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Cataluña

Sánchez y Aragonès abren la mesa de diálogo de Cataluña en plena fractura en el Govern

  • Junts se autoexcluye de la mesa tras el veto de Aragonès a que participen dos de los indultados
  • Solo ERC apuesta por el diálogo en una mesa que llega tras el choque entre Gobierno y Generalitat por El Prat

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Pedro Sánchez conversa con Pere Aragonès
Pedro Sánchez conversa con Pere Aragonès en una imagen de archivo.

La mesa de diálogo sobre Cataluña entre el Gobierno y la Generalitat vuelve a echar a andar este miércoles tras más de año y medio bloqueada desde su primera y única reunión en febrero de 2020. Los presidentes de ambos gobiernos, Pedro Sánchez y Pere Aragonès, se entrevistarán en privado antes de que comience por la tarde el encuentro entre ambas delegaciones, al que el Govern llega completamente dividido tras el golpe en la mesa del ‘president’ (ERC) y el enfado de Junts, sus socios de gobierno.

La reunión entre ambos presidentes celebra a las 15.00 horas, tras lo que harán una declaración institucional (se desconoce si conjunta o por separado) y las delegaciones de ambos ejecutivos se encontrarán a las 17.00. Pero ya hay muchas piedras en el camino antes incluso de comenzar.

Por parte del Ejecutivo central, aparte de Sánchez, estará la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y los ministros Félix Bolaños (Presidencia), Isabel Rodríguez (portavoz y ministra de Política Territorial) y Miquel Iceta (Cultura).

Fuentes del Gobierno central a TVE confían en que la reunión entre presidentes "sirva para fijar el funcionamiento" de la mesa. El Ejecutivo reconoce que el diálogo será "un proceso largo" y dice que este miércoles irá con un nuevo documento de "la agenda del reencuentro" que "recoge muchas de las demandas de los últimos 'presidents'".

"La idea es empezar por aquello donde es posible ponerse de acuerdo", prosiguen las mismas fuentes, que señalan que Sánchez busca avanzar en la "recuperación de afectos entre catalanes y una parte de los catalanes con el resto de españoles, volver a convertir Catalunya en el motor económico de España y hacerla partícipe de esta nueva etapa de recuperación justa" donde los fondos europeos jugarán un papel clave.

El veto de Aragonès y la crisis en el Govern

Pero en lo que respecta a la Generalitat (que rechaza hablar en la mesa de infraestructuras o cuestiones ajenas al "conflicto político"), la elección de la delegación que la representará ha desatado una crisis en el Govern. El veto de Aragonès a que participen dos de los indultados del ‘procés’, Jordi Sànchez y Jordi Turull y su exigencia de que solo estén presentes miembros de la Generalitat, ha desatado el enfado del partido de Carles Puigdemont. Como consecuencia, JxCat se ha autoexcluido de la mesa y culpa del veto a las presiones de La Moncloa, algo que ha negado la Consellera de Presidencia, Laura Vilagrà (ERC).

Sí es cierto que la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, dijo este martes tras el Consejo de Ministros que “siempre el marco ha sido el de delegaciones de trabajo de ambos Gobiernos” y que el Ejecutivo no contempla “otro marco". Pero también que eso no era una nueva exigencia y ya la propia Generalitat de Cataluña, a través de su portavoz, Patrícia Plaja, había asegurado hace días que la su delegación solo estaría conformada por miembros del Ejecutivo catalán.

La propuesta de Junts de incluir a los dos indultados y también a su portavoz en el Congreso, Míriam Nogueras, llegó para sorpresa de Aragonès este martes al Consejo Ejecutivo del Govern y sentó como un jarro de agua fría al 'president' y a Esquerra, que ya había descartado plantear que su líder, Oriol Junqueras (otro de los presos indultados), participara de la misma, como planteó en un primer momento.

La reunión especialmente tensa del Govern se acabó alargando y finalmente salió el propio Aragonès ante los medios a anunciar la representación de ERC en la mesa (él mismo, Vilagrà y el conseller de Empresa, Roger Torrent), y a abrir la puerta a que Junts designara a los consellers adscritos a su partido que considerara, pero nadie ajeno a la Generalitat. Explicó que así lo habían acordado ambos socios de Govern y les pidió “lealtad”. Aún así, Junts ha rehusado a cambiar sus nombres y ha preferido no estar en la mesa.

Solo ERC apuesta por el diálogo con el Estado

Este nuevo choque a horas de la mesa de diálogo agrava las profundas discrepancias que tienen ERC y JxCat en su estrategia independentista. Solo el partido de Aragonès apuesta abiertamente con la negociación con el Estado, mientras que Junts y la CUP (socios del Ejecutivo catalán en el Parlament), llevan presionando al ‘president’ desde su investidura con la vía unilateral.

Poco ha durado el compromiso que suscribieron ambos partidos a regañadientes tras las elecciones del 14F de seguir la estrategia de diálogo de ERC, al menos, hasta 2023. La presión ha ido aumentando a medida que se acercaba la mesa de diálogo y quedó retratada en la Diada de Cataluña del pasado sábado en los discursos que promulgó cada formación. La división del independentismo está también instaurada en la calle, donde el 11S algunos recibieron a Aragonès a gritos de “presidente” y otros al de “traidor”.

Fuentes del Gobierno a TVE defienden que Aragonès “lo está dando todo” para que el diálogo tenga éxito y dicen que el Ejecutivo llega a la mesa con “buena impresión” pese a las tensiones entre los partidos catalanes. También defienden que el ‘president’ tiene derecho a elegir los integrantes que quiera en su equipo y defienden la legitimidad de la mesa sin Junts.

Choque con el Gobierno central por El Prat

Pero el diálogo se retoma este miércoles marcado también por el enfrentamiento entre el Gobierno y la Generalitat por el fracaso del plan de ampliación de El Prat, suspendido por el Ejecutivo pese al acuerdo suscrito con el Govern dado el rechazo de Esquerra.

Ambos gobiernos se han acusado mutuamente de lo ocurrido. El propio Aragonès acusó al Gobierno de hacer “chantaje”, de no querer invertir en Cataluña y de falta de voluntad de diálogo, algo que ha negado el Ejecutivo.

Este miércoles, Pedro Sánchez y el líder de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, han mantenido su primer ‘cara a cara’ en el Congreso de los Diputados en el arranque del curso político.

Rufián ha lanzado esta advertencia: “Hoy empieza la mesa de diálogo. Si fracasa, no fracasará el independentismo. Si decepcionamos, no decepcionará solo el independentismo sino también la izquierda española y si ustedes decepcionan, PP y Vox entrarán en La Moncloa”.

Precisamente, PP, Vox y Ciudadanos han cargado en la Cámara Baja contra el presidente del Ejecutivo por una mesa “de infamia” con la que, dicen, se vende “la soberanía nacional” y supone una “traición”.

Sánchez, sin embargo, ha eludido responder a Rufián sobre la mesa y se ha centrado en la “gran inversión” que es la ampliación de El Prat, “necesaria para Cataluña”. Después, en los pasillos del Congreso, Esquerra y el Ejecutivo han mostrado ante los periodistas su optimismo respecto al encuentro. Rufián ha confiado en que "la negociación y el diálogo triunfen", mientras que Iceta ha dicho esperar "lo mejor de cada día".