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Día de Lucha contra la Desertificación y la Sequía

Cuando el campo se hace arena: la desertificación amenaza a España

  • Madrid acoge la cita de Naciones Unidas para concienciar sobre esta amenaza
  • La degradación del suelo tiene impactos económicos, sociales y ambientales

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Reportajes RNE - Cuando el campo se hace arena

Cuando la viticultora y enóloga Isabel Galindo llegó a la bodega Las Moradas de San Martín hace 20 años, la vendimia se hacía dos semanas más tarde, había más tormentas de verano "que refrescaban y permitían a la uva alcanzar su madurez sin estrés" y los septiembres eran "más frescos y lluviosos".

Isabel ha sido testigo durante estas dos décadas de cómo ha afectado la desertificación a su explotación, ubicada en Pago de los Castillejos, donde la comunidad de Madrid linda con Ávila y Toledo. Un paraje de gran valor ambiental a casi 900 metros de altura donde se cultiva la uva garnacha desde hace nueve siglos, cuando los monjes benedictinos se ocupaban de las cepas entre rezo y rezo, Ora et labora. Podríamos decir que "mucho ha llovido desde entonces", pero lo cierto es que no es así.

Las condiciones meteorológicas van empeorando paulatina e inexorablemente y toda España, excepto la cornisa Cantábrica y Atlántica, está en riesgo de desertificación, según Patricio García-Fayos, director del centro de Investigaciones en Desertificación del CSIC. La situación no es nueva, tal y como reconoce el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán.

"En España estamos más que acostumbrados a hacer de la necesidad, virtud, y eso nos coloca en buena posición de partida, pero se trata de uno de los grandes problemas en materia de seguridad de país que tendremos que abordar en los próximos años", advierte Morán.

Hugo Morán, secretario de Estado de Medio Ambiente.

Hugo Morán, secretario de Estado de Medio Ambiente. RNE

El Ministerio para la Transición Ecológica alerta de que zonas naturales como la Ribera de Navarra, el sureste de la Comunidad de Madrid, la isla de Menorca o el Salar de Agramón de Albacete, por mencionar algunas, sufrirán la subida de temperatura de 1,5 grados de media y un descenso de precipitaciones de hasta un 14% en 2065. Los climas más áridos de nuestro país se extenderán a otras regiones.

El campo pierde 550 millones al año por el cambio climático

Siete de las diez cuencas hidrográficas con mayor sequía crónica de Europa se encuentran en nuestro país y las pérdidas son cuantiosas. Un informe de COAG calcula que el cambio climático causa cada año la pérdida del 6% de la producción agrícola en España.

Pablo Resco, autor del informe, advierte de que una subida media de temperaturas de 2 grados en 2050 reduciría un 20% la superficie de viñedo de alta calidad, un 15% el rendimiento del trigo en el centro y sur peninsular. En el caso del olivar, únicamente la variedad picual podría mantener los rendimientos en secano.

Pablo Resco, autor del informe de COAG. RNE

Ante estas perspectivas se impone buscar soluciones que pasan por la gestión del agua. "Aumentar el regadío es pan para hoy y hambre para mañana por la caída de precios que inundaría el mercado de almendras o de uvas de peor calidad", asegura Rafa Seiz, experto en agua de WWF. Una idea que comparte el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán. "El regadío no puede seguir creciendo. Incluso habría que recortar su extensión en algunos espacios", afirma.

Pero el agua no es el único factor de la desertificación. También tiene mucho que ver la erosión, la pérdida de la tierra que sustenta la vida, dice Patricio García-Fayos. Si esa tierra no tiene vegetación a causa de un incendio, o por sequía continuada... o por el abuso de herbicidas... está más expuesto a perderse en una riada. Por eso Isabel Galindo procura mantener la cubierta vegetal todo el tiempo posible. "Es importante que el suelo esté vivo. Aquí, en cuanto mires, verás gusanos, hormigas, insectos, todo tipo de bichos. Eso es bueno".

La clave será adaptarse a las nuevas condiciones

Con un cambio climático que ya está aquí, para hacer frente a las nuevas condiciones no queda otra que la adaptación. Cambiar los hábitos de manejo con podas en verde, un solo arado para no quitar humedad, recoger la masa foliar para que la cepa esté lo más sombreada posible son algunas estrategias de adaptación.

La ciencia, además, acude en ayuda del agricultor. En el CIDE hay proyectos que estudian variedades más resistentes a las sequías y se desarrollan sistemas de riego inteligentes que exprimen al máximo cada gota de agua. Se estudia hasta la orientación de las vides en el terreno y se proyectan "capotas" que puedan dar sombra al cultivo. Mientras, Isabel Galindo, de vez en cuando se plantea irse más al norte, donde las condiciones climáticas sean menos duras.

El sector vinícola genera 24.000 millones de euros anuales

España es el país del mundo con mayor superficie dedicada al cultivo de la vid. Casi un millón de hectáreas, frente a las 800.000 de Francia. En la actualidad, hay más de 6.000 bodegas registradas en nuestro país y somos el segundo exportador mundial de vino. Pero mientras que en el país vecino llueve una media de 800 litros por metro cuadrado, en España cae un 25% menos y las precipitaciones son cada vez más escasas. La amenaza no es baladí para un sector que genera 24.000 millones de euros al año, según la Interprofesional del Vino de España.

La gestión del agua es crucial y también la planificación de medidas de adaptación. El Ministerio de Transición Ecológica trabaja en la estrategia nacional de lucha contra la desertificación, que verá la luz en breve y de la que se conocen las líneas generales.

La falta de concreción en las medidas para atajar el problema, de plazos y de financiación son las principales críticas a un texto, aunque todo el mundo en el sector reconoce que este primer paso era necesario. Mientras, en Las Moradas de San Martín, como Santa Teresa, autora del libro del que toma el nombre la Bodega, siguen trabajando sin dejar de mirar al cielo.