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Especial RNE: un año del estado de alarma

Las redes de solidaridad vecinal: "Las personas que piden ayuda nunca pensaron que se verían en esta situación"

  • Los usuarios de los Bancos de Alimentos han aumentado un 70% en 2020 como consecuencia de la pandemia
  • Ahora las personas en situación de pobreza son familias de renta media baja en ERTE o que se han quedado sin trabajo
  • Una edición especial del Informativo ’24 Horas’ de RNE ha contado cómo es el trabajo de las despensas solidarias

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24 horas - Asociaciones vecinales y Banco de Alimentos, claves durante la pandemia

Cuando hace casi un año comenzó el confinamiento, el grupo de vecinos de algunos barrios de Madrid que se unió para atender las necesidades básicas de ancianos y personas vulnerables, no imaginó que terminaría formando una enorme red vecinal de solidaridad. Andrea Boga y César Bárcenas son miembros de ‘Somos tribu’, la red vecinal de solidaridad de los barrios de Entrevías y San Diego de Madrid, ambos del distrito de Puente de Vallecas. En una edición especial del Informativo ’24 Horas’ de RNE han contado cómo han sido todos estos meses de trabajo. Andrea y César participan en la ‘despensa’ que cada semana ofrece en torno a 500 cestas de comida a familias de toda la Comunidad. “Estamos dedicados a obtener recursos. Hay meses que nos va bien y otros que realmente mal. Es una batalla diaria para obtener lo que la gente necesita”, aseguran.

Andrea y César vieron cómo se paralizaba su vida hace ahora 12 meses. Pensaron entonces en ofrecer su ayuda para hacer la compra, recoger medicinas o sacar la basura de, sobre todo, los ancianos de su barrio. Con el paso de las semanas se dieron cuenta de que los vecinos para los que iban al supermercado no tenían dinero para pagar esas cuentas. Comenzaron entonces una labor de recogida de alimentos.

“Si hace un año alguien me hubiera dicho que en un tiempo tan corto se iba a construir una red tan grande, hubiera creído que estaba loco”, dice Andrea, recordando los primeros días de trabajo.

César, que trabaja en el barrio de San Diego, cuenta: “Empezamos con lo importante, prestando cosas que los vecinos no tenían: termómetros, tensiómetros. Pero nos dimos cuenta de que la gente no tenía comida. Entonces empezamos a organizarnos, a pedirle a la gente que tenía recursos. Íbamos a la puerta de los supermercados con cuidado y con miedo, porque nadie sabía lo que era esto”.

“Podríamos escribir un libro con las historias que pasan frente a nosotros”

Tanto Andrea como César coinciden en que la mayoría de los usuarios de estas redes vecinales nunca pensaron que tendrían que verse en una situación parecida. Es un perfil que, además, está creciendo. Trabajadores que siguen en ERTE, que han ido agotando sus ahorros y que ahora ya no tienen para comer. El propio César cuenta que él comenzó en la red como un voluntario más y ahora se beneficia del servicio. “Yo vendo vino. Cuando empezó la pandemia tenía recursos. Empecé pensando que iban a ser solo unos meses. Pasaron, yo acababa de tener un bebé, y al final tuve que pedir ayuda. Ahora yo también dependo de la ‘despensa’ de San Diego”.

Los niños nos contaron que su madre les ponía la poca leche que tenía en un vaso y rellenaba el resto con agua

Andrea recuerda historias muy duras que han pasado frente a sus ojos en el último año. Relata así la que más le impacto: “Llegó una mamá pidiendo un litro de leche para sus dos niños. Calzaba unas zapatillas de casa muy viejas. Los niños nos contaron que su madre les ponía la poca leche que tenía en un vaso y rellenaba el resto con agua. Les dimos leche y cereales y los niños los miraban como si nunca hubieran visto algo así. Hay historias para escribir un libro”.

El modelo de ‘Somos tribu’ se basa en pequeñas donaciones, pero ante la creciente demanda de ayuda, encuentran muchos problemas.

Nosotros no tenemos grandes donaciones, porque no podemos entregar a nadie un certificado de donación, algo que las empresas necesitan para conseguir desgravaciones. Todos lo que están colaborando con nuestra red lo echan a un fondo perdido, sin pedir nada a cambio”, dice César Bárcenas. Aun así, abasteciéndose de particulares, destacan que en Vallecas están ayudando a unas 8.000 personas. Según explica, ahora están tejiendo redes con otras organizaciones que hay dentro y fuera de Vallecas. “Estamos consiguiendo empezar a certificar las donaciones a través de una ONG a la que nosotros les damos cosas. Así ellos nos dan certificados. De esta forma, nuestra red es cada vez más grande”.

Los usuarios de los Bancos de Alimentos crecieron un 70% en 2020

Cubrir las necesidades básicas de cientos de personas es, desde hace años, el cometido de los ‘Bancos de alimentos’ que trabajan en todo el país. Miguel Fernández, el director de la Federación Española de Banco de Alimentos, también ha estado en el programa especial de RNE. Cuenta que en 2020 pasaron de tener apenas un millón de receptores en enero a más de 1,6 millones en diciembre. El incremento fue del 70%.

Esta crisis está siendo mucho peor que la económica de 2008. Esto se está llevando por delante a mucha gente

“Como consecuencia de la pandemia se creó una crisis alimentaria que nos desbordó, con consecuencias graves y devastadoras para mucha gente. Esta crisis está siendo mucho peor que la económica de 2008. Esto se está llevando por delante a mucha gente”, asegura Fernández.

La pandemia, explica FESBAL, ha cambiado el perfil de personas a las que atendían. En 2019 eran víctimas de pobreza severa, pero ahora son familias de renta media baja que han pasado a ERTE o se han quedado sin trabajo.

Todos lo que están colaborando con nuestra red lo echan a un fondo perdido, sin pedir nada a cambio

El director de la Federación también destaca que mucha gente está siendo ayudada gracias a la solidaridad de la sociedad, la más solidaria de toda la UE, según Fernández, y una amplia red de voluntarios. Desde el comienzo de la pandemia, cuando la mayoría de sus voluntarios eran mayores, decenas de jóvenes de todo el país se han unido para ayudar en el reparto de alimentos. Aida, que comenzó a colorar en marzo, relata: “Me siento motivada, me gusta. El trabajo es duro porque cargas mucho peso, pero al final del día me siento muy bien. Animo a la gente a que se una a nosotros”.

Tanto los voluntarios de ‘Somos tribu’ como la Federación de Bancos de Alimentos miran con esperanza a la vacunación, pero insisten en que, ahora mismo, la necesidad de ayuda sigue ahí. “La situación económica está fatal y cada vez necesitamos más alimentos y más solidaridad”.