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Los acusados de inducir e intermediar en el asesinato del concejal de IU de Llanes se desvinculan del crimen

  • Ambos han declarado en esta segunda sesión del juicio con jurado popular en la Audiencia Provincial de Oviedo
  • Pedro N. admite que meses antes de la muerte de Ardines descubrió que su mujer y el concejal mantenían una relación

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Una imagen de la vista oral del juicio con jurado popular por el crimen del concejal de IU de Llanes
Una imagen de la vista oral del juicio con jurado popular por el crimen del concejal de IU de Llanes.

El presunto inductor del asesinato del concejal de Izquierda Unida de Llanes Francisco Javier Ardines y el acusado de intermediar con los sicarios que presuntamente cometieron el crimen, Pedro N.A. y Jesús M., han negado este miércoles cualquier vinculación con el crimen. El primero ha asegurado que no planificó ni pagó por su muerte a los dos acusados de la autoría material, a los que ha dicho no conocer, mientras que el segundo ha asegurado que su única relación con el presunto inductor era haber trabajado en su empresa de electricidad.

Ambos han declarado en esta segunda sesión del juicio con jurado popular que se celebra en la Audiencia Provincial de Oviedo, en la que el presunto intermediario, que al igual que los otros tres acusados afronta una petición de condena de 25 años de cárcel por parte de la Fiscalía.

Pedro N.A., propietario de una empresa de electricidad en Amorebieta, también ha admitido, según recoge Efe, conocer al presunto inductor, Jesús M. por "contactos esporádicos" relacionados con trabajo y ha asegurado que, meses antes de la muerte de Ardines, descubrió que su mujer y el concejal mantenían una relación en secreto, pero ha reiterado que no participó en ninguna trama.

El presunto inductor admite que se sintió "decepcionado" y "dolido"

El presunto inductor del asesinato, residente en Amorebieta (Vizcaya), mantenía una "relación cordial" con Ardines, puesto que sus respectivas esposas son primas segundas, tenía una casa en la parroquia llanisca de Belmonte de Pría, lugar de residencia de Ardines, donde iban de vacaciones y ambos matrimonios tenían amigos en común.

Después de descubrir la infidelidad, tras captar una conversación con su teléfono móvil entre su mujer y Ardines, Pedro N.A. ha admitido que se sintió "decepcionado" y "dolido" y que habló del asunto con su hermana y con algún amigo para desahogarse hasta que decidió contárselo a su esposa, con la que, según ha asegurado, después trató de recomponer su relación.

En un tono pausado, el acusado ha relatado que en agosto de 2018 envió la grabación a la mujer y a la hija de Ardines para que supieran por qué no iba a volver a Llanes y más tarde llamó al concejal con el que mantuvo una conversación de 15 minutos donde “no hubo amenazas” y ambos quedaron de acuerdo en reunirse los dos matrimonios.

"No culpo de nada a Javier", ha dicho el acusado, que se ha reconocido él mismo como "culpable de dejar a su mujer de lado". Sin embargo, ha reiterado que jamás participó en ningún tipo de trama y ha asegurado no conocer "de nada" a los dos ciudadanos argelinos Djilali B. y Maamar K., acusados de ejecutar el crimen a cambio de dinero.

La Fiscalía sostuvo este martes que Pedro N., planificó el crimen con la ayuda de un intermediario y de dos sicarios por el "odio profundo" que sentía hacia el edil por la relación extraconyugal, y ha pedido al jurado popular que tomen una decisión con "sentido común", ya que no habrá pruebas "directas".

El presunto intermediario asegura que "no tiene nada que ver"

Por su parte, el acusado de intermediar con los acusados del crimen material ha dicho que no conocía a Javier Ardines, que no lo había visto en su vida y que no tiene nada que ver. "Yo a esa persona -Javier Ardines- no la conozco, no la he visto en mi vida y no tengo nada que ver ni con esa muerte, ni con esa trama, ni con nada de eso", ha dicho.

Así, en respuesta a las preguntas de su abogado, según recoge Europa Press, se ha referido al viaje que realizó junto a Pedro N. a Asturias el 27 de julio de 2018, y ha explicado que se debió a que este le comentó que tenía problemas en el tejado de su vivienda, por lo que llamó a un amigo, Julián, que se dedicaba a ese tipo de obras y le acompañaron a Llanes.

Respecto a la entrada de los agentes en su domicilio y a su posterior detención, el acusado ha explicado que cuando irrumpieron en su casa los agentes "le pusieron la metralleta en la cabeza a su hijo porque no se despertaba y su mujer se puso en medio". Preguntado por si ese episodio le ha causado alguna secuela psicológica a su familia ha indicado que "no quiere hablar de ello".

También ha relatado que una vez detenido "nadie le informó de que estaba incomunicado" y que le pusieron "una abogada detrás" con la que no pudo hablar y ha asegurado que uno de los agentes dio un golpe en la mesa y la echó de malas formas.