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Manolo García: "Ante la constatación de que todo lo que sube irremisiblemente baja, que nadie se ponga muy chulo"

  • “Una buena canción es un 100 % de buena música, sumado a un 100 % de buen texto", asegura el cantante
  • Afirma que el tema de la precariedad laboral “angustia a una nación, angustia a un pueblo entero”
  • Todos los viernes, las entrevistas completas de Plano general, a partir de las 21:25 horas en RTVE Play

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Manolo García posa con un colorido cuadro detrás.
Manolo García es compositor, cantante, pintor y escritor.

Manolo García presenta disco doble y gira. El compositor, cantante, pintor y escritor dice que la emoción de crear una canción o un cuadro es la emoción de vivir. Confiesa que le angustia la carestía de la vida y la precariedad laboral y que todo es un estrangulamiento de la población. Y cree que la solución a los problemas de España y del mundo, como la invasión de Ucrania, son reunión, diálogo y alto el fuego

Pregunta.- Disco y gira, la tormenta perfecta del artista. Vamos, todo a la vez.

Respuesta.- Lo que deseamos todos los músicos, grabar canciones e interpretarlas en directo.

P.- ¿Cuál es la frase con la que titularía usted su semblanza?

R.- Bueno, una que acabo de recordar de mi propia cosecha, que sería algo así como: "ante la constatación de que todo lo que sube irremisiblemente baja; que nadie se ponga muy chulo".

Manolo García y parte del equipo de

Manolo García durante la grabación del programa de RTVE. PLANO GENERAL

P.- Su semblanza está repleta de música, de letras y de pintura. ¿En qué disciplinas se siente usted más completo?

Estaba a punto de empezar a trabajar a los 14 años en una carpintería en mi barrio, y yo ya pensaba en pintar y ser músico

R. - Para mí son vasos comunicantes, se retroalimentan y conviven en una armonía perfecta. Desde muy jovencito ya pensaba que toda la vida quiero pintar y ser músico. Desde muy jovencito. Tenía 12 años, estaba a punto de empezar a trabajar a los 14 años en una carpintería en mi barrio, y yo ya pensaba en pintar y ser músico, porque para mí era sinónimo, era un futuro que iba a ser sinónimo de libertad.

P.- Se crió en el barrio de Poblenou, en Barcelona. ¿Tiene un poco de espíritu charnego porque es originario de Albacete?

R.- Ningún tipo de sensación. Yo era chaval de barrio, nacido en un barrio. En esa época la gente humilde -sí no había complicaciones- nacíamos con comadrona en las casas. La casa donde yo nací aún existe. Están a punto de tirarla. Van a hacer magníficos bloques de edificios, de pisos carísimos. De momento eran casitas bajas, muy humildes, de gente muy pobre.

Manolo García regresa con dos discos: 'Mi vida en Marte' y 'Desatinos desplumados'

P.- En el proceso creativo ¿qué es primero, la letra o la música?

Soy de un tiempo en el que Dylan era un dios. No sé si mayor o menor, pero sigue siendo sino un dios

R.- Depende. Yo suelo escribir y tengo siempre una manera de examen, una criba. Si el texto previo, que en principio no tiene música, se aguanta solo... lo leo y lo leo repetidamente y lo dejo reposar. Y si al paso de un poco de tiempo me sigue gustando y sigue aguantándose en pie el solo, sin música, pasa la criba. Si no, quizá queda en un cajón o queda destruido. Siempre he tenido la teoría de que una buena canción es un 100 % de buena música, sumado a un 100 % de buen texto. Soy de un tiempo en el que Dylan era un dios -no sé si mayor o menor- pero para muchísima gente, entre los que me cuento, sigue siendo si no un dios, un profeta. Un profeta con verdades como puños, con textos magistrales. Y como él, somos autores de música.

P.- Hablemos del mundo actual. Título, letra y música de la España de hoy. ¿Cómo ve el panorama?

R.- Difícil, difícil el panorama. Bueno, lo veo un poco desazonado. La palabra que empleamos es esa. Creo que acierto bastante. Es la conversación de la charla de barra de bar. Una charla de sobremesa familiar. Vamos a ver, es la cuestión más candente, dejando a un lado un tema importantísimo, brutal, que es el tema de la guerra de Ucrania, que evidentemente también acapara.

Hoy empieza todo con Ángel Carmona - Manolo García: "Hay que buscar vivir un poco cada día" - Escuchar ahora

P.- ¿Cree que es una guerra o una invasión?

R. - Es una invasión. La gente opone una resistencia, en este caso armada. Hay millones de personas que se sienten invadidas. Algo tendrá eso de cierto.

P.- ¿No es partidario del envío de armas a Ucrania para defenderse de la invasión rusa?

R.- Soy partidario de la misión diplomática. De sentarse a la mesa, de reunirse infatigablemente. Las miles de horas que haga falta para que cese el horror. Porque el horror lo está pagando la población. Los mismos soldados de los dos bandos están viviendo un tiempo de pesadilla absoluta.

Manolo García

Manolo García presenta nueva gira y un disco doble. PLANO GENERAL

P.- Es usted muy completo: pintor, cantante, letrista y escritor de poesía. El libro se titula El fin del principio, que no es el principio del fin. El principio que se está viviendo en España ahora ¿es un principio de cambio o el cambio?

El tema de la precariedad laboral angustia a una nación, angustia a un pueblo entero

R.- Yo creo que ahora debería llegar un tiempo en el que empezase un instante nuevo. Un algo nuevo que reste un poco de angustia a la población. Las guerras, el tema de Ucrania... Pero luego, puntualmente y concretamente en nuestro país, derivado de la de la invasión se deriva el problema de Ucrania. Lo que quiera, lo que queramos. Pero el tema de la carestía de la vida, el tema de la precariedad laboral y su angustia... angustia a un pueblo entero, aún a una masa humana importante. Y luego tienes que estar oyendo cada día en las noticias el precio histórico de la luz. El Estado debe darnos energía. Mi vecina de 84 años, con una jubilación magra, no puede estar angustiada o no puede explicarme que le acaban de cortar la luz y que no va a tener calefacción este invierno. En un Estado democrático, en un Estado de derecho, es un insulto a la población.

Cafè d'idees - Manolo García ens presenta 'El fin del principio'

P.- En su rincón del alma, vaga más el pintor, el músico, o la persona sin acepciones.

R.- Vaga, libertario. La persona que busca volar, que busca abstraerse de las cuitas del mundo y que se niega a ser esclavo de las circunstancias.

P.- ¿Se abusa de la palabra libertad?

R.- Se abusa y se usa de una manera completamente estrambótica. Bueno, pues cada persona tendrá sus maneras. Yo, mis maneras de volar, de abstraerme y de ser libre y de alejarme de la cacofonía cósmica. Me pongo a pintar. Ya no estoy veinticuatro horas a tocar la guitarra, a componer en un escenario. Si cinco mil personas junto a mi grupo y junto a mí somos felices, somos libres durante cinco hora, no nos hacen falta móviles, no nos hace falta nada, simplemente música. Cantar; esto viene de la noche de los tiempos. Tocar el tambor, cantar a la luz de las hogueras, danzar y ser felices unas horas.

Jenaro Caatro y Manolo García sentados en sendas sillas para la entrevista

El director de "Plano general", Jenaro Castro, durante la enrevista a Manolo García. PLANO GENERAL

P.- ¿Qué es lo que más triste le pone y lo que más alegre le pone?

R.- Lo más triste para mí es la soledad. La soledad social a la que nos aboca la circunstancia social, no la pretendida compañía que nos puede ofrecer una pantalla que para mí es un engaño absoluto.

P.- Sus padres no viven. ¿Qué le viene a la memoria de lo que ellos sufrieron para sacar a su familia adelante cuando fueron de Albacete a Barcelona? ¿Cuál es el sentimiento que le asalta cuando se acuerda de sus padres?

Éramos un conglomerado de seres humanos en ebullición, con una necesidad de expansión vital

R.- Pues el sentimiento de nobleza, de honestidad. Miles y miles y miles de casos de personas muy humildes, pero que llegan con una dignidad y con unas ganas de vivir y de avanzar en la vida... En una España que está saliendo de un tiempo muy concreto, muy oscuro y abriéndose a la luz del mundo. Y ellos llegan a esa Barcelona. El recuerdo que tengo es un recuerdo dulce. Recuerdo la dignidad de mi madre y de mi padre yéndose a trabajar, haciendo turnos bárbaros y siempre con buena cara. Siempre. Mi padre era un hombre, siempre muy por los demás, por ayudar, por una persona noble y mi madre alegre: sus geranios, sus gatos... todo en un ambiente de barrio, de chiquillería, de un mundo que no era ni Extremadura, ni Murcia, ni Albacete, ni Cataluña. Éramos un conglomerado de seres humanos en ebullición, con una necesidad de expansión vital. Gente con ganas de vivir y de tirar adelante.