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Elecciones en Francia | Análisis

El reto de unir a una Francia dividida: seis claves de la victoria agridulce de Macron

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Carteles de campaña en París. Foto: Emmanuel DUNAND / AFP
Carteles de campaña en París.

La victoria de Emmanuel Macron en las elecciones presidenciales en Francia deja interrogantes y graves retos a los que deberá enfrentarse el ocupante del Elíseo. El propio vencedor de la noche se ha comprometido reinventarse en su segundo mandato y afrontar la "ira" y el descontento que ha dejado a muchos franceses en sus casas y ha movido a otros a votar a una Marine Le Pen que ya no da tanto miedo.

La baja participación, el ascenso de la extrema derecha y la polarización en la sociedad francesa, que quedó ya de manifiesto en la primera vuelta, son una señal de alarma tanto para el macronismo como para el sistema político francés en su conjunto, según los analistas con los que ha hablado RTVE.es.

1. Macron vence pero no convence

"Macron ha obtenido una victoria neta, pero es una victoria corta. Se encuentra en una situación extremadamente delicada", explica Moussa Bourekba, investigador del CIDOB de Barcelona.

Las propias políticas del presidente en su primer mandato y su imagen de miembro de la élite le han perjudicado. "Debería concretar su promesa de hace cinco años de un ejercicio del poder más horizontal, una política pluralista, muy abierta, que incorporara varias sensibilidades políticas - señala Bourekba - Eso supone romper el ejercicio vertical del poder, esta imagen de presidente de los ricos que actúa en solitario".

"Lo que le toca hacer es resolver una ecuación imposible: incorporar a personas, movimientos e ideas minoritarias en su programa sin borrar lo que define a su formación política, que es centrista", añade.

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Dolores Rubio, doctora en Ciencias de la Información de la Universidad Complutense y experta en integración europea y relaciones internacionales, califica de "sorpresa" la victoria de Macron "a pesar de no tener un partido detrás" y destaca que es el primer presidente que ha obtenido un segundo mandato desde que las legislaturas son de cinco años. "No hay suficiente perspectiva para ver si Macron está en situación de debilidad o además existen fortalezas", puntualiza.

En cualquier caso, la continuidad de Macron en el Elíseo sí se traducirá en una continuación de la política exterior, que por ley está en manos del presidente. Es por eso que los socios de la Unión Europea (UE) respiraban aliviados este domingo.

2. El reto de unir a una Francia dividida y descontenta

La profunda división del país, que ya quedó de manifiesto en la primera vuelta, es una de las conclusiones que arrojan las presidenciales. Cesáreo Rodríguez-Aguilera, catedrático emérito de Ciencia Política de la Universitat de Barcelona, recuerda que este tipo de elecciones en Francia son, por definición, divisivas, porque solo puede haber dos candidatos, pero considera que se ha asentado la "polarización", con un número importante de electores que han votado a partidos "anti-establishment":

"Es un toque de atención serio - considera en conversación con RTVE.es - Muestra las carencias de los gobiernos del establishment a la hora de regular con más energía el mercado, redistribuir mejor la riqueza. Si no ponen remedio con políticas públicas, este fenómeno irá a más, y luego se quejarán de que hay populismo".

Estamos ante las señales del posible agotamiento de un sistema político

Bourekba va más lejos. "Si tenemos en cuenta la alta tasa de abstención, que ha sido más alta en la segunda vuelta y a pesar de tener una candidata de extrema derecha, y teniendo en cuenta votos blancos y nulos, estamos ante las señales del posible agotamiento de un sistema político".

Para la profesora Rubio, "Francia está dividida ya desde 2002, cuando hubo que hacer un cordón sanitario para evitar la subida de la extrema derecha". Pero es una división en cuatro partes.

"Macron representa a la derecha francesa, le ha votado la clase media alta que vive bien y está feliz con la vida que lleva y lo que representa Francia a nivel interno e internacional- analiza Rubio - Después está la Francia de la extrema derecha, que es heterogénea, que se considera popular, y que detesta a la 'casta' que representa Macron. Después está la izquierda, que no ha desaparecido, porque aunque el PSF se haya hundido, Jean Luc Mélenchon [candidato de la Francia Insumisa] casi pasa a la segunda vuelta, y que sociológicamente puede ser transversal con los que han votado a Agrupación Nacional [RN, el partido de Le Pen]".

Macron representa a la derecha francesa, le ha votado la clase media alta que vive bien y está feliz con la vida que lleva

Y por último, la abstención, de la que Rubio destaca que es "muy activa" y sobre todo de los jóvenes que buscan "otra manera de gobernar".

3. Abstención histórica

Precisamente la abstención ha sido uno de los aspectos más destacados de estos comicios. Como preveían las encuestas, la participación ha sido excepcionalmente baja, la menor desde 1969, y eso que las elecciones presidenciales suelen generar mucha movilización.

El investigador del CIDOB señala entre las causas el desarrollo de una campaña "atónica", el desinterés por los discursos políticos ante la dispersión de temas y la existencia de un "polo contestatario" que se ha negado a elegir entre dos opciones que consideraba malas.

Para Cesáreo Rodríguez-Aguilera, queda claro que "la oferta no ha resultado atractiva para una parte de estos electores, en particular muchos que votaron a Mélenchon no estaban dispuestos a votar a Macron". "Muestra descontento, disgusto y desgaste de los políticos del sistema", añade.

La profesora Rubio insiste en que la clave de la abstención es "básicamente generacional", y los datos parecen darle la razón. "En esos jóvenes hay un problema porque hay que movilizarlos para que salgan de la abstención a votar. Es una Francia descontenta".

4. La extrema derecha logra un resultado histórico y sigue ganando terreno

Además de la abstención, la victoria de Macron no puede hacer olvidar que Marine Le Pen ha roto el techo electoral de la ultraderecha francesa con un 41 % de apoyos.

Para Dolores Rubio, sin duda se trata de un "éxito moral" de la candidata, quien sin embargo esperaba beneficiarse más de la abstención. "Ella se puede presentar eternamente y perder eternamente. Eric Zemmour ya la está atacando, podría haber una escisión", apunta.

"El cordón sanitario funciona, aunque cada vez menos - subraya por su parte Rodríguez- Aguilera - La extrema derecha francesa, y no es caso único en Europa, está más normalizada y se va a convertir en alternativa real con posibilidades de gobierno". No obstante, el catedrático emérito de la UB ve a Le Pen "quemada, muy gastada", y considera que muchos franceses "no se fían" de su capacidad para presidir la República.

Moussa Bourekba también cree que se ha dado una "normalización absoluta" de las ideas que representa Le Pen. "Desde 2007 hay un auge continuo de la extrema derecha, y tiene ya estatus de oposición", advierte. "Pero para saber si representa alternativa o no hay que esperar a las legislativas".

5. El cordón sanitario funciona: los votantes de Mélenchon dan la victoria a Macron

A pesar de esta "normalización", el cordón sanitario o frente republicano contra la extrema derecha ha vuelto a funcionar en Francia, como lo hace también en Alemania.

"Es ese pacto dentro de la cultura política francesa, que la extrema derecha no gobierne y que incluso si gobierna no haya pactos con ellos", explica la profesora de la UCM. "A Macron le han votado gente que antes había votado al PSF y a los Republicanos, más allá de lo que digan sus líderes".

Sin duda, Macron le debe la victoria a una buena parte de los electores de la izquierda radical, y esto debería tenerlo en cuenta

"Sin duda, Macron le debe la victoria a una buena parte de los electores de la izquierda radical, y esto debería tenerlo en cuenta", afirma Rodríguez-Aguilera. "En estos cinco años ha tendido a hacer políticas de centro-derecha y ahora debería inclinarse un poquito hacia el centro-izquierda", considera.

6. La próxima cita: las legislativas de junio que decidirán la gobernabilidad

Todos los analistas están de acuerdo en que las elecciones legislativas que se celebrarán en junio serán claves. No solo decidirán si Macron puede nombrar un gobierno afín o tiene que cohabitar con un primer ministro de otro partido, sino que demostrarán si las tendencias mostradas en las presidenciales pueden extrapolarse a la situación política y social general.

"Si Macron repite el impresionante éxito de hace cinco años, con mayoría absoluta, asunto resuelto -explica el catedrático emérito de la UB- Pero veo difícil que una entidad tan gaseosa como este no-partido que es República en Marcha tenga el mismo resultado que hace cinco años". "Entonces la cosa se le complica - continúa - Va a tener más dificultades que en la ocasión anterior: a ver quién es su primer ministro, qué coalición forma, etcétera".

Dolores Rubio cree que será muy importante ver a dónde va el voto joven, que se verá mejor representado en un sistema proporcional. "Frente a la 'casta' vamos a ver quien es el candidato del 'pueblo': si Le Pen o los que han votado a Mélenchon", resume.

Para Bourekba, las legislativas serán una auténtica "tercera vuelta". "Lo que evidenciaron estas elecciones, sobre todo en la primera vuelta, es que hay tres fuerzas políticas: Macron y dos antisistema, una de izquierda radical y otra de extrema derecha. Estas dos tienen en común un anti-macronismo visceral. La pregunta es quién va a liderar esta contestación al presidente, y si va a ser una tercera vuelta social cuyo fin podría ser contrarrestar o instaurar una cohabitación política para que Macron no siga con su programa y sus políticas".

El investigador del CIDOB señala un detalle que demuestra la importancia de esas elecciones: no han pasado ni 24 horas desde el cierre de los colegios, y tanto Le Pen como Mélenchon ya dan discursos con la vista puesta en las legislativas.