaciones de la cultura, privadas y públicas, entre las que se encuentran la Casa Encendida o el Museo Reina Sofía) también se están tejiendo redes de auxilio creativo similares, afirma Marita Muukkonen.

Una ola de amparo que se extiende en todas direcciones: la Fundación también brinda apoyo logístico y emocional a los artistas rusos represaliados por el régimen de Putin como el grupo punk y feminista Pussy Riot, cuyos miembros fueron condenados a prisión por sus protestas contra las políticas del Kremlin. Su líder, Maria Aliójina, tuvo que escapar en mayo de Moscú disfrazada de repartidora a domicilio a causa de las amenazas. Un ángulo más de la sinrazón de la guerra que quiebra a Europa y a la creación cultural.