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Cómic

'¡La bestia ha muerto!', el cómic que contó la II Guerra Mundial con animales 47 años antes que 'Maus'

  • Un clásico del cómic francés, de Edmond-François Calvo, que se publica por primera vez en España
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Detalle de la portada de '¡La bestia ha muerto!'
Detalle de la portada de '¡La bestia ha muerto!'

Si os pregunto por un cómic que narre la II Guerra Mundial con animales antropomórficos, enseguida pensaréis en Maus (1991), la obra maestra de Art Spiegelman. Pero él no fue el primero en hacerlo, ya que el francés Edmond-François Calvo (Elbeuf, 1892 - París, 1957) publicó un cómic sobre el tema en 1944, en el París ocupado por los nazis y de forma clandestina, por lo que se arriesgó a que lo ejecutasen si lo hubieran descubierto. El título de esta joya del cómic es ¡La bestia ha muerto! (Reino de Cordelia) y se publica por primera vez en España en una edición espectacular.

Siendo estrictos deberíamos señalar que Calvo no fue el primero en narrar la Segunda Guerra Mundial con animales, ya que el caricaturista francés nacido en Alemania, pero de ascendencia judía, Horst Sigmund Rosenthal (1915 - 1942), dibujó en 1942, mientras estaba prisionero en el campo de internamiento de Gurs, el cómic Mickey au Camp de Gurs. En esa obra contaba cómo Mickey Mouse es arrestado, bajo sospecha de ser judío, e internado en el campo de concentración de Gurs. Pero Horst fue ejecutado en 1942, en Auschwitz, y su cómic no se publicaría hasta 2014, 72 años después de haber sido escrito.

Pero, más allá de que fuera o no el primero, lo importante es que ¡La bestia ha muerto!, de Edmond-François Calvo es un cómic que nos sigue sorprendiendo hoy en día por su atrevimiento, su denuncia de los horrores de la guerra y por su belleza, porque sus páginas son realmente alucinantes. Un cómic que en Francia es tan admirado que se publica cada cierto tiempo, y que no puede faltar en ninguna biblioteca ni tebeoteca.

Un cómic que denuncia la injusticia y crueldad de todas las guerras y que, por tanto, no podía llegar en mejor momento que ahora, con la Guerra en ucrania.

Página de '¡La bestia ha muerto!'

Los nazis son lobos y los franceses conejos

Si en Maus los nazis eran gatos y los judíos ratones, en ¡La bestia ha muerto!, los nazis son lobos, los franceses conejos, los rusos osos, los británicos perros bulldogs y los norteamericanos bisontes.

El guion del cómic es de Victor Dancette (fundador y director entre 1937 y 1967 de la editorial francesa Générale Publicité, donde creó la popular Biblioteca Roja) y Jacques Zimmermann (un conocido pintor e ilustrador belga), que realizan un trabajo genial contando la guerra a los chavales casi al mismo tiempo que se producía, ya que la primera parte de la historia (La bestia se desata) se publicó en 1944, en el París ocupado, y la segunda (La bestia es derrotada), en 1945, justo tras el final de la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces ambas partes se publican en un solo volumen, como en la edición española.

Ilustración de '¡La bestia ha muerto!'

Al ser una obra publicada al mismo tiempo que ocurrían los hechos, tiene un gran valor documental, ya que narra de primera mano esa ocupación de París, la construcción de la línea Maginot (la muralla con la que los franceses querían frenar a los alemanes y que en el cómic se llama Línea Livarot), los bombardeos a Inglaterra con las temibles V2, la irrupción de los americanos en la guerra (representados como una manada de bisontes al galope), el desembarco del Día D, la guerra en el desierto o la liberación de París.

También hay homenajes a la cultura y al pueblo francés, como una reconstrucción del famoso cuadro La Libertad guiando al pueblo (Eugène Delacroix, 1830). Pero, obviamente, protagonizado por animales.

Página de '¡La bestia ha muerto!'

El "Walt Disney francés"

Destacar, como decimos, las maravillosas ilustraciones de Edmond-François Calvo, al que se calificó como “el Walt Disney francés”, porque su estilo recuerda mucho a Disney. Pero también estaba muy influenciado por los dibujos animados de Tex Avery (Bugs Bunny), lo que explica el dinamismo de los personajes, su expresividad y la profusión de detalles de sus páginas, que podemos estar escrutando durante horas. Ya que siempre encontraremos nuevos y sorprendentes detalles, sobre todo en sus grandes ilustraciones de batallas, con cientos de animales y objetos implicados.

En sus páginas conseguía esa complicada combinación de detallismo y movimiento, de realidad y fantasía, que muy pocos grandes artistas logran con tanta belleza.

No es de extrañar que su obra fascinase a Albert Uderzo, el dibujante de Astérix, que, de joven. Frecuentaba de joven el estudio de Calvo. Uderzo siempre confesó que había sido una de sus mayores influencias y que sentía una profunda admiración y respeto por él.

Página de '¡La bestia ha muerto!'

Edmond-François Calvo comenzó a dibujar en la década de 1920 para libros, revistas satíricas como Le Canard Enchaîné, y también trabajó en el cine de animación, lo que explica ese dinamismo de sus dibujos que comentábamos. Y que dominase a la perfección tanto el dibujo realista como el caricaturesco.

Otras obras de Calvo son Patamousse (1943-1946), sobre un conejo, y Rosalie (1946), protagonizada por un automóvil. También ilustró las aventuras del popular vaquero Tom Mix. Su última serie de relevancia fue Moustache et Trottinette (1952-1958), continuada a su muerte por Jean Trubert.

En 2008, el nieto de Edmond-François Calvo, cedió al Museo del Cómic de Angulema más de novecientos originales de su abuelo, un auténtico tesoro.

Esta maravillosa edición de ¡La bestia ha muerto!, es el mejor homenaje que podemos hacer a un gran autor, Edmond-François Calvo, que fue pionero en llevar a los tebeos el holocausto sufrido por los judíos y cuya obra permanecerá para siempre como ejemplo de la fuerza del arte para denunciar y enfrentarse a los abusos del poder.

Portada de '¡La bestia ha muerto!'