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Música

George Harrison, el 'beatle' místico que trascendió las fronteras del pop

  • Se cumplen dos décadas de la muerte del músico, que falleció a los 58 años a causa del cáncer
  • Eclipsado por la personalidad y el talento de Lennon y McCartney, es autor de algunos de los grandes temas de The Beatles

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El músico George Harrison, en una imagen de archivo.
El músico George Harrison, en una imagen de archivo.

Tímido y discreto, eclipsado por el 'duopolio' creador que formaban Lennon y McCartney y entregado a la espiritualidad, George Harrison siempre fue considerado como una especie de secundario en The Beatles, a pesar de que en la etapa final del grupo y en su posterior carrera en solitario dio muestras evidentes de un talento musical a la altura de los más grandes.

Este lunes se cumplen 20 años de su muerte: el cáncer acabó con la vida del músico en 2001, a los 58 años de edad y tras sobrevivir poco antes al ataque de un intruso que se coló en su vivienda y le apuñaló con un cuchillo, en un episodio que estuvo a un paso de recrear el asesinato de su compañero John Lennon.

Con el tiempo, su figura ha ido ganando en reconocimiento, pues algunas canciones salidas de su pluma están entre lo mejor del pop y el rock de la segunda mitad del siglo XX. Varias de ellas -"While my guitar gently weeps", "Here comes the sun" o "Something"- son imprescindibles en cualquier antología del cuarteto de Liverpool.

Además, su influencia fue decisiva a la hora de incorporar elementos orientales a la música y la estética del grupo, lo que a su vez influyó en la cultura 'hippie' de la segunda mitad de los sesenta. Poseedor de una voz muy personal y, sobre todo, de una exquisita técnica a la guitarra, renunció al papel del 'guitar-hero' que representaban contemporáneos como Jimi Hendrix o Eric Clapton y siempre puso su talento musical al servicio del sonido de The Beatles.

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Deportado por ser menor

Nacido en Liverpool el 25 de febrero de 1943, George Harrison fue el menor de los cuatro hijos de un conductor de autobús y de una dependienta y el único miembro de The Beatles que no perdió a alguno de sus progenitores durante su infancia. Tras un frustrante paso por el Instituto Liverpool, comenzó a trabajar como aprediz de electricista, aunque tenía un enorme interés por la guitarra -era autodidacta- y la música que llegaba de Estados Unidos, especialmente Elvis Presley, Chuck Berry y Fats Domino.

Lo mejor de su estancia en el instituto fue conocer a un chico llamado Paul McCartney, lo que a la postre le permitió unirse en 1958 a The Quarrymen, un grupo de Liverpool en el que ya sobresalía un joven John Lennon.

Convertidos en The Beatles a principios de los sesenta, la banda -que entonces era un quinteto, con Stuart Sutclife al bajo y Pete Best a la batería- se curtió tocando en clubes en Hamburgo (Alemania), de donde tuvieron que regresar debido a que Harrison fue deportado ya que era aún menor de edad, aunque regresarían posteriormente.

Brian Epstein, propietario de una tienda de discos en Liverpool, les descubrió en 1961 durante una de sus actuaciones en el mítico The Cavern y, de su mano, lograron fichar por EMI en 1962, ya como cuarteto tras la salida de Sutclife. Poco después se incorporó Ringo Starr, estableciéndose la formación clásica de la banda.

George Harrison, durante su etapa como miembro de The Beatles.

George Harrison, durante su etapa como miembro de The Beatles. GTRES

Influencia oriental

Los primeros discos de The Beatles estaban dominados casi por completo por John Lennon y Paul McCartney, intérpretes y autores de la mayor parte de los temas, excepto algunas versiones. Hasta el segundo trabajo, With The Beatles (1963), no aparece la primera composición de George Harrison, "Don't bother me", patrón que se repitiría en los años sucesivos.

Sin embargo, a partir de Rubber soul (1965) el sonido de la banda comienza a evolucionar hacia nuevos campos y Harrison empieza a adquirir mayor protagonismo. Debido a su influencia, The Beatles se interesan por sonidos orientales, ya evidentes en el empleo de instrumentos como el sitar en temas como "Norwegian wood (This bird has flown)".

Esta influencia india fue el germen del rock psicodélico que dominó en la música anglosajona durante la segunda mitad de los sesenta y que tiene como uno de sus grandes exponentes el disco Revolver (1966) de los Fab Four que, no por casualidad, se abre con un tema de Harrison, "Taxman".

Pero el interés del guitarrista por la India traspasaba lo artístico y se centraba sobre todo en lo espiritual. A través del músico Ravi Shankar se introdujo en el universo de la meditación y el hinduismo, lo que le llevó a la experimentación con el LSD. Tras conocer al gurú Maharishi Mahesh Yogi, George Harrison arrastró al resto de la banda a un viaje a la India para un ejercicio de meditación que tuvo un impacto distinto en cada uno de los miembros. Mientras Ringo Starr solo aguantó diez días, para Harrison supuso una experiencia definitiva, que le marcaría para el resto de su vida.

En los últimos años del cuarteto las diferencias entre sus miembros eran cada vez mayores, especialmente entre Lennon y McCartney, lo que dio oportunidad a George Harrison a brillar en el disco Abbey Road (1969) con algunas de sus mejores composiciones, como las citadas "Here comes the sun" y "Something", de la que Frank Sinatra dijo que era una de las mejores canciones de amor de la historia.

Harrison la compuso para su esposa, Pattie Boyd, una modelo con quien se había casado en 1966 -fue el primer beatle en contraer matrimonio-. No fue la única canción que dedicaron a la mujer de Harrison, de quien el guitarrista Eric Clapton, amigo personal del músico, se enamoró perdidamente. Su tormento interior quedó reflejado en el tema "Layla" (1970), una de las cimas de la carrera de Clapton, quien finalmente se casaría con Patty Boyd en 1979, protagonizando una tormentosa relación que concluyó una década después.

Volando en solitario

Cuando se anunció la separación de The Beatles en 1970 parecía el inicio de una competición entre Lennon y McCartney por lograr el éxito en solitario. Sin embargo el premio se lo llevó George Harrison, que en 1970 publicó All must pass, un álbum triple en el que se mostraba abiertamente el talento compositivo del guitarrista y el que se incluía "My sweet Lord", número uno a ambos lados del Atlántico.

Sin embargo, el tema le acarreó numerosos quebrareros de cabeza, después de que fuera demandado por plagio por su semejanza con "She's so fine", de The Chiffons. Harrison negó siempre esta circunstancia pero fue condenado por "plagio inconsciente" y tuvo que pagar una cuantiosa suma.

Alentado por el éxito de su carrera en solitario, Harrison impulsó en 1971 la organización de dos conciertos benéficos celebrados en el Madison Square Garden de Nueva York a beneficio de Bangladés, antiguo Pakistán Oriental, provincia que había sufrido el azote de un ciclón y donde la minoría hindú era perseguida por la dictadura pakistaní.

Varias estrellas del rock acudieron a la llamada de Harrison en el que está considerado el primer gran festival benéfico de estas características, antecedente de otros como el Live Aid: Bob Dylan, Eric Clapton, Leon Russell, Billy Preston, Ringo Starr, Ravi Shankar y el propio George Harrison, que estuvo a punto de conseguir que The Beatles volvieran a reunirse en un escenario tras su separación, pero finalmente tanto McCartney como Lennon rechazaron la invitación de su excompañero.

De aquellos conciertos se publicó un álbum y una película documental y los beneficios fueron destinados a UNICEF, aunque la Hacienda estadounidense se quedó con buena parte del pastel debido a que el evento no fue registrado como benéfico.

50 años del Concierto de Bangladesh

Durante los setenta, Harrison cosechó varios éxitos y se mantuvo activo grabando nuevos discos y protagonizando giras. También se inició en la producción cinematrográfica, con la fundación de la empresa HandMade Films, responsable de cintas como La vida de Brian (1979), Los héroes del tiempo (1981) o Shanghai surprise (1986).

Separado de Pattie Boyd en 1976, dos años después se casó con Olivia Arias, a quien había conocido en una fiesta en Los Ángeles y con quien compartía su pasión por la India y el misticismo. Con ella tuvo su único hijo, Dhani Harrison, cuyo nombre se inspira en las dos primeras notas de la escala musical india, 'dha' y 'ni'.

Impacto por el asesinato de Lennon

Pero el asesinato de Lennon el 8 de diciembre de 1980 provocó en él un enorme impacto, que se sumó al hecho de la mala relación que mantenían en aquel momento tras la publicación de las memorias de Harrison -"I me mine", editadas en castellano este mismo año más de 40 años después de su aparición-. Lennon se sentía ninguneado por su excompañero y la muerte les impidió reconciliarse.

El temor a sufrir un ataque similar llevó al músico a refugiarse en la enorme mansión neogótica que había adquirido años antes en Henley, cerca de Óxford (Inglaterra) y que cuenta con uno de los más impresionantes jardines privados de las islas. "La primera parte de su vida fue agitada e intensa. Pasó la segunda en el jardín, disfrutando de la naturaleza, plantando árboles y componiendo", recordaba Dhani Harrison tras su muerte.

Tras un largo período alejado de la música, en 1987 logró un nuevo éxito de la mano del disco Cloud nine y, sobre todo, el tema Got my mind set on you, para el cual contó con la producción de Jeff Lynne, líder de la Electric Light Orchestra. Esta colaboración fue el germen de The Traveling Willburys, un 'supergrupo' en el que, además de Harrison y Lynne, figuraban Bob Dylan, Roy Orbison y Tom Petty. El quinteto publicó en 1988 su primer disco, Vol. 1, una obra maestra repleta de genialidades a cargo de cinco de las voces más características del rock and roll. Pero tras la muerte de Orbison el proyecto de desinfló y, después de la publicación de un segundo disco -de menor trascendencia-, no tuvo continuidad.

Ya en los años noventa, los tres beatles restantes comenzaron a colaborar en la producción y edición del proyecto Anthology, que incluía un documental, tres discos de rarezas y grabaciones inéditas y la publicación de "Free bird", un tema de John Lennon que dejó sin terminar y que acabaron sus compañeros. Como sucede periódicamente, la fiebre por el cuarteto de Liverpool volvió a aparecer, al igual que los rumores sobre una posible reunión, que no llegó nunca a materializarse.

"El mundo le echará de menos"

En 1997 le fue descubierto un cáncer de garganta, que el músico achacó a su condición de fumador y del que se recuperó tras un tratamiento de radioterapia. Dos años después, en la madrugada del 30 diciembre de 1999, Harrison tuvo que enfrentarse a uno de los episodios más traumáticos de su vida, cuando un enfermo mental logró vulnerar las sofisicadas medidas de seguridad de la mansión del músico, al que apuñaló repetidas veces mientras dormía. Harrison salvó la vida gracias a la intervención de Olivia, su esposa, quien golpeó al asaltante con una lámpara y logró reducirlo.

Poco después el cáncer reapareció, primero en el pulmón -que le fue extirpado- y posteriormente con metástasis en el cerebro. Pese a que lo intentó con sofisticados tratamientos en clínicas de Suiza y Nueva York, George Harrison, consciente de la cercanía de su final, viajó por última vez a la India para bañarse en el Ganges y preparse para su viaje definitivo. El 12 de noviembre de 2001 convocó a sus excompañeros de The Beatles, con quienes mantuvo un breve encuentro en un hotel neoyorkino en el que compartió junto a Ringo Starr y Paul McCartney anécdotas de los viejos tiempos y juntos recordaron a John Lennon.

"Cuando le ví por última vez, a pesar de encontrarse muy enfermo, seguía contando chistes. Era un hombre maravilloso y el mundo le echará de menos", declaró McCartney sobre aquella reunión.

Especial dedicado a la muerte de George Harrison, que sucedió una semana antes de que se cumplieran 21 años del asesinato de John Lennon sirve para recordar a un grupo inolvidable. Informe Semanal 8 de diciembre de 2001

Posteriormente, Harrison se trasladó a Los Ángeles, a la mansión de un amigo, donde pasó sus últimos días junto a su mujer y a su hijo y dos compañeros en su creencia hindú que, en el momento de su muerte, el 25 de noviembre, le vistieron con la indumentaria ritual y fue incinerado pocas horas después. Como dispuso el propio artista, sus cenizas fueron esparcidas por el Ganges.

"Murió con un pensamiento en la mente: ámense los unos a los otros", afirmó su amigo Galvin de Beker, encargado de anunciar su muerte. Un año después, en 2002, vio la luz el disco Brainwashed, el testamento musical de George Harrison, que contenía las últimas grabaciones del artista, producidas y supervisadas por su hijo Dhani y su amigo Jeff Lynne.

Más de 60 años después de su formación, The Beatles siguen generando expectación. Periódicamente aparece un libro, una grabación perdida o un documental que sirve para reactivar el interés por la banda que cambió la historia de la música pop. En este caso, es el documental de Peter Jackson que se acaba de estrenar y que ahonda en los últimos días del cuarteto.

'The Beatles: Get Back', un documental que sale a la luz medio siglo después de su grabación

Generalmente son Lennon y McCartney quienes copan el interés y la polémica, pero es innegable que el talento y la personalidad de los otros dos miembros, Ringo Starr y George Harrison, dotaron a The Beatles de un sonido particular y equilibraron con su aportación el empuje casi autodestructivo de sus líderes, hasta que fue demasiado tarde. "Los Beatles eran cuatro, así que no tengo que elegir: soy del equipo Beatles", aseguraba Jackson en una entrevista al Telediario de TVE,

Quizá hasta después de su muerte Harrison no recibió los elogios suficientes que mereció en vida, probablemente porque su carácter retraído y su preferencia por alejarse de los focos devaluó su aportación en la obra de los 'Fab Four', aunque el paso de los años ha puesto en su sitio a un músico completo, que trascendió los límites del pop convencional y abrió la mente hacia nuevas realidades musicales y espirituales.